De trampas y vaquillas

Otra mujer a la calle. Ese es el resumen, en pocas palabras, del último programa de “El Conquistador del Fin del Mundo”. Loli abandonó la aventura incapaz de inmovilizar una vaquilla en una granja de la remota Patagonia. Iñaki fue más hábil. Cazó una vaca con un lazo, la tiró al suelo y ató tres de sus patas para ganar el duelo en el que sus capitanes le habían metido. Ganó el favorito y otra mujer que se vuelve a Euskal Herria. La cuarta, tras Ana, Nerea y Vanessa.

 

La inmune de las asambleas naranjas, Vanessa, se rindió y se volvió a Gasteiz. El programa y sus exigencias físicas y psíquicas pudieron con ella. Si no estás al 100 por 100, lo mejor es tirar la toalla. Lo malo es que si vas a probar a 12.000 kilómetros de casa deberías acordarte de los cientos de participantes que se han quedado en los castings previos.
Paradójicamente, ahora que Vanessa y Loli no están, Juanito y Korta se sienten más fuertes. La polémica “machista” ya no existe. Parece haberse firmado un armisticio con Ainhoa y compañía…para desgracia de los chicos del equipo. Primero fue Josu el sacrificado y el último Iñaki. ¿Quién será el siguiente?

El Juego sirvió para comprobar que Korta y Juanito siguen siendo los de siempre. Juegan al borde de la ley y casi siempre sobrepasan los límites de lo legal. Construyendo la pirámide de troncos no anduvieron finos. Perdieron y, además, protestaron contra la Organización. El “fair play” no existe en Patagonia, al menos en el campamento Puma. La victoria fue para los Cóndores y cada equipo volvió a su campamento. El premio para los verdes fue un kit de higiene.