Que el cine, y otras manifestaciones populares de la cultura, tiende a tranquilizar al consumidor, a decirle que aunque los tiempos presentes sean malos a la vuelta de la esquina está la solución, es algo bien sabido sobre todo desde que FRANK CAPRA se empeñó en elevar la moral estadounidense, y mundial, en tiempos de la gran depresión.

Quizá como consecuencia de la actual crisis estamos asistiendo a una nueva avalancha de futuros esplendorosos con dos características peculiares: por una parte los tiempos son mas tenebrosos y los cineastas se empeñan en acumular desgracias sobre los personajes y, por otra, las soluciones llegan DEUX EX MÁQUINA, es decir sin explicación racional. Parecen ser cuestiones de fe. El caso de PRECIOUS es ejemplar, aunque no único.

Una adolescente presenta un cuadro catastrófico: violada por su padre, madre de una niña con síndrome de DOWN y embarazada nuevamente, golpeada y explotada por su madre, y aún sumará algún desastre mas a lo largo de la película, va encontrando a una serie de personas, una profesora, un enfermero, una trabajadora social, que le hacen pensar que lo suyo tiene solución. Es por eso por lo que esta película gusta mucho a algunos y a otros nos pone de los nervios. Porque engaña con verosimilitud y descaro. Casi es preferible el ángel de QUE BELLO ES VIVIR.

La historia de PRECIOUS es una tragedia que por obra del monólogo exculpatorio de la madre y de otros paraísos artificiales, acaba siendo un melodrama tirando a amable. Pero si quieren aliviar el agobio cotidiano pueden ver esta película y salir un poco mejores de lo que entraron al cine. Es lo que siempre han hecho las películas.