Las apuestas se habían igualado los últimos días. Todo el mundo sabía que la cosa estaría entre James Cameron y Kathryn Bigelow. Las malas lenguas decían que la buena relación entre los que hace 20 años fueron pareja daban morbo a la gala, de hecho estaban sentados juntos, el uno delante del otro y se iban felicitando a medida que ‘Avatar’ y ‘En Tierra Hostil’, sus respectivas películas iban gananado premios.

James Cameron, que había manifestado abiertamente su deseo de ver a su ex esposa, pero sin embargo amiga, ganar botaba en su butaca al oir a Barbra Streisand leer el nombre de Bigelow como mejor directora por su historia de artificieros en Irak. Una película de hombres realizada por una mujer que daba a esta californiana de 59 años el Oscar a la mejor directora.

Por primera vez en los 82 años de historia de los Oscar una mujer se hacía con la estatuilla, Barbra Streisand lo anunciaba con un ‘ha llegado el momento’ con el que precedía a la lectura del nombre de Bigelow.

La directora afirmaba emocionada que se sentía orgullosa de compartir nominacion con James Cameron, Quentin Tarantino, Lee Daniels y Jason Reitman y que el Oscar suponía el premio a toda una carrera.

Poco después de terminar sus agradecimientos, Bigelow entraba en bambalinas, su destino era la sala de prensa, pero tenía que volver después de que Tom Hanks leyese rápidamente, igonorando a las otras nueve nominadas que ‘En Tierra Hostil’ era la ganadora.

En el patio de butacas, Jeremy Renner, el artificiero de la historia, saltaba de emoción, James Cameron felicitaba a los productores y Bigelow aparecía sin creerselo todavía para recoger su segundo Oscar en una misma noche.

Con todo el equipo de ‘En Tierra Hostil’ sobre el escenario, una ausencia, la del productor Nicolas Chartier. Su campaña para captar votos le dejó fuera de la ceremonia, ahora tendrá que pedir audiencia a la Academia para recogerlo, pero sin duda hizo bien su trabajo.