La historia es conocida. Tras la muerte de JORGE V de INGLATERRA subió al trono su hijo EDUARDO VIII, que poco después abdicó, dicen que por su relación con WALLIS SIMPSON, una americana de vida poco admisible para la rancia realeza británica.

En realidad los motivos tuvieron mucho que ver con la filiación pronazi del monarca. A este tema la película EL DISCURSO DEL REY le dedica una línea de diálogo ya que todo el asunto del film se centra en las dificultades vocales del nuevo rey JORGE VI. Es una elección.

Se abandona el repaso a una época apasionante para centrarse en los problemas personales de una persona. Tras muchos intentos de curar la tartamudez del rey se presenta a  un individuo australiano que aplicando sus extravagantes métodos consigue que el monarca tartamudee menos y pueda lanzar un discurso coherente para anunciar que entran en guerra con ALEMANIA.

La relación entre estos dos personajes, interpretados por COLIN FIRTH y GEOFFREY RUSH, es lo que se cuenta en esta película de la manera mas aburrida posible. El director TOM HOOPER ha hecho mucha televisión y quizá por eso crea que en el cine se puede aguantar un buen rato de plano / contraplano con un guión interesante y unas buenas interpretaciones, pero aquí el guión no es apasionante y los actores terminan por repetirse, así que nos quedamos sin coartada.

Por supuesto el momento cumbre del film, el discurso, carece de intensidad y la emoción que el espectador debería sentir se pierde en una sucesión de encuadres convencional y un montaje inadecuado. Dicen que esta película va a recibir muchos premios, principalmente sus intérpretes, pero eso no la convertirá en una película mejor.

Eso sí, servirá para convencer a los espectadores de que hay aquí material interesante. Al menos se puede pasar el rato descubriendo rostros conocidos en el reparto y repasando los personajes históricos que aparecen.