A pesar de ser un ferviente seguidor de las películas de piratas desde EL TEMIBLE BURLÓN (ROBERT SIODMAK, 1.952) hasta PIRATAS (ROMAN POLANSKY, 1.986), pasando por ese obra maestra titulada VIENTO EN LAS VELAS (ALEXANDER MACKENDRICK, 1.965) no he sido un rendido admirador de las andanzas de JACK SPARROW porque sus correrías siempre eran una repetición inacabable de una misma idea: “busco un tesoro y necesito un barco que me lleve hasta allí” y el resto es ir y venir por los mares y pelearse con enemigos que tienen cierta gracia en sus primeras apariciones, pero que acaban siendo insoportables. Y, sobre todo, las tres primeras películas de la serie eran larguísimas.

El primer punto a favor de la cuarta de la saga, esta EN MAREAS MISTERIOSAS que toma su título de una novela de TIM POWERS que parece que los guionistas no se han molestado en abrir, es que resulta ser la mas breve de todas. Otro cambio importante es el del director. A GORE VERBINSKY le ha sustituido ROB MARSHALL, director de dos de los peores musicales de la historia, CHICAGO y NINE, y de una película  de gran éxito pero con menos cine en sus fotogramas que un episodio de los TELETUBBIES: MEMORIAS DE UNA GEISHA.

Aquí pone su entusiasmo característico en narrar las andanzas de un JACK SPARROW convertido en caricatura, de un pirata BARBANEGRA que debería haber tenido unos escritores mas inspirados para hacer de él esa amenaza que siempre ha sido en nuestro subconsciente, una hija de BARBANEGRA que tiene la misma sustancia que el personaje de su padre y al que no ayuda nada la apática interpretación de PENÉLOPE CRUZ. Ah, si y vuelve BARBOSSA con el entusiasta GEOFFREY RUSH queriendo robar la función si es que hubiera algo que robar, si es que hubiera algo que contar. Así que el punto favorable de la duración ajustada se convierte en único.

PIRATAS DEL CARIBE 4 es como las anteriores películas, alimento exclusivo para los fans. A algunos les parecerá que el ataque de las sirenas, o la historia de amor del misionero y una de estas criaturas marinas, o el papelón de OSCAR JAENADA, o el cameo de JUDI DENCH, o la aparición de KEITH RICHARD, que no es ninguna novedad, ejerciendo de padre de SPARROW, son cuestiones a disfrutar. Pero solo son mas de lo mismo en una franquicia que, dirija quien dirija, tiene que mostrar solo lo que el productor decida. Tendremos mas.

Félix Linares