Hay películas que hacen historia, imágenes que se quedan grabadas en la retina del espectador y las hay incluso que convierten en todo un icono.

Pasó con el vestido de Givechy y el desayuno de Audrey Hepburn ante Tiffany´s en ‘Desayuno con Diamantes’, los modelos que lucía Natalie Portman como la reina Amidala en ‘Star Wars. Episodio I’ o el traje rosa con el que Zhang Ziyi realizaba su espectacular danza en ‘La casa de las dagas voladoras’.

Otro de esos modelos para el recuerdo, es el vestido blanco que lucía Marilyn Monroe en ‘La tentación vive arriba’, la película que Billy Wilder estrenó en 1955.

La cinta, que adaptaba una obra teatral de George Axelrod, contaba la historia de un corrector de textos que debía quedarse en la ciudad varias semanas del caluroso verano, mientras su esposa e hijo se iban de vacaciones, pero su rutina quedaba alterada tras la aparición de una vecina nueva. Una modelo que venía a desequilibrar su mundo. Él era interpretado por Tom Ewell y la modelo, la tentación, tenía el rostro de Marilyn Monroe.

El personaje de Ewell imaginaba como relacionarse con ella, algo que ocurría en la mítica escena, una de las más recordadas del cine. En ella Monroe pasaba sobre una rejilla del metro y el aire alzaba su vestido dejando al descubierto sus piernas, una escena que por cierto fue recortadas por la censura de la época al considerarlas inapropiadas.

Este sábado sale a subasta el vestido de escote en V que rodea el cuello, con cuerpo drapeado, lazo a la cintura y falda plisada que pertenece a la colección de Debbie Reynolds y se espera que alcance el millón y medio de euros.

Pero el vestido de Monroe no es lo único que la casa de subastas Profiles in History presenta este sábado y es que Debbie Reynolds, recordada por su papel en ‘Cantando bajo la lluvia’ saca a la venta la primera parte de una colección que en total contiene 3.500 vestidos, 20.000 fotografías originales y varios cientos de pósters de películas y objetos relacionados con el séptimo arte.

Entre esos objetos destacan el casco que llevó Fracis X. Bushman, el Messala del ‘Ben-Hur’ de 1925, un mechón de pelo de Mary Pickford, un modelo lucido por Greta Garbo en ‘Anna Karenina’, la mayor parte del vestuario del ‘Romeo y Julieta’ que dirigió George Cuckor en 1938, el traje original que lucía Judy Garland en ‘El mago de Oz’, el trono en el que se sentó Bette Davis cuando interpretó a la ‘Elizabeth I, la reina virgen’ en 1955, el atrezzo de la ‘Cleopatra’ de Elizabeth Taylor o la guitarra que tocaba Julie Andrews en ‘Sonrisas y lágrimas’.