Nacida como Joan de Beauvoir de Havillanden Japón un 22 de octubre de 1917, Joan Fontaine es una de las leyendas vivas del cine. Junto a su hermana mayor Olivia, con la que tiene una complicada, por no decir nula relación desde 1975, es una de los pocos iconos que quedan del Hollywood de oro.

Fontaine se cambió de apellido en 1937, tras confirmar que de las dos hermanas de Havilland la que mayor éxito cosechaba era Olivia, recordada por su Melania en ‘Lo que el viento se llevó’.

Pero en 1940 cambio su suerte y Alfred Alfred Hitchcock le dio el papel protagonista en ‘Rebecca’. Fue nominada al Oscar, pero se lo llevó Ginger Rogers. Al año siguiente y de nuevo bajo las ordenes de Hitchcock protagoniza ‘Sospecha’ y en esa ocasión, compitiendo directamente contra su hermana se lleva la estatuilla. Dicen que fue el comienzo de su conflicto.

Después de estos títulos llegaron ‘Alma Rebelde’ o ‘Carta de una desconocida’. Pero en 1966 y después de probar suerte, con éxito, en los escenarios se retiró de la vida pública y se limitó a aparecer esporádicamente en televisión entre los años 70 y 80.

Desde entonces se ha enemistado con sus hija, Deborah y Martita, dicen que porque mantienen una cordial relación con su tía, y tras cuatro matrimonios ha cultivado otras facetas. Ha sido piloto con licencia, piloto de globo aerostático, experta amazona, ganadora de concursos de pesca de atún, golfista, experta cocinera, decoradora de interiores y escritora de su propia autobiografía publicada en 1979 bajo el título ‘No bed of roses’.

Hoy es su cumpleaños. Miss Fontaine, la dueña de la estrella 1645 del Paseo de la fama, cumple 94 años.