Con la muerte del jabalinista Periko Apellaniz, a los 89 años en su pueblo natal de Galdakao, desaparece el último gran legendario del atletismo vizcaíno, que fue pluricampeón de España, olímpico y varias veces capitán de la selección nacional en las competiciones internacionales.
Apellaniz, que años atrás recibió el Premio Leyenda por parte de la Asociación de la Prensa Deportiva de Bizkaia (APDB) en reconocimiento a extenso y notable historial deportivo, reconoció tiempo atrás a familiares y amigos que “el fútbol le gustó tanto como el atletismo”, pero de uno y de otro le retiraron las sucesivas lesiones aunque, finalmente, hizo algunos ‘pinitos’ en campeonatos atléticos para veteranos.
Con 1,78 metros de estatura y 85 kilos en sus momentos de forma deportiva, conquistó 13 campeonatos de España con sus lanzamientos de jabalina entre 1944 y 1958 y hasta 16 títulos vizcaínos sumando los de jabalina, 80 metros vallas y triple salto.
Periko Apellaniz, “de perfil jovial y humilde”, según los que le conocieron bien, sumó 5 títulos ibéricos y una medalla de bronce en los Juegos del Mediterráneo celebrados en Barcelona.
Brilló durante 1948 y su máximo registro personal, un tiro de 63,62 metros en Zalla, le concedió el pasaporte para los Juegos Olímpicos de Londres, si bien en el estadio de Wembley no tuvo una actuación feliz pues sus menos de 55 metros no le dieron el pase a la final del concurso de lanzamiento del dardo.
Apellaniz, que había nacido el 8 de febrero de 1924, remató su trayectoria deportiva siendo 22 veces internacional.
El deporte, en particular el atletismo, llora la muerte de una de sus figuras de leyenda.