IGELAK por Andoni Iturbe

Ainhoa Arteta, entre bodas, bautizos y comuniones

*Fotos David Herranz

ainhoa arteta

Ainhoa Arteta

Jorge, Pablo, Unai y Álex, cuatro jóvenes músicos de entre 18 y 20 años de Musikene, aguardan con paciencia su gran momento de gloria. “Es Ainhoa Arteta, ¿no? Si es muy conocida…”, comentan sorprendidos ante la gran oportunidad de actuar ante la eterna Bohéme. “La vi en la Expo junto a mi madre”, comenta uno de ellas. Precisamente, en aquella actuación tuvo que solicitar una invitación especial para saltarse una de sus actuaciones en La Scala de Milán.

La agenda de Arteta, cerrada hasta el 2017, no permitía mucha improvisación, pero la soprano tolosarra se reserva unos días para volver a casa durante el mes de diciembre y además tanto el título de la película como el proyecto le producían mucha simpatía. No dudó en dar el sí aIgelak por lo acertado de la propuesta, que combina drama y humor.

Por algo, Ainhoa es una auténtica recolectora de ranas. Los visitantes de su casa ya conocen la debilidad de Ainhoa por las ranas en forma de recuerdos, esculturas, atrezzo…  A nadie le extrañó, por tanto, que pidiera un recuerdo de su gran día en el rodaje. “Oye, no tendrás una pegatina de Igelak por ahí, ¿no?”, pregunta la cantante, que promociona Mayi, su tercer disco de corte pop.

Su disco anterior Dont´give up(2010) la acompaña en su actuación. Ya no es la diva que canta en los grandes centros operísticos del mundo sino una cantante que cede su talento a bodas, bautizos y comuniones. Hace poco, en una entrevista en El País, advertía de que tendría que ser más astuta en las negociaciones. “Pero ni valgo para eso ni quiero. Prefiero morirme de hambre”, sostenía. En dicha escena imaginaria del filme, rodeada de artistas que malviven en la calle, vestida de rojo y negro, seduce a la cámara en una actuación dramática excepcional: una voz directa y muy emocional bajo la batuta de Iñaki Salvador. Se trata de una diva que pasa por momentos bajos y que canta en la calle.

La soprano espera que el escenario que retrata la película (músicos empobrecidos que malviven como pueden) “no se convierta en realidad”. Crítica con el tristemente famoso impuesto del 21%, lamenta que los cachés hayan bajado muchísimo a raíz de la política fiscal.

Activista animalista en Twitter, la defensa y cuidado de los perros abandonados o maltratados es una de sus grandes luchas. Colaboró en una perrera en Italia y se le quedó grabada en la conciencia las duras imágenes provocadas por el ser humano. Menos mal que las ranas aportan muchas más alegrías…

@igelakfilm

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