Inteligencia emocional

LA GESTIÓN EMOCIONAL. La frustración en la infancia

frustracion

por Aitziber Barrutia Leonardo.

Varios padres y madres me han comentado lo identificados que se sienten con el anuncio televisivo en que un niño de unos 5 años decide optar por la pataleta como primera estrategia para conseguir aquello que desea en un supermercado.

– “¡Qué real!”
– “¡Qué típico!”- me comentan, mientras asienten buscando entre ellos miradas de
complicidad.
– “¡El mío lo hace en el parque, cuando tenemos que irnos a casa!”
– “¡El mío cuando me paro a hablar con alguien y se aburre!”

  

Tras un torrente de ejemplos y situaciones personales, básicamente llegan a la conclusión de lo listos que son sus hijos y sonríen entre orgullosos y desconcertados. Suele ser en este momento, tras la catarsis general, cuando me miran buscando respuesta. Aún a pesar de haberse sentido entendidos y haber comprendido que su situación es común y generalizada hoy en día, no parecen sentirse del todo satisfechos. Yo suelo recurrir entonces al ejemplo del bocadillo de chorizo:

“Mirad”-les digo-“Este el caso de una madre, que tras una dura y larga jornada de trabajo decide hacer las compras para prepararle a su hijo un bocadillo de chorizo, que probablemente le venga bien para hacer frente a las actividades extraescolares que tendrá más tarde. Compra, vuelve a casa, lo prepara y lo envuelve con todo su cariño. Cansada, pero con ganas de ver de nuevo a su hijo sale de casa con paso acelerado para llegar puntual al encuentro de cada día. Una vez allí el niño la saluda y apresurado busca en la bolsa de la merienda. Coge el bocadillo, lo abre. ¿De chorizo? Su cara cambia inmediatamente ¡Joe! ¡Otra vez de chorizo!¡No lo quiero! Y mira a su madre con cara de reproche. Es en este momento cuando tiene lugar la famosa pataleta. Tras escasos minutos de duda la madre guarda el bocadillo en el bolso y coge de la mano a su hijo, que ahora sonríe, pues sabe que se dirigen a la tienda de chucherías a comprar su donuts de chocolate.” Miro a los padres expectantes, intuyen que la historia aún no ha acabado. Pero el final lo tienen ellos:

– ¿Qué ha aprendido este niño? ¿Qué pasará cuando este niño crezca y tenga quince, treinta o cincuenta años?

La conclusión previsible: no sabrá afrontar situaciones frustrantes de manera adaptativa.
Pero, ¿cuáles son las principales emociones y creencias de las madres y padres que desencadenan de esta situación?

Resumiría las posibles causas en las siguientes cuatro:

1. La culpa. Debido principalmente a motivos laborales y actividades extraescolares, las madres y padres de hoy en día cada vez tienen menos tiempo para dedicar a sus hijos/as, y el que disponen prefieren invertirlo en verles sonreír. Pero esas carencias afectivas no pueden suplirse con posesiones materiales. Y si no, recapacite sobre las veces en que su hijo le ha enseñado un dibujo, una canción, o cualquier trabajo bien hecho buscando únicamente su aprobación, atención, admiración y dedicación como madre o padre.

2. El humor. A pesar de que en ocasiones resulten graciosas las reacciones viscerales de un niño de cinco años en un momento de rabieta, sus amenazas de “¡Pues ya no te quiero!” o incluso sus puntapiés, el niño interioriza esta reacción como forma válida y aceptada para conseguir su objetivo. Imagínese la magnitud de sus amenazas y su fuerza física a los quince o veinticinco años. ¿Qué pasará cuando no obtenga el puesto de trabajo deseado o la atención de esa chica que tanto le interesa?.

3. La vergüenza. A decir verdad, la parte del anuncio que más impacta a las madres y padres es la reacción de la madre, que anticipándose a la pataleta de su hijo se lanza al suelo representando en primera persona la consabida rabieta. Muchas madres y padres reconocen no sentirse capaces de negar las demandas de sus hijos por el miedo al qué dirán. Las normas que no se cumplen siempre, sin excepciones, crean confusión en los niños/as y en el caso de que termine por entender que la actitud adoptada varía en función de la gente que esté presente, es más que probable que utilice esta nueva estrategia en su propio beneficio, pidiéndole cosas cuando sepa que usted no puede negarse.

4. Miedo a frustrar. Muchas madres y padres temen que decir “no” vaya a frustrar y tener consecuencias perjudiciales para sus hijos. Lo cierto es que los niños buscan, necesitan y agradecen los límites. Piensen si no, en cuando su hijo/a comenzó a dar los primeros pasos y corría mirándole a usted por el rabillo del ojo esperando un “¡Para!” definitivo o una mano que lo detuviese con firmeza. Si bien en un momento concreto pueden generar frustración, a largo plazo, los límites son necesarios. Será tarea de las madres y padres aprender cómo y cuándo hacerlo.

Aunque en ocasiones sean desagradables, todas las emociones cumplen una función, y es posible que la de la frustración sea prepararnos emocionalmente para tolerar las adversidades de una sociedad real , sin cojines ni adornos, una sociedad más allá de la burbuja familiar, en la que el paro, el trabajo insatisfactorio, la relación incompleta, precios inasequibles y un largo etc., forman parte del pan nuestro de cada día.

No olvidemos que la niñez es un proceso educativo, un paseo de reconocimiento donde los niños/as aprenden a utilizar herramientas que les servirán para desenvolverse en la vida. En él aprenden patrones de conducta que, muy probablemente, repetirán de mayores con el fin de obtener resultados similares. Y qué mejor oportunidad que caminar de la mano de quienes más les quieren, de quienes mayor interés tienen en desarrollar sus habilidades y su potencial que les capacite para formar parte de una sociedad madura y responsable en la que ustedes, madres y padres, desempeñan un papel fundamental. Pero, háganse un favor, teniendo en cuenta que este paseo del proceso educativo dura al menos unos quince largos años… ¡No se olviden disfrutar del viaje!

¿Qué consecuencias a largo plazo puede tener para nosotras/os y nuestros hijas/os la no tolerancia a la frustración? ¿Cuáles consideráis las principales dificultades como madre/padre para aprender a decir “no” ? ¿Qué pensamientos y circunstancias dificultan este proceso de aprendizaje? ¿Qué situaciones y reflexiones podría aportar?

22 pensamientos sobre “LA GESTIÓN EMOCIONAL. La frustración en la infancia

  1. oier

    ¡Estupendo comentario Aitziber! Me ha parecido muy clarificador y muy bien escrito, muy sencillo y fácil de entender y además me "recuerda" muchas situaciones similares pasadas en mi familia. En cuanto a las consecuencias de la no frustración las vemos todos los días: desesperación, mal humor, problemas para aceptar nuestra responsabilidad ante los hechos que nos suceden, fracaso escolar, depresión y, por qué no decirlo, tendencias destructivas como los desórdenes alimenticios o incluso las drogas .Las causas de que los padres no digan no creo que las has expuesto tu perfectamente, pero si tendría que resaltar alguna es el sentimiento de culpa y también el recibir un cariño espontáneo resultante del no castigo. Los padres tenemos también necesidad de cariño y muchas veces caemos en no imponer o en levantar castigos para recibir como "pago" un abrazo o una sonrisa. La reflexión que puedo aportar es la necesidad de EDUCAR a nuestros hijos, y no sólo darles todo lo que podamos. Es más difícil pero es nuestra responsabilidad con el futuro… el suyo y el de nuestra sociedad. Enseñarles a diferir las recompensas es algo necesario en su educación Hay un poesía de Khalil Gibran, de su libro "El profeta" que empieza…"Tus hijos no son tus hijos. Son hijos e hijas de la vida…" (o algo así).Muy recomendable para todos. En fin Aitziber, me he extendido mucho pero tu post lo merecía. Quedo a la espera de tu próximo artículo que ojalá sea pronto.  Un saludo

  2. jon

    Kaixo Aitziber:
    Me ha parecido muy apropiado tu artículo sobre todo por la gran demanda de los padres y madres en las dificultades a la hora de educar en estos tiempos. Pero me ha llamado poderosamente la atención esta frase: “Las normas que no se cumplen siempre, sin excepciones, crean confusión en los niños/as”.
    Que razón tienes!!! Me parece esencial la creación de normas para el buen entendimiento entre padres/madres e hijos/hijas. Y si se hacen conjuntamente mejor aún. Pero las normas deben cumplirse sino se crean unas grandes confusiones, que a la postre conllevan conductas desordenadas. Sigue así Aitziber me ha encantado tu artículo. Un abrazo.

  3. Vincent

    Buenas tardes a todos. Lo que son las cosas, hoy mismo estaba hablando con mi hermana de esto. Ella decía eso de la culpa, el sentirse mal porque Irati, su niña, no había tenido lo que ella quería. Yo llevo dándole vueltas a eso de decir “no” a los críos, que tan difícil nos resulta a los padres a veces. Y no sé si al final es por consolarme, pero ¿No crees que en cierto modo al decirles lo que no pueden hacer también les decimos que nos importa lo que hagan? Eso es necesario ¿no? Bueno, no quiero ser pesado, pero me gustaría que alguien me contestara. Un saludo. Vincent.

  4. ismael

    Buenas noches:
    Analizando éste artículo, te das cuenta de que probablemente en algunos aspectos, no estamos acertados a la hora de tomar decisiones referentes a la educación de nuestros hijos.
    Pienso que la fustración, es una emoción que deberíamos trabajar siempre que tratemos sobre la educación de nuestros hijos.Deberíamos ser capaces de poner límites a sus exigencias, y no sentirnos culpables por ello pensando que vamos a “fustrarles” por nuestra actitud. Creo que en un futuro lo agradecerán, pues según vayan creciendo se van a ir encontrando con situaciones difíles que ellos van a tener que ir superando, y en la medida en que se haya trabajado la fustración en edades tempranas, ellos se sentirán más capaces de ser autosuficientes en el momento de solventar muchos de los problemas a los que se tienen que enfrentar día a día.Un saludo.

  5. Aitziber

    ¡Hola a todas/os! Soy Aitziber, la autora del artículo. Antes de nada agradeceros a todas/os vuestra participación e implicación.
    Vincent, estoy completamente de acuerdo contigo. Cuando ponemos límites,normas, etc. de alguna forma estamos transmitiendo valores. De ahí la importancia de la constancia. Si queremos fomentar, por ejemplo valores como la tolerancia, el respeto y la empatía, deberíamos de hacerlo siempre, sin depender de lo cansado que esté, quién se encuentra a mi alrededor, etc.No podré permitir o aceptar que los niños se peguen ni el lunes, ni el sábado, ni en función de quién esté en casa… tendré que asegurarme de que las normas para una convivencia sana se mantienen siempre. Esto no es una tarea fácil y requiere, entre otras cosas, la cooperación de los diversos miembros de la familia, pero pensemos por un momentos en las consecias a largo plazo ¿Qué sociedad queremos construir?

  6. Maite

    Tengo 37 años y al tener nuestro segundo hijo nos planteamos que si no queríamos agobiarnos tanto como al tener el primero, yo pediría reducción de jornada y así lo hicimos, cuando estaba leyendo en el artículo la parte de la madre cansada que lleva el bocadillo a su hijo y él no lo quiere, me recordaba las veces que me pasaban situaciones muy parecidas y que muchas veces por no tener tiempo buscaba la solución mas rápida, sin ser muchas veces la mas adecuada. Desde que trabajo sólo por las mañanas la situación ha mejorado, al tener mas tiempo libre, la sensación de culpa cuando les digo a mis hijos que no pueden o tienen que hacer otra cosa ha disminuido considerablemente y al tener tiempo para explicárselo, también va desapareciendo el miedo a frustrarles, por eso pienso que es muy importante que nos demos cuenta que somos padres y no supermanes que podemos hacer todo bien, sino que tendremos que tener prioridades y buscar soluciones para intentar educar lo mejor posible a nuestros hijos y creo que este tipo de artículos nos pueden ayudar mucho para como bien dice su autora disfrutar del viaje en el que estamos inmersos.

  7. Sara

    Antes de nada quería felicitar a la autora por este pedazo de artículo que me ha conmovido.Tengo 29 años y este año me voy a casar. Además tengo ya despierto lo que se suele decir “el instinto maternal” y la verdad que dentro de un añito me gustaría tener un hijo/a. Creo que tiene que ser lo más gratificante que te puede pasar en la vida, pero eso no quita para que tenga un poco de “pánico”. Hoy en día se puede observar una falta de educación emocional en la social brutal. Lo que a mi concretamente más me asusta de tener un hijo es que aunque tu intentes educarlo con unos valores, ese niño pasa mucho tiempo fuera de casa y si en los colegios no se trabajan, veo un poco complicado como el niño lo puede aplicar. Me gustaría saber cual es la opinión vuestra sobre este tema que me preocupa bastante.
    Ánimo chicos por el trabajo que estais haciendo

  8. Rosa.

    Sara,

    Todos los padres sentimos temores diversos a la hora de decidir unos u otros principios, valores… para educar a nuestros hijos, sobre todo porque queremos hacerlo lo mejor posible. Aún cuando el niño pase tiempo fuera de casa, la familia es y seguirá siendo escenario decisivo para el niño, primero porque la bienvenida siempre se lo da una familia, y aunque vaya y venga de contextos diversos, la familia es referente sin igual. Y ya lo ha demostrado la autora de este artículo, sobreprotegerles no es la cuestión porque el conocimiento se adquiere de manera socializada. ¡Y a tener esos retoños que dan mucha fuerza y alegrías!

  9. ana

    Pienso que los límites son necesarios desde que son muy pequeños.Ellos están midiéndonos en todo momento y en cuanto bajamos la guardia “ZAS” nos ha pillado.Mientras eran pequeños muchas veces me he planteado si todo esto valía la pena o era mejos dejar hacer y no tener broncas.Ahora tiene quince y doce años y pienso que sí, que vale la pena.Comparo con otras familias que por circunstancias han dejado hacer… y ahora con las mismas edades que los míos las consecuencias son terribles,malas contestaciones y sobre todo despotismo y falta de respeto para con los padres y me da una pena terrible.Así que pienso que es como el cuento del bambú japones que a la larga todo tiene su fruto
    GRACIAS POR TUS APORTACIONES AITZIBER

  10. Aitziber

    Ante todo quisiera agradecer la respuesta de los lectores. Es reconfortante saber que hay tanta gente dispuesta a poner límites en la infancia, con todo lo que ello conlleva, con el fin de educar a los hijos/as dotándoles de habilidades y competencias para situaciones futuras. Sin embargo a menudo relaciones los límites con actitudes agresivas como miradas, gritos, amenazas, enfado, etc. ¿Creéis que esta es la forma más eficaz de poner límites? ¿Qué experiencias habéis tenido al respecto?Una vez más, gracias a todas/os por vuestra participación.

  11. lidia

    Yo creo que en general se ponen pocos límites, es lo que veo a mi alrededor, cuando se ponen muchos no utilizamos la mejor forma. Para eso estamos, para aprender y mejorar.
    Yo tengo dos hijos de 5 y 3 años, y ahora el pequeño está en plena fase de negación y pataleta. Lo que más me consuela es acordarme de que el mayor tambión pasó por esta etapa y que poniendo y manteniendo las normas…aquello quedó atrás. Y si pensamos que no acertamos en las formas, no creo que nos vaya a ir peor si además mejoramos éstas. Eso si, cansa, cansa mucho tener que aguantar la medio pataleta cada vez que dices que no (unas 100 veces al día?).
    Pero bueno, nadie dijo que ésto fuera a se fácil por muchas ganas que tuvieramos y tengamos de ser padres. La verdad lo estamos comprobando, siempre con el convencimiento de que todo esto merece y merecerá la pena.
    Un abrazo a todos y ánimo!

  12. nuriA

    hola soy nueva en esta página y me ha parecido muy acertado tu artículo asi como los comentarios. Yo tengo un hijo de 10 años y desde hace unos meses le estoy notando un comportamiento un tanto iba a decir agresivo pero en realidad no llega a tanto más bien es una pataleta infantil, grita cierra puertas con brusquetan, etc cuando le niego o obligo a hacer algo, nunca le habia visto ese comportamiento, siempre ha sido un niño bastante obediente y comedido, estoy preocupa porque hasta ahora no había tenido problemas de obediencia con él y salvo errores que todos podemos cometer considero que lo he educado lo mejor que he sabido , cual debe ser mi actitud, estoy un poco desconcertada

  13. leire

    hemos pasado de una sociedad represiva a una en la que evitamos toda frustracion. aprendamos de cada fase y busquemos el equilibrio

  14. maria antonia

    Hola aun no se como he llegado ha esta pagina pero si que lo necesitaba, creo que tengo un caso similar a Nuria me hijo tiene tres años y aunque es obediente Siempre se ha presentado con una conducta bastante agresiva, hoy por ejemplo paso un mal rato por la imposibilidad de ir al baño, eso lo irrito bastante, y a pesar de que le hablo con cariño y a la vez con autoridad pierde el control y llora desmedidamente grita, y es agresivo , no puedo acercármele para ayudarle pues saca su mano para golpearme , en realidad creo que estoy perdiendo el control, no se como manejar la situación pues he optado por castigos ,pero no obtengo mucho resultado.de su agresividad y desobediencia se las consecuencias largo plazo. No tengo mas hijos y tengo muy claro que quiero criarle con la mejor conducta posible ,en lo personal me considero arriesgada con el “NO” pero me agota que se muestre de ese modo con migo, se enfada tanto que me toma como su enemiga no quiere verme por un rato y me dice que me valla eso me hace sentir mal en realidad me duele que se comporte así ,soy demasiado joven pero a veces del cansancio al lidiar esta situación no me siento de 22 si no de 80, si alguien tiene claves desde sus experiencias para mi seria muy reconfortante tenerlas, gracias.

  15. María

    hola!
    Tengo un hijo de casi 2 años, que esta empezando con las rabietas y no entiende un “no” cuándo se lo digo. ¿por qué? Por las razones que tu has comentado en tu artículo, me doy cuenta de que fallo muchísimo en eso, permito a veces, cansada del trabajo, por debilidad, y luego no se porque me sorprendo de que cada día sea más dificil su comportamiento, y que mi hijo sea un dictador conmigo. En alguna ocasión excepcional que exploto con un grito o le doy un cachete en la mano cuándo tira algo adrede, sabiéndo en el mismo momento que lo hago está fatal, me arepiento, me odio, y hasta le pido perdon a mi niño. No controlo nada mis emociones y es triste pensar que el problema soy yo y como lo educo. Todo ello me lleva a que aún dándome cuenta de ello, estoy repitiendo la misma educación que me dieron mis padres. Mi madre adorable, pero demasiado permisiva y mi padre que directamente no sabia lo que era educar, me exigia sin darme animos o felicitarme, me ha dejado su huella en una baja autoestima cuándo nada le parecia bueno y todo le parecia poco. Ciertamente los niños son una esponja que todo lo absorbe y yo un mal ejemplo que aunque me doy cuenta de mis errores, es dificil dejar de ser lo que se es. Eso le pregunto a Vd. y me pregunto; ¿como puedo ser mejor educadora que mis padres? ¿Tal vez todo pase por saber controlar mejor mis emociones y como lo hago? Lo de contar hasta 10 funciona a veces. Me siento triste, no quiero repetir la historia. Mi hijo es feliz y risueño y se que esto no es más que una etapa, todos en la guardería tienen el mismo o parecido comportamiento, pero es un tiempo que se delicado y que se puede torcer por no saber educarle en todo momento. Quiero que mi hijo sea en el futuro un hombre feliz y de provecho. Gracias.

  16. Fernanda

    mm.. Tengo 16 años ii aunk iia pase por esa etapa mis papás me frustran pk no me komprenden.. por eso avees tengo tanta rabia k la ultima vez k me púse asii.. prendi la kocina de mi kasa, es k hay tantos adultos k no saben komo tratar a los niños oa dolescentes que generalmente hacen los primero k krean correcto, y es k ellos kreen k lo korrecto es castigar, o gritar, odio los gritos.. pero ellos no entienden.. aunke apesar de eso.. soy feliz.. aprendi a hablar y caminar despues de los 2 años.. y siempre hize berrinches como kualquier niña de esa edad.. pero por hacer esa pataletas y ser ademas una ninia diagnostikada kn deficit de atencion kn hiperactividad, siempre tube mis propios ideales ii siempre hize lo korrecto..
    en fin.. luego me dijeron k era una niña indigo.. ii ahora me han llevado a yoga.. i a buscar un guia espiritual..
    alguien sabe k es un guia espiritual? =/
    Me gustaria k alguien me kontestara.
    bnoh.. resumiendo..
    Los papás hacen k nosotros nos frustremos de una forma k no nos dejan ser nosotros mismos x3
    saludos =)
    shaw (=

  17. Flavia

    Hola a todos!! antes que nada quiero agradecer ala maravillosa persona que realizo semejante pedaso de articulo es admirable como entiende el comportamiento y reaccion de los niños, voy a aprender a tratar de educar mi niña de 6 años que serios problemas estoy teniendo por falta de limites, atencion y amor he tenido, gracias en verdad gracias por este articulo.
    Saludos

  18. Mary

    A quienes estén interesados en el tema les recomiendo fervientemente el libro INTELIGENCIA EMOCIONAL EN LA FAMILIA, del autor de este artículo. Explica muchas cosas de forma sencilla y da soluciones y ejemplos muy practicos y utiles. Se lo recomiendo de verdad.

  19. maesita

    Hola a todos, quisiera aportar una estrategia que me ayudo muchisimo en la crianza y educacion de mis tres hijas,

    les puse mi atencion en el rol que ocupaba y se basaba en que es la mama quien sabe lo que los niños necesita para eso es la “mama” y es la mama quien hace la compra por esa razon le enseñe un poco de nutricion, le explique como funcionan algunos alimentos de esos que salen por la tele, y como funciona la fruta o un bocadillo, lo entendieron rapidamente,
    aprendieron a preparar bocadillos super ricos de diferentes clases y las tres llevaban su bocaillo al cole y ocasionalmente solo ocasionalmente les daba una sorpresa y les compraba algo que sabia que les podia gustar para que supieran que es y no se quedaran con las ganas, cuando habia un cumple lo mismo, porque antes no se llevaba el traer esas bolsazas de chuches por niño que me parece una exageracion pero ellas se guardaban el dulce para despues de la merienda, y algunas veces se les olvidaba y todo..en fin,,los niños estan mas satisfechos si conocen cuales son sus limites y porqué,sobre todo el porque,que no es negarles algo bueno al contrario.

    hoy dia mis hijas son mayores y saben comer adecuadamente de todo, se han interesado en la composicione de las comidas preparadas y para que te voy a contar….

    por supuesto que tuvimos nuestros dias de bajon, pero para eso estan las tardes de paseo o de contar cuentos cambiando a los personajes el rol, eso me fue bastante bien, a veces hacian de mama y se mostraban muy condescencientes…

    chao. maesita

  20. blanca castellanos gonsales

    que no sirve para nada la frustacion jajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajjaajjajaajjajajajajajajajaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa que risa meda la frustacionnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnn

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