Inteligencia emocional

Humor, ¿la otra dieta mediterránea?

Por Igor Fernandez

Os propongo un menú ideal: de primero garbanzos con berza que nos protege del cáncer de mama, ovarios y próstata, acompañado con ensalada de tomate y cebolleta, regada con aceite de oliva virgen, que también previene el cáncer de próstata, y rebaja el riesgo de desarrollar cáncer de estómago y colon.

De segundo, revuelto de setas con huevos de corral para protegernos contra los tumores y regalarnos con proteínas esenciales para nuestro organismo. Todo acompañado con un vasito de vino, por supuesto, cuyo resveratrol actúa también combatiendo el cáncer. Para terminar, unas moras antioxidantes, un yogur de esos con capacidad para revolvernos las tripas y un rojo, verde o negro para terminar de arrinconar el cáncer de ovario.

Es algo que quién más y quién menos tenemos asumido. Somos lo que comemos: las proteínas, hidratos, lípidos… Previenen enfermedades y conforman los millones de células a través de la metabolización en cada tejido de nuestro cuerpo.

A mí me sugiere una analogía interesante. ¿Habrá un menú hecho de pensamientos y actitudes y emociones que podemos “tomar” para prevenir otro tipo de malestares e incluso enfermedades psicológicas, emocionales o algo similar?

Me refiero a la existencia de algo así como factores protectores del estilo de tomates extrovertidos, vino de relativismo o pan humorístico. Y por qué no, leche condensada, chocolate, bollos y mermelada de puro disfrute.

10 pensamientos sobre “Humor, ¿la otra dieta mediterránea?

  1. Edurne

    Yo creo, que si hay un menú hecho de pensamientos y actitudes, que nos ayudan a prevenir muchos malestares, a mi me va muy bien, la dieta de la alcachofa, a de alegría de vivir, l de leer todos los días mínimo un artículo de este tipo, c de confiar en los demás, a de autoestima, ch de chocolate, todos los días una onza, para aumentar el buen humor, o de organización, para tener tiempo para mi misma, f de felicidad y a de amor, de dar y recibir todos los días, un bocadito para no pasar hambre.

  2. irene

    Veo, que el menú de toda la vida, donde la alimentación de los sentidos ha sido fundamental en las familia.Con sabrosas sonrisan, jugosas contemplaciones de puestas de sol, olas espumosas o campos con vida y ricas dosis de ilusión,se han alimentado personas con las defensas necesarias para prevenir enfermedades cotidianas.

  3. rogelio

    Ojalá sea posible una dieta de esas que comentas. Yo, por si acaso, voy a intentar sazonar mis comidas con eso que tu apuntas como fatores protectores: humor, creatividad, optimismo, alegría, fluidez… no se si la comida, la vida, cambiará pero estoy convencido que tendrá un mejor sabor.

  4. Jon

    Somos lo que comemos, y somos lo que pensamos. Por eso utilizar esos ingredientes que tú dices: humor, alegrí, extroversión…nos ayudará a tener más limpios nuestros pensamientos y actitudes y no caer en el pesismismo o en la hipocondría crónica. “Buen menú, buen menú, señor, señor…Tenemos…”

  5. Aitziber

    Sería interesante también acordarnos de postres como “perdón”, “gracias” etc. una vez terminada la comida. A menudo pasamos un buen rato con alguien, o nos equivamos y aún siendo conscientes de ello nos lo terminamos guardando. Generalmente nos llevan a digestiones mucho más pesadas…

  6. iker merodio

    Tan bueno como me habías prometido. Si puedo aportar algo, mi dieta de equilibrio emocional consiste en líquidos: un café descafeinado después de comer en familia para relajar, agua cuando trabajo solo en casa para regar mi disciplina, un Cola-Cao con sus grumitos los domingos por la mañana para prepararme ante un día “off”, uno con leche a media mañana con mi compañero de trabajo para aliviar tensiones, un té con Estefanía una tarde de lluvia para el equilibrio y, por supuesto, una caña con los amigos para el sentido del humor. Un beso

  7. Oliva Caballero

    Siempre he creído que una de las buenas cosas de la dieta mediterránea, son las sobremesas en las que se habla de lo habido y por haber, con soluciones o no, pero hablando y escuchando. Y muchas, muchas veces aderezado todo con una risa agotadora que hace que pienses…que bien he comido!!!

  8. iker

    cada vez mas se hoy hablar sobre la medicina psicosomatica, he hay que en medicina empiezan a tener en cuenta las emociones

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