Inteligencia emocional

Auto-regulación emocional: Consecuencias de educar gritando.

Por Aitziber Barrutia Leonardo

Varias madres/padres me han comentado su necesidad de recurrir a los gritos como última alternativa, ante la incapacidad que sienten para recibir la atención requerida por parte de sus hijas/os.

A continuación resumo las objeciones que identifico al respecto:

  

 

1. COMUNICACIÓN NO VERBAL E INTERPRETACIÓN: un mismo mensaje se recibe de forma diferente dependiendo de la interpretación que hacemos del mismo. Si tenemos en cuenta que sólo el 7% de lo que comunico es verbal, referente al contenido (Alton Barbour, 1978), el resto lo atribuyo a: voz , tono, volumen, gestos, posturas, expresiones faciales, etc.

De esta forma, no se asimila igual:
– ¡QUE TE HE DICHO MIL VECES A QUE APAGUES LA TELEVISIÓN Y VENGAS A CENAR O TE QUEDAS SIN TELEVISIÓN LO QUE TE QUEDA LA SEMANA!- gritando, amenazante, con ojos desorbitados y la mano alzada.
Que:
– Estamos esperándote para cenar hace un rato y si no vienes, lo siento mucho pero sabes que vas a tener que quedarte sin televisión lo que queda de semana. – con tono firme pero sereno.

Aún a pesar de que en el momento le exponemos a una situación poco apetecible y es probable que genere enfado o frustración, el sentimiento que se interioriza a largo plazo es muy diferente en ambas situaciones. Como hija/o, según la información recibida asumiré si el emisor (madre/padre), está en definitiva conmigo (2º caso), acompañándome en mi proceso de maduración y responsabilizándome de mis propias decisiones, o contra mi (1º caso) con el objetivo de fastidiarme.

2. MODELADO: Recordemos que las madres/padres sois el referente principal de vuestras hijas/os, sobre todo en los primeros años de vida, el modelo a seguir. Ante una incongruencia entre el mensaje verbal y no verbal, de forma instintiva priorizamos el segundo. Es decir, si alguien me pregunta qué tal estoy y respondo “bien”, mirando al suelo, con ojos tristes y voz entrecortada, es probable que hagáis caso omiso de mis palabras y os centréis en la información de la comunicación no verbal. De esta forma, si decimos a nuestras hijas/os que no nos griten chillando a pleno pulmón, estaremos perdiendo credibilidad. Prediquemos con el ejemplo.

3. INMUNIZACIÓN: Aunque en ocasiones consigamos nuestro objetivo de atraer su atención mediante el temor, es probable que con el tiempo terminen acostumbrándose a ese tono y deje de surgir el efecto inicial (la reacción de alarma ante lo desconocido).

4. APRENDIZAJE: En el caso de conseguir mantener su atención cuando gritamos, estaremos inculcando que aprendan a responder a los gritos, frente a la posibilidad de enseñarles a considerar lo que comuniquemos en un volumen menos elevado. Enseñamos a responder sólo desde el miedo.

5. CONCEPTO ERRÓNEO DE AUTORIDAD: En ocasiones relacionamos la autoridad con la fuerza, cuando según la R.A.E se trata del "crédito que por su mérito y fama, se da a una persona en determinada materia", por lo que no necesariamente requiere de la misma.

6. CREATIVIDAD: Frecuentemente recurrimos a la agresividad como reacción principal ante el enfado. Nos justificamos considerando que es la única opción posible. Ésta es, sin duda la manera más fácil y cómoda de descargar la tensión inicial a corto plazo, pero resultaría interesante cuestionarnos consecuencias que provoca a largo plazo. “El hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra” dice el refrán. Si ya hemos comprobado una y otra vez que gritando no conseguimos nada, tendremos que pensar nuevas alternativas ante la misma situación.

Si seguimos haciendo lo mismo, seguiremos obteniendo los mismos resultados” (Albert Einstein)

7. RESPONSABILIDAD: En ocasiones utilizamos la expresión “es que … me ha enfadado”. Seamos conscientes de que la decisión última de enfadarnos es nuestra. Alguien ha hecho algo y yo decido enfadarme (ya que podríamos optar, según lo mencionado en el punto anterior, por diferentes reacciones ante la misma situación). Además, estaríamos poniendo a disposición del resto nuestras reacciones, cediéndoles la capacidad de control.

8. FUNCIÓN: Recordemos, por último, que según la teoría de la Inteligencia Emocional las emociones cumplen una función y es nuestra responsabilidad descifrarlas para poder beneficiarnos de las mismas. Esto requiere por tanto, un ejercicio de auto-conciencia: ¿En qué situaciones nos enfadamos? ¿Por qué? ¿Lo hacemos con la persona adecuada?

En términos generales nos enfadamos cuando un obstáculo se interpone entre mi persona y mi objetivo. El enfado, a nivel neurofisiológico me carga de tensión, que podría facilitarme la energía que requiero hasta superar el obstáculo. Sin embargo, a menudo, cuando conseguimos dicha energía, perdemos de vista el objetivo final y la canalizamos de manera inadecuada y poco productiva.

Os propongo que la próxima vez que os enfadéis, penséis por un momento cuál es vuestro objetivo último y si vuestra reacción va a facilitar su obtención ¿Qué os parece?

19 pensamientos sobre “Auto-regulación emocional: Consecuencias de educar gritando.

  1. oier

    Pues que la próxima vez que me enfade, pensando en todo lo que has comentado, creo que se me pasará el arrebato. A veces, con esto de la IE me pregunto si el enfado, la ira e incluso la alegría deben ser reguladas, cuándo han de serlo y por qué. Espero que con la práctica estas dudas vayan desapareciendo.

  2. Gotzon

    Muchos nos hacemos las mismas preguntas. El mismo Aristóteles también, y añadía que el problema no era el enfado ni tampoco la ira, sino lo apropiado del momento, la persona, el lugar y la justa medida.

    Verbigracia, que peor que no educar, viene siendo perder la educación por un calentón a destiempo. En tal caso, se le funden a uno los plomos, se le apagan las luces, y no hay nada que hacer ¿Un desahogo?

  3. Ígor

    Recogiendo el comentario de Gotzon, me gustaría añadir un matiz. Los gritos, a la hora de educar a los hijos, o en cualquier otro contexto en el que tratamos de hacer valer nuestra opinión, no hablan de la fuerza de nuestros argumentos, o de la importancia de lo que tratamos de transmitir. Hablan más bien de una especie de catarsis; por falta de razón (si revisaramos algunas de las normas que tan férreamente defendemos, quizá no encontraríamos muchas razones para perpetuarlas) o de recursos para convencer, nos asalta la rabia y la frustración que no podemos manejar, de tal manera que al final acabamos gritando.
    Entre adultos puede haber más maniobrabilidad, pero este estilo de comunicación es injusto para con un niño de cuatro años, por ejemplo. Nosotros tenemos los recursos para manejar el enfado de otro, pero los niños no tienen esa capacidad desarrollada. Por esta razón no “entienden” lo que hay tras el grito,sino que, como dice la autora del artículo, lo que prevalece es el miedo, poco útil a la hora de incorporar nuevos aprendizajes. Muy clarificador, gracias, Aitziber.

  4. Mila

    Este es justo mi punto débil. No puedo controlar mi enfado sobre todo con mis hijos, lo peor es que despues de la tempestad, cuando llega la calma sufro muchísimo porque soy consciente de que me he pasado y con el “calenton” he dicho cosas que no deberia…. ¿Como controlar el enfado ? intentaré seguir la sugerencia de Aitziber de pensar en el objetivo pero creo que necesitaré algo mas porque cuando me enfado siento que la razón se nubla…. y entonces la chispa salta y pierdo los estribos. Si podeis darme algún consejo os agradecería de corazon.
    Gracias por todo. La IE me parece algo muy interesante e importante para la vida en general.

  5. Irene

    Estoy de acuerdo con las objeciones del artículo, de recurrir a los gritos para que nos hagan caso, pero hay veces, que aunque sé, que la decisión última de enfadarme es sólo mía, después de estar media hora, intentando hacerles entender a mis dos hijos, que con su edad se tienen que hacer responsables de sus cosas, llega un momento, en que no puedo evitar pegarles un grito, la teoría la entiendo bien y estoy de acuerdo con ella, pero en la práctica, no me puedo contener y creo, que me faltan herramientas concretas para poder regular mis emociones. ¿ Qué tengo que hacer en estas situaciones ?

  6. maggy

    Me gusta saber que el educar a gritos no es educar es maltratar, las secuelas son muchas, vamos a bajr el tono de voz y hablar y educar con el corazon y la razon dar ejemplo hara que el mundo realmente cambie

  7. Gotzon

    Por último, no hay más que pensar en nuestra propia experiencia. A mi personalmente me encanta aprender siempre, pero no de cualquier manera

  8. Jon

    Sí! leído queda muy bonito, pero…cuando estás que te arde la cara y te sale humo por las orejas porque tu hijo, tu compañero de trabajo te está haciendo la vida imposible, qué difícil es pensar en todos estos buenos argumentos. Creo que a esto se le llama SECUESTRO EMOCIONAL no? Podríais explicarmelo mejor en algún artículo? Gracias

  9. lidia

    Respondiendo a JOn, yo también me hago la misma pregunta. Leyendo parece mucho más fácil que cuando realmente algo te saca de quicio. Pero por otro lado, si pensamos dos veces lo que estamos haciendo, si nos cuestionamos lo que gritamos aunque sea después de haberlo hecho yo creo que todo irá mejor. Creo que gritaremos la mitad de las veces, aunque la otra mitad de las veces lo sigamos haciendo igual de mal. Quizá así, nos eduquemos a nosotros mismos y en unos cuantos años todo nos vaya mejor con los hijos, la pareja… Abrá que intentarlo

  10. Rosa

    Me ha gustado el artículo. Son varias las ideas comentadas que estimulan la reflexión. Especialmente me quedo con lo que aporta el texto desde la imagen que lo inicia hasta la reflexión final, en cuanto a los modelos de actuación que se pueden ofrecer a los niños desde la más temprana edad. El lenguaje es también un recurso importante no solo para trasmitir significados… El comentario de ïgor, me ha recordado una canción que dice: “no me grites que no hay por eso más razón en lo que dices…” Por otro lado, ¿ necesariamente el enfado tiene “el grito” como correlato lingÚístico?

  11. Bibiana

    No a los GRITOS. Supongo que son un instrumento que tenemos los humanos para descargar nuestras tensiones. Muchas veces creemos que por gritar tienen más validez, más fuerza nuestras palabras, como si tuviésemos la razón. En fin, supongo que tenemos que plantearnos si a a nosotros nos gusta que nos griten. A veces, el elevar un poco el tono de voz (sin abusar) impone autoridad a los que nos rodean, estrategia válida con los niños si se aplica cuando es debido. Cierto es que en muchas situaciones los gritos solo crean FRUSTRACIÓN, sobre todo cuando a quien se le grita no puede defenderse. Debemos evitar que el cansancio, la rutina, nuestros problemas personales sean fuente de gritos a los más pequeños.

  12. pili

    Gracias por el artículo y los comentarios. Siempre me siento como un monstruo cuando grito a mi pequeña y siempre sé que no es necesario. También he decidido hace un tiempo decirle a ella que no soy perfecta, que cuando le grito es que me enfado y que pierdo la razón que pudiera tener y por supuesto, he decidido, pedirle perdón.¡Me queda tanto trabajo antes de conseguir no volver a utilizar el grito! Leí hace tiempo que quien pierde la paciencia pierde la batalla. Espero poder ganar.

  13. rosa bonilla mancera

    me siento muy mal mi marido le grita por todo a nuestro hijo de 6 años ademas con los ojos desorbitados y un tono amenazante y lo peor es que asi no consige nada y pnos provoca mucho extres y ansiedad algien podria aconsejarme que hacer? ya lo he hablado con el pero dice que es su manera de educar y no quiere hablar del tema .Tambien he pensado en separarme peo no quiero hacerle daño a mi hijo por que quiere a su padre ¿que puedo hacer?

  14. marc

    no somos dueños de nuestras emociones, no tenemos control sobres ellas, nisiquiera, aun sabiendolo, dedicamos ni un minuto de tiempo para relajarnos.los ninos son practicamente emocion pura, y nosotros no hacemos mas que inyectarles sobredosis de autoculpabilidad, idiotismo, inutilidad…y sera lo que consequiremos que sean, ojala con el paso del tiempo puedan llegar a comprender de lo que son capaces y superen sin nuestra ayuda todos los traumas que les causamos por no poner atencion suficiente a nuestra conducta, y querer controlar a gritos las suyas.¿hemos perdido la capacidad de amar, hasta a los seres que han salido de nuestras entrañas? el problema esta en nosotros, y ellos son un blanco facil donde descargar nuestra ira y todas las tensiones acumuladas.

  15. marc

    respondiendo a rosa bonilla mancera.seria aconsejable que fuera capaz de autoanalizarse, de descubrir que es lo que realmente le causa tanta tension.un consejo, los reproches no solo no funcionan con los niños, menos aun con los adultos;suelen crear una barrera cada vez mas dificil de atavesar.no te rindas en la primera sesion, a los hombres les cuesta mucho mas que a las chicas la comunicacion sentimental.el problema esta en el, si te consideras su pareja no le abandones sin mas, te veras recompensada por todos.que no te deje confundir con excusas que a lo mejor se cree hasta el: es su manera de educar)suerte y un beso

  16. luzma

    La mejor manera de bajarle el volumen a quien grita es respondiendole muy pero muy bajito, casi sin volumen…. como si le hablaras en el pabellon de la oreja pero a metros de distancia haciendo contacto visual, es decir: Mirando esa persona a los ojos; sin ira pero muy segura de la respuesta. No permita que nadie, pero nadie te suba la voz! un saludo,luzma

  17. indi

    Puede Cambiar un niño griton si ya esta acostumbrado por que se le ha criado asi?
    Si la mama esta dispuesta a cambiar

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