Inteligencia emocional

Educación emocional e Integración social

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Por Jon Berastegi:

La integración social, no se puede considerar como un producto de la educación, sino como un proceso que se inicia en la familia y posteriormente la escuela es la encargada de ofrecer y enseñar las habilidades y conocimientos necesarios para incorporarse a una comunidad social más grande, la vida adulta.

En la medida que enseñemos a nuestros alumnos habilidades y destrezas mediante experiencias de aprendizaje significativas, se enfrentarán con mayor o menor probabilidad de éxito ante las situaciones diferentes a lo largo de sus vidas, las cuales serán un órdago constante en su integración en la sociedad.

  

 En mi opinión tres elementos son necesarios, entre otros,  en la vida de las personas para su socialización: familia, educación y vida laboral. Y envolviendo a todos ellos, el contexto (la comunidad) donde vivimos, cantamos y lloramos…

 Por ello uno de los objetivos de la Educación, consiste en preparar y ayudar al alumno en el trayecto hacia el mundo laboral, en dónde aparte de las competencias técnicas, las competencias emocionales toman una relevante importancia.

La Educación Emocional, mediante sus cinco competencias emocionales:

  1. Habilidades de vida y bienestar.

Tiene como uno de los objetivos, construir puentes seguros y resistentes, en los cambios que el desarrollo de la persona va aconteciendo. Todo ello  mediante el proceso de enseñanza aprendizaje de habilidades como: conocerse a sí mismo, ser autosuficiente y autónomo emocional, sentir la autoestima, regular las emociones negativas, promover las emociones positivas, ser asertivo, saber escuchar, sentirse bien con uno mismo y con los demás.
La educación emocional construye un puente seguro y eficaz para que los alumnos sepan desenvolverse en la vida educativa, laboral y adulta.

¿La educación debe preparar a las personas en su ingreso en la vida adulta? ¿Cómo lo hace?

2 pensamientos sobre “Educación emocional e Integración social

  1. Gotzon

    Si ¿no?..La educación debería preparar a las personas para la vida, para la buena vida, en todos los sentidos, y, como no podía ser de otro modo, en compañía de los demás.

    Mi duda es al respecto de los puentes que has levantado para hacer ese camino. Con ser imprescindibles -!familia, escuela, vida laboral!-quizá me parecen insuficientes en la medida de que no contemplan otros ámbitos informales de formación o deformación en los que crecen las personas y admiran los modelos de moda. Personajes y estilos de vida muy distintos a los que una buena formación aconseja.

    Por ejemplo, en un equipo deportivo, siempre digo a los entrenadores que todos, digo bien, todos, con sus actos, sus palabras, rutinas… forman en valores, aunque muchos no lo sepan, y aunque esta sea una formación nefasta.

    A fecha de hoy -no sabemos cómo será esto mañana- hemos ganado en tiempo libre y más fácil acceso a nuevos espacios, informaciones y experiencias -virtuales o no- a través de todos los cachivaches tecnológicos con los que estamos literalmente enchufados un montón de horas al día. Sí, algunos más que otros, es cierto.

    Y esta nueva socialización -a distancia, en red, mucho más atractiva- se expande al mismo tiempo que el prestigio y la intensidad de la relación que antes manteníamos con las instituciones clave de nuestra formación educativa, se erosiona a ojos vista. O así al menos me lo parece.

  2. oier

    Me encanta una definición de Educación emocional de Rafael Bisquerra que dice que es un “Proceso educativo, contínuo y permanente, que pretende potenciar el desarrollo emocional como complemento indispensable dele desarrollo cognitivo, constituyendo ambos los elementos esenciales de desarrollo de la personalidad integral.” Con esto quiero decir que no solo la educación emocional debe prepararnos para el “ingreso” en la vida adulta, sino debe acompañarnos en su desarrollo, en el buen vivir, en la búsqueda de nuestro bienestar subjetivo. Somos razón y emoción y a ambos ámbitos tenemos que orientarnos en nuestra formación para ser más felices, tanto a nivel personal como familiar, social y profesional.

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