Por Rosalia Peña Sarmiento
¿ Con qué frecuencia criticas a tus hijos? ¿ Cómo lo haces? ¿ Criticas la persona, los hechos? ¿ Los comparas con un hermano, con un amigo? ¿ Utilizas palabras generalizadoras como nunca…, siempre… eres...?, son algunas de las preguntas que me gustaría que fueras respondiendo a medida que leas estas líneas.
Wiil Glennon en su libro: La IE de los niños, 2002, comenta la siguiente anécdota: “Mi padre siempre estaba corrigiéndome. Incluso cuando hacía algo bien me decía que podía hacerlo mejor. Para cuando me fui a la universidad apenas nos hablábamos. Estaba tan dolido que le escribí una carta muy larga para intentar explicarle cómo me sentía. Me la devolvió con todas las faltas de ortografía marcadas con tinta roja”
Cuando los niños reciben críticas continuadas, pueden sentir rabia, hostilidad, y hasta cierta impotencia al no poder satisfacer las demandas cada vez crecientes de quienes lo rodean, pero hay más, las relaciones se deterioran -como el caso de la anécdota anterior- y puede afectar también, su autoestima.
En el ejercicio de la crítica se activan emociones tanto en quien la ejerce como en quien la recibe. Reconocer, por tanto nuestras intenciones, estados de ánimo, sentimientos puede ser un buen punto de partida, para determinar si es el momento y lugar oportuno para criticar.
Para que el niño o el joven asuma la crítica y se produzca un cambio de actitud, es necesario que se le ofrezca información objetiva, debe conocer con claridad las expectativas, en este caso, de sus padres para que puedan comprender incluso las consecuencias que conlleva el tomarlo o dejarlo. Por otro lado, la crítica tendrá más significado si es limitada, si se realiza cuando es estrictamente necesario, si ofrece la oportunidad de crecimiento personal.
Como decía José Martí, Criticar no es morder, ni tenacear, ni clavar en la áspera picota, no es consagrarse impíamente a escudriñar con mirada avara en la obra bella los lunares y manchas que la afean; es señalar con noble intento, el lunar negro, y desvanecer con mano piadosa las sombra que oscurece la obra bella. Criticar, es amar…
¿ Qué crees tú?
Se cuenta del anterior secretario de la ONU que un dia visito una sencilla aldea africana, y su anfitrion le llevo a la escuela. Mas o menos la historia es asi. Kofi Anan, mostro a los escolares una hoja y les dijo:
-¿Que veis aqui?
A lo que respondieron todos a una:
-Un punto negro en el centro
El visitante, mas vivo aun les dijo:
-Pues va a ser que no. Esto es una hoja en blanco con un minusculo punto negro. Teneis que cambiar la perspectiva para ver las cosas mas claras. De otro modo, vais a ignorar lo mas importante si os fijais solo en lo mas nimio.