Inteligencia emocional

¡Levantad la pasarela!

Por Igor Fernandez

Las decisiones que tomamos con respecto a los demás y lo que podemos esperar de ellos, las tomamos desde los primeros años de nuestra vida. Situaciones que de una u otra forma nos impactan emocionalmente y a las que tratamos de sobreponernos, nos obligan a plantear estrategias para evitar aquello que ha desafiado nuestra estabilidad.

A veces se trata de un solo incidente que nos hace tomar decisiones repentinas, sin embargo muchas otras veces, pequeños incidentes que tienen lugar de forma regular, tienen el mismo efecto. Ejemplos de ello son las sutiles humillaciones de un profesor a un alumno o las comparaciones vergonzantes de una niña con su hermana. De aquí adoptamos posturas, tomamos decisiones precoces sobre lo que podemos esperar del mundo y de quien nos rodea y lo que no, las cuales vamos comprobando y revisando ante cualquier nueva relación que establecemos. Cuando estas expectativas se confirman en una nueva relación, las creencias se vuelven rígidas y las estrategias se adaptan a la nueva situación.

  

La forma en la que tomamos las decisiones hoy, viene mediada por nuestra historia; nuestra Autonomía Emocional, nuestra capacidad para regular las emociones, el punto de partida de la gestión emocional, está influido por lo que nos han enseñado, lo que hemos aprendido y el contexto en el que nos movemos.

Sin embargo, a veces las estrategias que un día nos sirvieron para protegernos, hoy se muestran obsoletas, rígidas, no están actualizadas.

Es como si hubiéramos levantado una muralla alrededor de algo muy preciado en nuestro interior, incluso como si hubiéramos levado la pasarela para que nadie tome la fortaleza. Durante el asedio, se muestra como el arma perfecta, con algún inconveniente, pero al fin y al cabo la defensa ideal. Nadie tiene acceso, nuestro preciado y vulnerable tesoro seguirá intacto. Sin embargo, si mantuviéramos las puertas cerradas después del asedio, mucho después del ataque, evitaríamos que entraran posibles saqueadores y bandidos, pero también cortaríamos el paso a quien quiere sumarse al cuidado de nuestro preciado tesoro.

Es fundamental elevar la vista sobre las murallas, para poder ver si hay enemigos tratando de entrar, o si por el contrario, quienes tenemos a las puertas son aquellas personas que desean como nada en el mundo cuidar y proteger nuestro tesoro casi tanto como nosotros.

¿Cuántas murallas levantamos? ¿Qué tratamos de proteger? ¿Es imprescindible la precaución?

6 pensamientos sobre “¡Levantad la pasarela!

  1. Jon

    A lo largo de mi corta vida, ya que espero vivir más del triple de la misma, las mayores y resistentes fortalezas que he levantado ha sido en la época adolescente, en la cual sentía a menudo mis tesoros asediados.

    Creo debido a que todavía estaba contruyendo la base de mi castillo, y era muy débil como para bajar la guardia. Esos miedos e inseguridades fueron desapareciendo ya que mi castillo del tesoro se iba convirtiendo en una gran fortaleza.

    Pero también hecho mucho de menos levantar la vista por encima de mis enormes murallas de vez en cuando, ya que a veces creo que ellas mismas ya observan por mí.

    Te voy a tener en cuenta Ígor,y saldré más a menudo a pasear por los alerededores de mi castillo por si encuentro a alguien que quiera compartir mis tesoros.

  2. Gotzon

    Leo el texto y escucho la cancion tantas veces coreada, y tan poco interiorizada en nuestro interior, como diria el otro:

    Abre la murallla…cierra la murallla

    Creo que era el abuelo Sartre quien decia que lo mas importante no era lo que nos habia pasado, sino lo que haciamos con lo que nos ha pasado.

    A mi me da que vamos con el piloto automatico puesto las mas de las veces, asi que terminamos repitiendonos de manera mas previsible que el trayecto del tranvia.

    Ayer mismo comentaba estas manias que se nos terminan pegando al cuerpo y no hay manera luego de saber que estan ahi, y de sacudirselas de encima.

    No es mala cosa seguir un recorrido de fiar, pero no se puede vivir con la vista puesta en el retrovisor.

  3. irene

    La precaución en general suele ser beneficiosa cuando somos capaces de darnos cuenta del alcance de agresiones que intencionadas o nó, alcanzan nuestro interior. Ser conscientes del precio que pagamos por esa defensa, sería un trabajo que debieramos aprender pronto para poder revisar nuestra conducta con respecto a los demás y así ser nosotros los principales beneficiados.No necesitar, no compartir, no valorar lo que nos ofrecen, nos deja un vacio gratuito que
    produce tristeza, así que habrá que arriesgar y ser valientes si queremos ganar el premio del cariño.

  4. Inés de Uruguay

    Me da mucho gusto compartir la humanidad con ustedes, seres tan sensibles e inteligentes de los que trato de aprender cuando los leo y comprendo.
    Creo que somos fortalezas con piernas; y yo, que ya estoy bien grandecita, comenzaré un Curso de Oratoria ! porque desde pequeña, cuando en el colegio de las monjas me daban un poema para recitar en alguna festividad y lo practicaba en casa con ademanes y todo, al llegar al escenario me daba eso de “pánico escénico” y no podía decir una sola palabra, el telón se cerraba y las humillaciones caían a granel.
    Intenté hacer teatro, pero no era el momento, y ahora, con el estrés consiguiente, me anoté para hacer este Curso porque no quiero que la vida me pase sin hacer algo por crecer en la mayor cantidad posible de items a resolver.
    Sí, Irene, habrá que arriesgar y ser valientes; no es casualidad que a dos días de comenzar este Curso “espantoso” y “amenazante”, los haya leído.
    Yo siempre hablo de mí, porque soy con quien debo estar todo el día, en el intento de aplicar mi inteligencia emocional por mí, sí, y por las personas con quienes deberé interactuar hasta mi último día de esta vida.
    Siempre agradecida por sus valiosos aportes, los saludo con cariño de humano a humano.

  5. Gotzon

    Hola Ines,

    como tu, muchisima gente convive con un miedo escenico exagerado que les impide sentirse, expresarse y relacioanrse mejor.

    En realidad ese miedo escenico no es sino una especie de alerta emocional para poner todos los sentidos en lo que tienes entre manos. Sucede que muchas veces, nos lo tomamos tan a la tremenda, de manera tan exagerada, que nos desborda. Si me permites un consejo que nadie me pidio te cuento:

    Antes de.
    Prepara la ocasion. En lugar de utilizar tu imaginacion de forma negativa. No voy a poder, no voy a estar a la altura etc. convencete de que no les debes nada, sino que les vas a dar algo que les interesa, por eso aguardan tus palabras.

    Puedes utilizar la fuerza de tu imaginacion de forma mas positiva, haciendote una pelicula mental de como te gustaria que saliera.

    Durante.
    En lugar de pensar en el que diran, en la evaluacion de tal o cual, tienes que estar centrada, con los cinco sentidos en lo que quiers decir, a lo que estas

    Despues
    nadie es perfecto y este como todos los afanes lleva su tiempo. A cada uno le lleva el suyo, pero disfruta de los pequeños avances conseguidos

  6. Inés de Uruguay

    Gracias por tus valiosísimos consejos, Gotzon; qué bueno es tener amigos del alma, del mundo, no? entendernos sin mirarnos más que de corazón a corazón.
    El profe de Oratoria nos contó que los oradores más grandes de la historia padecieron del estrés más inimaginable antes de ponerse a hablar !
    También nos habló de la diferencia entre el miedo y el pánico.
    El miedo sirve como alerta y motor impulsor -siempre que no nos paralice- pero el pánico es eso que se dispara cuando otros TE MIRAN A LOS OJOS, el sentirse OBSERVADO ¡qué cosas! pensar que todos somos humanos, simples y temerosos y por qué los tenemos que ver como amenazantes ???
    Tendré muy en cuenta esto que me decís, amigo, muchas gracias !!! y ya les iré contando.
    Hoy, mi inconsciente ya me disparó un buen dolor de estómago; la buena noticia es que ahora sé de qué se trata.
    Aún no lo sé, pero creo que cuando me toque dar una conferencia para mis compañeros, hablaré sobre RESILIENCIA, que es un tema con el que hice mi tesis para recibirme de Socioterapeuta… veremos…
    Besos a todos,
    INéS

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