Por Rosalia Peña Sarmiento
Ya la mayoría de las aulas ha cerrado. Para estudiantes, maestros y padres ha pasado el estrés de las evaluaciones, los informes…, ha llegado a su fin este periodo lectivo. La Fiesta de fin de curso y los meses que siguen tienen un significado especial para cada uno. Las emociones que viven unos u otros dependen de factores diversos entre los que podría estar: la situación concreta de cada quien, la organización para el tiempo de ocio, la manera de interpretar los hechos.
Reparar en lo que pensamos o decimos puede ayudarnos a medir nuestro termómetro emocional. Los estudiantes, por ejemplo: ¡ Qué feliz me siento, los resultados de este año han sido los mejores! Estoy contento, nos vamos de viaje de fin de estudios. He terminado el año. Pasé; tengo todas las vacaciones por delante para no hacer nada. Estoy triste, me separo de mi mejor amigo; dejo atrás a la profesora que tanto me comprendía y dicen que los del próximo curso son terribles. Estoy enfadado, mis padres no me entienden quieren que me vaya de vacaciones donde ellos eligen; me dicen que debo estudiar para aprobar en septiembre. Estoy preocupado, nervioso, no quiero estudiar lo que mis padres me dicen, no sé qué hacer…
Los maestros: ¡ Al fin, las vacaciones!; este año haré el viaje que hace tanto tiempo quería; estaré más tiempo con mi familia; leeré y releeré eso libros que tanto me gustan.; dedicaré más tiempo a mi cuidado personal. ¡Cuánto hemos logrado este año!; extrañaré a mis alumnos que pasan para otra enseñanza, pero ¡cómo han crecido con nosotros! Me ilusiona ese nuevo Proyecto que desarrollaremos el próximo curso. Estoy preocupado, ahora las oposiciones; esperar a agosto para saber qué elegir me desconcierta, este año no ha ido mal, pero adónde iré el próximo…
La familia: nuestros hijos han tenido un buen curso, tenemos que hacerle saber lo orgullosos que estamos, es buen momento para sorprenderlos con algo especial que recuerden siempre, pasaremos en estos días a decirles a los maestros cuánto agradecemos la labor de este año. Nuestro hijo tiene varias asignaturas pendientes, este año se ha descuidado un poco, también nosotros y ahora qué hacer. ¡Dos meses de vacaciones, tenemos que trabajar, mejor comprarles lo que quieran y que estén en casa…
En cualquier caso, el final de una jornada- como un curso escolar- es momento oportuno para hacer balance de cuánto se ha logrado, qué no se ha hecho, y- sobre todo qué podemos hacer para reconducir la situación. Albert Ellis afirma que emoción y pensamiento se relacionan e interfieren mutuamente. Nos lo demuestra a través de lo que él llamó creencias irracionales básicas. De acuerdo con este enfoque, nuestro modo de pensar e interpretar la realidad genera una u otras emociones.
¿Cambia la situación familiar cuando se han terminado las clases? ¿Planificas en familia el tiempo de ocio de tus hijos? ¿Tomas en cuenta sus intereses? ¿Tú, estudiante, maestro, padre/ madre, cómo te sientes cuando ha finalizado el curso?
Mi sobrina no quiere estudiar se queja y nos critica. la familia lo está pasando fatal. Yo la quiero mucho. si hace un esfuerzo podrá salir adelante. Todos estamos mal pero ella ni se entera y se la pasa tood el rato con las amigas. la familia no es la misma desde hace unos dÃas.
Es la primera vez que entro en este blog y escribo.LeÃa hace poco que las vacciones son largas para los niños pero cortas para lso padres. Eso es lo que nos pasa, que seguimos agobiados, pero ahora más porque no siempre tenemso un sitio estable donde dejar a nuestros hijos. Yo tengo tres y casi nunca lso puedo dejar en el mismo sitio. Ahora son pequeños y la verdad que no me habia planteado lo de lso intereses de mis hijos, porque los repartimos en las familias. Al leer m doy cuenta de loq ue pueden sentir mis niños ahora y cuando crezcan.