Inteligencia emocional

Atención Sanitaria e Inteligencia Emocional

Por Igor Fernández

No faltará quien, para este nuevo año, se haya propuesto comenzar un ciclo de vida más sana, dejar de fumar (felicidades para quienes lo consigáis), empezar a hacer ejercicio (gran idea), o rebajar la ingesta de comidas poco equilibradas. En efecto, la promoción de la salud, no sólo gira entorno a resolver problemas ya existentes, sino adquirir hábitos que nos ayuden a estar mucho mejor con nosotros mismos, por dentro y por fuera. Sin embargo, a pesar de todo aquello que podamos hacer, quien más y quien menos, de entre los lectores de estas líneas, tendrá que ir al médico en los próximos meses de 2008.

Las relaciones que mantenemos en el ámbito sanitario, que abarca desde las consultas de medicina general a los tratamientos más específicos, y al igual que en cualquier otro ámbito, implican a dos personas que tratan de entenderse con un fin común. Quizá esto suene a perogrullada, pero muchas veces perdemos la perspectiva de lo que una relación de ayuda y cuidado significa. Suponemos que la persona que ayuda es incondicional, o más comúnmente, que al tratarse de su trabajo, en el caso de asistentes sanitarios, han de estar siempre, de buen grado disponibles. A veces olvidamos que, quien tenemos enfrente, también tiene sus idas y venidas, sus días mejores y peores, su propia carga.

  

Y quizá, sólo quizá, si tenemos esto en cuenta, podamos, también en el ámbito sanitario, tener relaciones más satisfactorias.

Esto no sólo tiene repercusiones en el estado de ánimo con el que dejamos nuestra consulta habitual, o en los comentarios que podemos hacer frente a un café sobre las carencias del sistema, sino también en los tratamientos en sí mismos, la adhesión a éstos y por tanto los resultados en sí.

Quizá, y sólo quizá, haya llegado el momento, también, de llevar nuestras capacidades emocionales al ámbito sanitario. Y crear espacios, también para el personal sanitario en el que por fin, se otorgue de vuelta el derecho inalienable de cuidarse, a las personas que cuidan de nosotros.

¿Qué os parece?

2 pensamientos sobre “Atención Sanitaria e Inteligencia Emocional

  1. Gotzonc

    A mi no deja de sorprenderme que una organización sanitaria inteligente -¿Osakidetza?- aun no se haya planteado este agujero negro en sus servicios:

    por el bien de los sanitarios, para manejarse en situaciones muy duras sin perder la cabeza

    y por el bien de los usuarios, dada la influencia que el trato y la confianza que inspira este personal tienen en la evolución de los usuarios.

    Salud y saludos

  2. José Luis Sánchez Minchola

    En todo sistema de salud se exije como parte de la calidad el buen trato a nuestros usuarios, pero nunca se tuvo presente que son personas las que brindan este servicio. En la organizacion que laboro estamos empezando por establecer un perfil sicológico de todos los trabajadores para facilitar de acuerdo a su personalidad ubicarse en el lugar que mejor desempeñe sus potencialidades. Es el momento de prestar atención a los problemas internos de nuestros recursos humanos, pues son ellos los que garantizarán el exito o el logro de nuestros objetivos.

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