Inteligencia emocional

La inteligencia emocional, la empresa y la innovación

Por Pello Biain González

Hay un pensamiento de Unamuno en el libro “Ecología emocional” que me ha gustado. Dice que cada vez desconfía más de la cuestión social, política… y que cada día está más convencido de que la única cuestión realmente importante es la cuestión humana y que, el resto de cuestiones nos hacen desviarnos de esta cuestión crucial; por lo que, mientras no se encare la cuestión humana, no resolveremos los problemas.

Parafraseando a Unamuno, podríamos decir que, en el campo de la innovación empresarial, aun siendo decisivos aspectos como la innovación en la tecnología, modos de producción, productos, procesos, sistemas de organización… la clave está en incidir en la cuestión humana, incidir en las personas.

Innovar es un problema en el buen sentido de la palabra, es decir, una situación que, si la resuelvo adecuadamente, me ayuda a mejorar, a cambiar, a adaptarme con éxito.

  

Para resolver el problema de la innovación es necesaria la creatividad, el pensamiento lateral: ver las cosas de otra manera y con otros ojos, superar constantemente los modelos estables (creencias, prejuicios, formas de pensar, hacer y actuar, sistemas, productos…). Así pues, hay que despertar el potencial creativo de todas las personas de una empresa u organización y aprovechar los conocimientos explícitos o implícitos (experiencia acumulada, ideas, ocurrencias, sugerencias… ) y ofrecer cauces de participación.

Pero la base de la inteligencia lateral o creatividad es la inteligencia emocional, ya que la predisposición emocional ante un problema condiciona (o determina) su resolución. Sólo desarrollando la autoconfianza, la autonomía, la curiosidad, la ilusión por aprender y cambiar, el pensamiento positivo, la autoestima, la automotivación, el comportamiento prosocial y colaborador… de las personas que trabajan en la empresa, podemos desarrollar la creatividad. El desarrollo de las competencias y habilidades emocionales son el trampolín de la creatividad y la innovación.

Pero esas competencias emocionales, además de facilitar a las personas para que sean más creativas e innovadoras, también las hacen mejores en el sentido humano y ético del término, ya que la innovación y la creatividad deben satisfacer las necesidades empresariales, pero en sintonía con las necesidades cada vez más globales y apremiantes de la especie humana: paz, salud, justicia, igualdad, libertad, equilibrio ecológico. Y sólo desde las emociones positivas como el respeto, el amor, la solidaridad… podemos hacer compatibles el desarrollo económico y empresarial y el desarrollo ético y humano.

Aunque, paradójicamente, esas emociones positivas no son nada innovadoras, son como agua nueva de una fuente ya muy vieja….

¿Usted qué opina?

2 pensamientos sobre “La inteligencia emocional, la empresa y la innovación

  1. Gotzon

    No es nuevo, pero es lo fundamental. Y lo es más en las nuevas condiciones de producción. La novedad estriba quizá en que se reivindiquen también las personas desde el punto de vista empresarial y competitivo

    Días atrás escuchaba a un conferenciante que destripaba el presente y abría de par en par las puertas del futuro de la empresa en la sociedad de la comunicación.

    Me sorprendió -tanto o más que su prepotencia- comprobar que en sus esquemas innovadores, tecnológicos etc. etc. no aparecieran por ningún lado las personas.

    Bueno, sí, dos menciones en referencia a la necesidad de formación del personal y a la mejora de su remuneración que, con ser necesarias, no me parecían suficientes.

    Me sorprendió aún más que concluyera con la organización modélica, la organización red, la interactividad etc…y es de creer que en el nuevo plano horizontal, !tampoco aparecían las personas por ningún lado!

    Le interpelé de manera tranquila, sobre las personas, su talento y el entorno organizacional más adecuado…y nada, se cerró en banda diciendo que daba por sentado que las personas siempre estaban ahí…aunque permanecían invisibles en sus esquemas y, supongo, en la mentalidad tecnocrática del sujeto.

  2. Fernando Casado Bergasa

    “El objetivo esencial de todos nuestros esfuerzos es el desarrollo del hombre”. Jea

    Hay una vieja canción que dice: “Alma, corazón y vida. Estas tres cosas te ofrezco: alma para comprenderte, corazón para quererte y vida para vivirla junto a ti”. Bonito, ¿Verdad? Y digo que muy actual en la era incierta que nos toca vivir, creo que la cultura iberoamericana tiene algo de supercultural en la “Era del afecto”, de calor humano, mezcla de lo íbero y lo indio que es lo hispano.
    Sin embargo, ahora, ¿Cuántas veces ha empleado estos términos el director ó directora con sus subordinados, ó con el sindicalista de turno en una relación laboral ordinaria?. No se dan cuenta que están metidos ambos en el mismo saco que estamos en el mismo barco, que necesariamente tienen los mismos objetivos: que la empresa salga adelante, porque es el pan nuestro de cada día, para todos.
    ¿Cuántas veces se lo ha dicho a su hijo?; ¿Cuántas veces se lo ha dicho a su alumno?; ¿Cuántas veces se lo ha dicho a su cliente?
    A ver si al final lo que nuestra Sociedad necesita es amor, como decía aquel programa de T.V.
    Analicemos las tres palabras
    Alma para conquistarte. Imaginación, constancia, buenos deseos al otro, oportunidad, sentimientos. Alma de equipo, alma de “Distrito Industrial”, alma de territorio, estar contento con nuestra alma, con nuestra idiosincrasia, con nuestros orígenes, con nuestra identidad y amablemente presentarla, ofrecerla. Alma para conquistarte sin que prevalezca el yo sobre el tu , para que tu seas la verdadera estrella y seas más tu, (cliente, empleado ó asociado).
    Corazón para quererte. Pasión por el cliente, pasión por los trabajadores. ¿Qué función tiene la empresa? Dar un servicio a la sociedad, a las personas. Somos servidores. El corazón, el amor es desear lo mejor al amado. Los dirigentes deben de poner corazón en todas sus acciones para todos los “grupos de interés” que son afectados por su organización. Los “stakeholders” son el objeto de nuestro afecto y de nuestro amor. Un cliente, un colaborador, un proveedor que se nos va es un desamor al que debemos encontrar una justificación y una razón debido a nuestra pasión por él.
    Vida para vivirla junto a ti. Los chinos, en sus negociaciones (siempre largas), cuando estas están en su final, de su bolsillo sacan una cajetilla del tabaco más popular allí que se llaman “Long Life” y te dicen: “esperamos que nuestra colaboración tenga larga vida, como dice este paquete de cigarrillos “.
    Verdaderamente esta vieja Canción ¿Romántica? nos puede dar pautas de conducta en nuestras organizaciones, si analizamos el fondo del significado de sus palabras y recordamos que debemos hacer el camino de las “cosas” a las personas.
    Cambio de paradigma
    Cuando la empresa ó ser empresario es correlativo y se asocia sólo a hacer dinero y está este concepto interiorizado en el común de la Sociedad, sólo mueve a aquellas personas que su meta es ser ricos. Además la Sociedad lo percibe como eso y en nuestra auténtica memoria histórica, es decir la de los genes, está lo malo que puede ser, ser ricos.
    Si consideramos a la empresa como un “servicio social” y el empresario se considera y lo consideramos como un “servidor público” generador de empleo, generador de riqueza; este hecho, cambia el sentido de empresa pues es un servicio. La Sociedad percibe esto y ve que el empresario es un “bien social” y protege, anima, respeta y quiere al que de su seno elige el camino de ser empresario. ¿No se ha fijado que ningún alcalde propone hacer una calle a un empresario? Las hay de toreros, profesiones liberales, curas, políticos y militares, hasta folclóricas pero no existe la de “Esteve, empresario, ¿por qué será?
    Organizaciones que aprenden
    En esta época de equilibrio inestable, de cambio de paradigmas y de globalización, nuestras Pymes “tienen que ir a la escuela” tienen que aprender.
    Las organizaciones grandes ya tienen sus cauces de “des-aprendizaje” (que es mucho) y aprendizaje. Incluso cuarteando y haciendo pequeñas organizaciones de su primitivo ser de, gran en algunos casos grandiosa, empresa.
    En el territorio de Alicante estas serán las palabras clave:
    -Aprendizaje
    -Cooperación
    Los “Distritos Industriales” marsalianos pueden ser el “caldo de cultivo” donde nuestras pequeñas y microempresas puedan desarrollarse mejor pues el grupo, el equipo, les puede dar ventajas competitivas que están fuera de cada organización y son capitales ocultos y muchas veces intangibles que en la mayoría de nuestro territorio están por descubrir.
    Conclusiones
    En esta nueva Sociedad que aparece, “Sociedad del Conocimiento”, “cambio” es la palabra. Debemos premiar el esfuerzo y difundir las ganas de ser y hacer de los más jóvenes.
    En lo que se refiere a la Reindustrialización del territorio de Alicante creo que es absolutamente necesario ahora. Ahora hay capitales financieros, es el momento de volver a la industria.
    Es necesario un apoyo a los empresarios que emprende por parte de todos, serán los que creen riqueza y puestos de trabajo.
    Aprendizaje colectivo y cooperación basada en la confianza, son avales de éxito
    Integración y participación del trabajador que se implique en su organización.
    Como se aprecia un “cambio de cultura de la empresa” en sí misma y en su percepción por toda nuestra sociedad.

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