Inteligencia emocional

Sentirse emocionalmente inteligente: ¡Hoy me siento…. artista!

Por Ainara Atutxa Zalduegi

Soy nueva en estos derroteros… no en mi autopercepción como ser emocional (siempre presente y evidente en mi carácter), sino en cuanto a escribir en este blog lo que desde mi humilde opinión creo y siento como ser emocional.

Si me permitís en esta primera ocasión, voy a hablaros de mi momento actual, pero aprovechando eso sí, mi historia para hablar de las emociones, que es de lo que se trata y pretendiendo haceros llegar el por qué de mis primeras palabras… “hoy me siento… artista”.

Hace tan solo unas semanas he cambiado de trabajo y he iniciado algo nuevo y diferente, que apenas guarda relación en lo técnico con mis 8 años de trayectoria anterior, pero impulsada por algo que en mi interior me decía que era el momento de probar y de hacerlo además por iniciativa propia, montando mi propia empresa junto a otras dos personas, experiencia también nueva para mí.

Inicio este camino llena de ilusión, de proyectos, ideas… pero también de dudas lógicas ante una situación de cambio… ¿seré capaz?, ¿podré?, ¿me gustará?… pero en cualquier caso, con el convencimiento de haber empezado a andar mi propio camino… a definir mi propia senda en cuanto a dónde y a qué quiero destinar mis esfuerzos y energías…

Ser emocionalmente inteligente en el trabajo, este es el tema del que quiero escribiros, pero no desde la perspectiva de la que en otras ocasiones he leído y comparto (aquella basada en que el resultado de mi trabajo en cuanto PERSONA, es el resultado de mis habilidades o competencias racionales y cognitivas, junto alas emocionales), sino desde un estadio anterior o previo: la perspectiva de la razón y emoción a la hora de elegir a qué trabajo voy a dedicar mis habilidades o competencias racionales y emocionales, a qué me voy a dedicar, en qué quiero trabajar…

  

Sin tener una vocación clara en la vida, estudié una carrera, derecho económico, que amplia posibilidades, abre puertas… una vez terminada la carrera me dediqué durante muchos años a la consultoría, un trabajo que igualmente amplia posibilidades, abre puertas, …

Hoy tengo la sensación de que a medida que cumplo años, tengo más claro lo que quiero en la vida a todos los niveles, entre ellos el laboral y sobre todo lo que no deseo, y siento una necesidad: la de hacer que mi trabajo se asemeje lo máximo posible a mi ser, a mi identidad, a mis potencialidades, a aquello que me ”diferencia” de los demás, a aquello con lo que disfruto… y que en definitiva, al permitirme ejercitarlo, me hará feliz.

Me apetece experimentar y trazar un camino que tenga que ver más conmigo, que yo misma diseñe y modele… como si tuviera un trozo de arcilla ante mis manos que pudiera modelar a mi gusto…, como el artista…, buscando la realización de la visión, la misión y el objetivo emprendido.

Hay quien dice que el trabajo es solo eso, trabajo… pero estando de acuerdo con que tan solo representa uno de los pilares de mi felicidad, lo cierto es que paso 8 horas al día, 40 horas a la semana, 320 horas al mes y alrededor de 1800 horas al año en el trabajo… Que no dejan de ser 1800 horas de MI VIDA!

 

Y llegados a ese punto, quiero que el trabajo se asemeje lo máximo posible a lo que quiero que sea mi vida.

Quiero construir mi vida y construir mi trabajo, al menos en la parte en la que no dependa del azar o de la fortuna, sino de mí.

Quiero que se trate de mi camino, al margen de lo que socialmente o para otros, sea más o menos “normal”, más o menos comprendido, compartido o aceptado.

Quiero que la “escultura” que yo modele sea mi obra de arte, y refleje parte de mi ser y de mi sentir, que sea reflejo de mi personalidad, de mi identidad… y sentirme identificada con ella al verla.

Y es que… voy proporcionándome respuestas… y todas me levan a un mismo punto: mi felicidad la encuentro más por la senda del SER que por la senda del DEBER SER… por la senda del VIVIR MIS SUEÑOS, MÁS QUE POR LA DE SOÑAR MI VIDA… implica riesgos, dudas, inseguridades… pero conlleva autenticidad…

¿Qué es el trabajo? ¿Qué es soñar? ¿Qué es vivir?…Todo esto es, ¿ser emprendedora?

9 pensamientos sobre “Sentirse emocionalmente inteligente: ¡Hoy me siento…. artista!

  1. Emotional

    No sé si eso de SER todo el rato uno mismo (yoyoyyoyoyoyoyoyoyoyoyoyoyo), no es muy cansino? Por lo menos de cara alos demás.

  2. Gotzon

    Quizá sea cansino, como dice el anterior comentario, pero lo que es seguro es que Ainara quiere y puede dedicarse a hacer lo que le gusta. Y yo estoy con ella, y la felicito.

    Y está claro también sabe que no hay rosas sin espinas, que todo es puro teatro como dice el bolero etc. etc.

    Es verdad que tampoco se puede poner toda la felicidad en una misma cesta, y que hay que diversificar como hace la propia naturaleza o incluso los inversores de bolsa…pero descubrir lo que a uno más le gusta y mejor se le da y dedicarse a ello, me parece un buen plan.

    Hay gente que dedica su vida a ganarse la vida, y cuando no hay otra, pues qué vas a hacer!, pero cuando tienes más opciones, no me parece muy inteligente, la verdad sea dicha

    Sí, eres una artista Ainara. Ahí va un ramo de flores para el debut. Olé y mucha suerte en todo lo que emprendas

  3. Ainara

    No es más que una opción, tan válida como las demás.
    Personalmente, me gusta sentir que soy yo en todos los ámbitos de la vida y que mis relaciones, sea en el trabajo, pareja, familia, amigos, sean desde esa base.
    Relacionarme con la gente desde mi propia identidad y desde la naturalidad, con mis virtudes y defectos y que la gente me quiera con todos los ingredientes.
    Personalmente, me resulta más cansino poner mis energías en empeñarme en ser como creo que el otro quiere o espera que sea; lo cual sinceramente me cansa y finalmente además para acabar con la sensación de no ser fiel a mi misma.
    Todo ello entendido, claro está, no desde un punto de vista de llevar “mi ser” hasta el final siendo egoísta, sino desde un punto de vista de permitirme mostrar mi identidad, mediando siempre igualmente el respeto a la identidad y preferencias de los demás.

    Eskerrik asko!

  4. Begoña

    Sin el Yo de uno mismo dejamos de “ser”, nos desvanecemos, nos hacemos invisibles para uno mismos y para los demás.

    El “Yo” no debe ser interpretado exclusivamente desde el “egocentrismo”, sino también desde el estar presente en todo lugar, situación y persona con la que estemos en nuestra vida, y en consecuencia desde el “amor”, algo tan necesario en la vida como cualquier otra necesidad básica.

    Eskerrik asko Ainara por recorrer tú camino.

  5. Eider

    … ZORIONAK!!! Increíble… me ha encantado especialmente el último párrafo…VIVIR MIS SUEÑOS MAS QUE SOÑAR MI VIDA…
    Mosu bet ta sorte polite!!!

  6. maite ;-)

    Como soñadora nata que soy me ha impactado eso último que dices de VIVIR MIS SUEÑOS MAS QUE SOÑAR MI VIDA… ¡un pequeño gran reto para mí!

    Al hilo de los comentarios anteriores, considero que el camino del autoconocimiento, lejos de ser una actitud egoísta, nos acerca a los demás. Porque el conocerse un poquito mejor (siendo conscientes de nuestras limitaciones y nuestras fortalezas, y aceptándonos tal y como somos), nos posibilita ofrecer lo mejor de nosotros mismos al mundo!
    Un muxu artista! Eskerrik asko por ser un ejemplo a seguir!

  7. Anabel

    Ainara, ZORIONAK!

    Me ha encantado tu artículo. Lo he ido leyendo despacito y me he ido identificando con lo que describes en él.
    Ha sido todo un placer leerlo.

    Eres un fenómeno!

  8. Pingback: Inteligencia Emocional » La conciencia-técnica de la regulación emocional

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