Inteligencia emocional

Muchas gracias, querida madre….

Por Pello Biain González

Me gustaría haceros partícipes de un recuerdo infantil que, años más tarde me ha vuelto a emocionar, porque una forma de conseguir el bienestar emocional es poder mirar al pasado y rescatar los momentos más significativos que nos han conformado como personas.

En esa búsqueda de emociones pasadas, tengo que empezar por recordarte a ti, amá, pues, antes de nacer, fue en tu voz lejana y, después de nacer, en tus susurros y caricias donde encontré los primeros rastros de humanidad. Al principio no entendía muy bien qué veía en tus ojos risueños, pero con una fuerza mágica y misteriosa me fueron seduciendo hasta que se abrió ante mí todo el encanto de tu forma de ser. Y es que tú fuiste mi primera maestra. A través de juegos y canciones, bien llorando o bien riendo, contigo aprendí los caminos que conducen a una vida verdaderamente humana. Y ahora comprendo por qué un niño puede sentirse huérfano aunque tenga padres. Así lo expresó acertadamente el poeta Joxean Artze en aquel precioso poema:

Si quiere algo,
se lo dan…
a pesar de ello, el niño está triste.

Si desea algo,
si pide algo,
se lo traen…
a pesar de ello, el niño está triste,
siempre triste.

Nada más querer,
al momento de pedir
ha obtenido lo que le apetece,
todo cuanto desea conseguir…
a pesar de ello, el niño sigue todavía triste,
más triste que nunca.

Le han dado todo lo que quiere,
pero nadie,
nadie le ha dado lo que necesita
.*

 

  

Al leer el poema antes citado, tengo la impresión de que tú me has dado todo lo que necesitaba. Recuerdo todavía, por ejemplo, aquellas películas como Matar un ruiseñor, Qué bello es vivir, Oliver Twist… que mis hermanos y yo veíamos contigo en la pequeña sala iluminada por la televisión en blanco y negro y junto a la estufa de butano. A medida que la historia se iba complicando, las desgracias se cebaban con los protagonistas. Entonces, ahogados por la tristeza, uno a uno comenzábamos a gemir a escondidas. Pero, cuando todos los males desembocaban en un final feliz, los cuatro nos abrazábamos y llorábamos de alegría. ¡Vaya catarsis! Una vez enjugadas las lágrimas, nos decías: “si no te compadeces de quien sufre, se te endurece el corazón”. En aquellos momentos en que compartimos nuestros llantos, aprendí que todas las lágrimas humanas tienen el mismo sabor de la amargura y, de esa manera, mi corazón quedó tocado para siempre.

En este recuerdo se entremezclan la tristeza, la injusticia y el desamparo que transmitían aquellas películas…, en una edad en la que yo empezaba a desarrollar mi empatía y me situaba en el lugar de los protagonistas que eran zarandeados malamente por la vida. También la solidaridad entre los miembros de la familia, ya que cada uno lloraba su pena, pero nos sobreponíamos juntos. Y, actualmente, el agradecimiento a mi madre que, seguramente sin pretenderlo, nos daba aquellas espléndidas lecciones de ética.

¿Y tú? Si buscaras en tu cajón de los recuerdos, ¿qué valores o sentimientos te gustaría agradecer a tus padres? ¿Qué películas tuvieron una significación especial en tu educación emocional?

_________________________________

 

* Tomado del libro Mundua gizonarentzat egina da, baina ez gizona munduarentzat, editorial Zubi Zurubi, 1998. Traducida al castellano por PELLO BIAIN

2 pensamientos sobre “Muchas gracias, querida madre….

  1. Aura Ochoa

    Quisiera hacer un pequeño comentario a este interesante post.Creo igual que su autor, que el amor que recibimos de nuestras madres es una fuerza poderosa que nos ayuda durante toda nuestra vida a ser mejores personas y a comprendernos a nosotros mismos y a los demás. Rindo por este medio un homenaje de agradecimiento a mi madre ya fallecida y envío un saludo a todas las madres. Gracias

  2. SUSANA DAVILA

    Me uno a estos sentimientos varios, para rendir homenaje a las madres que ya no están en nuestras vidas, como la mía que se fue el 2 de septiembre de 2009, busco una frase para dedicarle mi más profundo agradecimiento pero es imposible decírselo en pocas palabras porque es tan inmenso el amor, la paciencia, la ternura, la sabiduría y la fuerza que ellas poseen para brindar a sus hijos en especial, que todo lo que expreso me parece poco.
    Mamacita siempre estarás en nuestros corazones y que Dios te guarde por siempre.
    Por un homenaje a todas las madres ausentes.

Responder a Aura Ochoa Cancelar respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Confianza online