Inteligencia emocional

El torbellino emocional

Por Francisco Javier Bárez Cambronero .

Quisiera compartir con vosotros y vosotras estas reflexiones que me asaltan en un especial momento “emocional” en el que está inmersa mi vida (y por tanto, yo también). Un verdadero “torbellino emocional” a raíz de una serie de acontecimientos importantes que, como suelen acontecer en las vidas de las personas en diferentes momentos, marcarán el devenir de mi futuro. Soy muy consciente de ello.

Quizá, por eso, tengo esta necesidad de plasmar de forma escrita en este blog mis dudas, mis ilusiones, mis emociones……intensas y agolpadas emociones. y si, también de mis tristezas y de mis angustias, mis ansiedades, y mis impaciencias que también son otras emociones.

Os puedo asegurar que no siento el “vacío de empatía” (empathy gap) del que habla Daniel Gilbert, mi yo actual empatiza con el yo futuro, en mis visualizaciones “me veo como la persona que seré”. Ante todo buena persona, lucho día tras día por serlo (en un diario y emocionado homenaje a mi madre que fue quien me enseñó a vivir de una determinada manera… a ser buena persona), y no hacer daño a nadie conscientemente en una constante búsqueda de ser feliz y hacer feliz a todas las personas que me rodean, por lo que “estoy seguro” de cuáles serán mis futuras reacciones emocionales, a riesgo de equivocarme y, siguiendo a D. Gilbert, ser excesivo en mis predicciones (“impact byas”), algo que os aseguro no me importa, si no lo soy en el futuro, al menos hoy seré feliz soñándolo. No puedo, no quiero remediarlo, soy un soñador.

  

Analizando el post de Ainara AtutxaHoy me siento artista” …¡cómo te entiendo!.., yo en mi percepción emocional actual, “me siento…..ilusionado”. Me gusta investigar, experimentar, aprender, descubrir cosas nuevas que me permitan crecer como persona, a mi y a mis emociones y si con ello puedo ayudar a otras personas pues, “divino de la muerte…”.

Al igual que Ainara, busco mis sueños, los persigo (sin prisa pero sin pausa) y ahora la vida me ha dado una oportunidad, una posibilidad de cambio (gracias a Txus), y yo que soy “chico fácil” y enseguida me lanzo…. ¡He cambiado de trabajo !…

A mis cincuenta años tenía esa imperiosa necesidad de cambio, de redescubrir la ilusión, de volver a ser un ser alegre en el trabajo.

Pero ojo, un cambio requiere un detallado análisis: Sopesar pro y contra, tomar decisiones; dejar y despedir compañeros/as; dejar atrás otras ilusiones; abandonar cosas que he querido, que he deseado y.. no han llegado; unas vividas otras agotadas; proyectos; y buenos momentos… Es en este proceso en el que aparece y debe aparecer la razón como complemento de las emociones, razón que aliada con el corazón ayuda a tomar las decisiones correctas.

Y no todo son flores en el jardín, también aparecen las otras emociones, (inseguridad, miedo, incertidumbre, duda, impaciencia, ansiedad entre otras cosas…), no se separan de mí, estaban esperándome en la esquina…

¡Ah!, pero ellas no saben todo lo que he aprendido en la “Escuela-Taller de Formación para Formadores” de Sycom sobre Inteligencia Emocional. He aprendido a identificar mis emociones, a enfrentarme a ellas, a “negociar” con ellas y hemos acordado que no me harán daño, que sólo harán su papel de “alarmas”.

Y la rabia, ¿dónde está la rabia?, tiene que aparecer, siempre lo hace, y además por sorpresa y disimuladamente, porque como dice Ígor Fernández: “cada vez es más difícil expresarla”. En mí, aprovechando un ¿fracaso?, no conseguir algo que he estado intentando enfrentar desde hace mucho tiempo: La rabia conmigo mismo, intentando “comerme” por dentro. Afortunadamente el estar disfrutando del momento intenso que estoy viviendo me ha ayudado a esquivar la frustración y así cerrar la puerta a la ira con un intenso análisis creativo, de autoestima y autoafirmación, visualizando el futuro al que quiero dirigirme.

Y en momentos se mezclan la tristeza y la pena, desgraciadamente mi madre ya no puede disfrutar conmigo este bonito momento de mi vida, (por eso lo del homenaje de líneas arriba); hace un mes de su definitivo adiós, y como dice Pello Biain González en uno de sus post: “Una forma de conseguir el bienestar emocional es poder mirar al pasado y rescatar los momentos más significativos que nos han conformado como personas, y en esta búsqueda mis primeros y emocionados recuerdos también son para mi madre, y siento tanto agradecimiento….también es algo que ella me enseñó, a ser agradecido”.

Y gracias a mi madre, tanto en los días de enfermedad, en el momento de su muerte y de despedida, he podido experimentar este fuerte torbellino emocional, estrechar y reforzar los lazos afectivos y emocionales con toda mi familia, mis hermanos/as, mis hijos, con Edurne (cuanto le agradezco su manera de estar a mi lado), una intensa emoción, AMOR, abrazados, llorando… Uno de los momentos más hermosos de mi vida, que mi madre en su despedida nos ha regalado, creo que era lo que ella quería.

Y no olvido los vívidos y emocionales segundos con Rogelio Fernández recordando estos momentos, cómo se puede transmitir tanto en tan poco tiempo y con tan pocas palabras, es la magia de las emociones…,y de personas especiales, gracias.

Pero hay que seguir viviendo y como bien dice nuestro buen amigo José Antonio González: “…¡amando!, ofreciendo amor…”, y “batallando” con mis hijos para que la angustia y la preocupación también tengan su momento emocional, ¡y que momentos!, ellos “riñen” con sus padres, con su edad y también con sus juveniles emociones.

Y aquí estoy, inmerso en este “torbellino emocional” persiguiendo mis sueños, cerrando una etapa de mi vida y dando los primeros pasos hacia una vida, una aventura nueva, desconocida, en una especie de serena emoción y optimista agitación interna que me sirve como la mejor de las curas.

Pero a pesar de todo: “¿Por qué no siento euforia?, ¿Por qué ahora aflora más mi sensibilidad?.

Les dejo dos poemas que les pueden ayudar a reflexionar…Ha mí me han servido y por esto lo he querido plasmar en este post…Uno es “Sonata para adiós y flauta” de Marío Benedetti y el otro es “El Torbellino” de Amado Nervo.

 

2 pensamientos sobre “El torbellino emocional

  1. Ainara

    Me quedo con el “me siento…..ilusionado”. Me gusta investigar, experimentar, aprender, descubrir cosas nuevas que me permitan crecer como persona, … y es que eso… es lo que a mi entender nos hace sentir vivos… con ls misma ilusión que cuando éramos niños… de los que deberíamos aprender algunas cosas… y de esas emociones necesarias, para CRECER. Con esa base, lo mismo da tener 50, que 20, que 80. Lo importante es poder seguir sientiendo eso!
    ANIMO Y UN ABRAZO

  2. Jon

    Ilusión, esperanza, actitud positiva y realidad(tener los pies en el suelo)son las claves para la automotivación, la cual es la capacidad necesaria para afrontar retos nuevos y seguir creciendo como persona. Está claro que tú de esto Javi entiendes un rato. Un abrazo compañero!.

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