Inteligencia emocional

Ignacio de Loyola y el liderazgo emocional: el qué

Por Rogelio Fernández Ortea

El conocimiento de sí mismo, el primero de los cuatro pilares del liderazgo jesuita, es el fundamento de loso otros tres. El ingenio, innovación confiada y optimista, gira alrededor de la indiferencia, o sea la libertad para interpretar y responder a un mundo cambiante. El amor, que consiste en tratar al prójimo con una actitud positiva y alentadora, proviene de la visión global establecida en la contemplación para alcanzar el amor. Y el heroísmo nace del espíritu de magis, respuesta reflexiva que lo mantienen a uno motivado por metas personales ambiciosas(1).

Los próximos 1 y 2 de julio se va a dictar en la Universidad de Deusto, en su campus de San Sebastián, un seminario con el título Autogobierno personal y liderazgo social: Ejercicios para el desarrollo del arte de gobernar, según Ignacio de Loyola.

Parece extraño este anuncio en un blog destinado a la Inteligencia Emocional, pero resulta que los principios de este tipo de inteligencia y los principios ignacianos para el desarrollo de liderazgo de los miembros de la Compañía son muy parejos.

Los jesuitas no sólo acertaron en el qué -definición de los principios emocionales del liderazgo y que coinciden sobre manera con los de Goleman– sino que definieron el cómo. Y ese cómo no sólo quedó reservado para los dirigentes de la compañía sino que se realizaron un programa para generar la IE en todos los novicios quedando, de esta manera, extendido su concepto de liderazgo a toda la organización y multiplicando su potencial de acción.

Esta metodología se fundamenta en cuatro pilares básicos:

Conocimiento de uno mismo: Autoconocimiento es una actividad que dura toda la vida, nunca se termina. El liderazgo comienza por saber liderarse a uno mismo. Es la base del resto de principios, la base del liderazgo y la base de la IE. La persona entiende lo que valora y lo que quiere, se basa en determinados principios y afronta el mundo con una visión coherente (26). Es el camino de la automotivación (IE). También hace que nuestras creencias básicas no sean negociables. El liderazgo más inspirado y motivado tiene que ser autoiniciado y automotivado .

Ingenio: entendido como indiferencia (desapego), optimismo para de esa forma poder ser adaptables, creativos, audaces…para ponerse a las ordenes del proyecto, para poder liderar con optimismo, para abrazar el cambio. Una forma de aceptar el cambio y la excelencia.

Amor: estar comprometido con el potencial humano, querer que lo desarrollen en toda su potencialidad. Crea lazos entre los miembros del equipo, mantiene la unión del equipo y la orientación a las metas. Facilita la comprensión entre los colegas. Es una forma de ver el mundo (teorías X e Y de McGregor). Comienza con la visión del mundo y pasa luego a la acción. Amor expresado en hechos y no en palabras.

Heroísmo: automotivación + magis. Bajo el magis, que transforma las metas de la compañía en metas personales. Magis como forma de pensar en grande y ponerse metas muy retantes, de automotivarse. El magis crea un liderazgo de abajo a arriba, lo que no significa que sea un liderazgo democrático, sino un liderazgo automotivado. Hace abrazar el riesgo con optimismo, siendo el conservadurismo malo para el líder.

  

 

Formaron a todos como líderes que:

  • Entendían sus fortalezas, debilidades, sus valores y tenían una visión amorosa del mundo.
  •  Innovaban confiadamente y se adaptaban a un mundo cambiante.
  • Trataban al prójimo con amor y una actitud positiva.
  • Se fortalecían a sí mismos y a los demás con aspiraciones heroicas

Todo esto significa actuar de una forma emocionalmente inteligente a nivel intrapersonal e interpersonal, lo que implica que formaron a todo sus miembros bajo principios que hoy se engloban bajo el constructo Inteligencia Emocional. El conocimiento de uno mismo, el autoconocimiento (metas, valores, fortalezas debilidades), es la piedra angular de este sistema y en el que se fundamentan el resto de principios. El desarrollo de este conocimiento se apoya fundamentalmente en los Ejercicios Espirituales… pero eso es parte del cómo hacerlo y esa forma de realizarlo será el tema del próximo post.

No quiero llegar el final de esta reflexión sin señalar un libro donde, además del citado seminario, van a poder profundizar sobre estos temas y donde yo mismo me he basado para escribir estas conclusiones. Este libro es El liderazgo al estilo de los jesuitas: las mejores prácticas de una compañía de 450 años que cambio el mundo, escrito por Chris Lowney y publicado por Granica, 2005 en Barcelona. De este libro he sacado también la cita que abre el post (1).

Y como siempre, el final de este post es también el comienzo del suyo…  

...¿qué opinión le merece esta relación entre el liderazgo al estilo de los jesuitas y la Inteligencia emocional?
¿Les ha extrañado esta relación?
¿Qué opinan?

2 pensamientos sobre “Ignacio de Loyola y el liderazgo emocional: el qué

  1. Arantza Echaniz

    Como persona cercana a la Compañía de Jesús y conocedora de los Ejercicios Espirituales no puedo más que estar de acuerdo con lo que en este post se comenta.

    Creo que San Ignacio fue una persona visionaria en muchos aspectos y, podríamos decir, que también lo fue en temas de liderazgo (aunque él no lo supiera). Hace falta mucha visión y buen hacer para fundar la Compañía, hacerla crecer y extenderla por todo el mundo y hacerlo de forma muy diferente a otras órdenes religiosas. Además, sigue siendo una persona que inspira a otros después de tanto tiempo. ¿Acaso no eso liderazgo?…

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