Inteligencia emocional

Contra la exclusión, buena emoción.

 

Uno de los aspectos que más me interesan sobre la Inteligencia Emocional, de una Inteligencia Emocional Aplicada, es la que se relaciona con los aspectos sociales

Los individuos, las personas, no imputamos el bienestar del que gozamos – o del que no gozamos- a los grandes vaivenes de la sociedad en que vivimos. Sin embargo, el desarrollo de las inquietudes, vivencias y experiencias personales de cada individuo se produce en el ámbito de sus relaciones inmediatas con otros individuos, con otras personas; es decir, en un ámbito social directamente abierto a sus experiencias.

Por ejemplo, mientras la economía esté organizada de manera que haya crisis, el problema del desempleo no admite una solución personal.

El nuestro es un tiempo de malestar emocional e indiferencia, que además, no se formulan explícitamente. No son expresadas de manera que permitan el uso de la razón en su relación con la sensibilidad, ni propia ni ajena. Sensibilidad que aflora de los valores comunes establecidos.

Para que exista una adhesión a estos valores comunes ha de haber motivación, que los individuos como agentes sociales que solo tengamos “sentimientos”-“emociones comunes” que de alguna manera, apoyen los diferentes valores. (C. Wright Mills, “La imaginación sociológica)

Desde este punto de vista, debemos considerar que las personas nos adaptamos a los vaivenes de la vida diaria, de lo cotidiano. Engranamos nuestras aspiraciones y nuestro trabajo con la situación en la que estamos y de la que no podemos salir. No buscamos salida, dedicamos nuestra vida al trabajo, a divertirnos, a las relaciones, a consumir, a….., en esta organización racional que es la sociedad. Georg Simmel dice que es un tipo de organización en la que las guías de conducta, de reflexión y de las emociones no se asientan en la conciencia individual del hombre, sino más bien en las estructuras sociales como forma que adopta el sistema global de las relaciones entre individuos.

Empresa, Familia, Redes Sociales, Sistema educativo y Administración Pública, son algunas de las instituciones (agentes sociales) que forman parte de este sistema, de ésta red de relaciones y de interrelaciones entre ellas y las personas.

Pero dentro de esta estructura social, las personas pueden “estar” de diferentes maneras. Y hay personas que están en “situación” de gran vulnerabilidad social, en “situación de exclusión social”. Y digo situación, porque la exclusión social es situacional. Y se está en una determinada situación por unas determinadas causas, más bien de un PROCESO de múltiples factores y causas cuya consecuencia es la exclusión social severa.

Proverbio sociológico: “Una cosa es real cuando lo son sus consecuencias”. Y no cabe duda de que la exclusión social, como consecuencia, es muy real.

La máxima expresión de la situación de exclusión social la tenemos en las PSH (Personas Sin Hogar) fenómeno que tiene mucho que ver con la exclusión residencial extrema, Personas que quedan “en la calle” literalmente.

¿Cuántas de estas personas se encuentran en esta situación por una mala o inexistente gestión de las emociones?

Desde una perspectiva sociológica la Inteligencia Emocional se nos presenta como un método de análisis fenomenológico y apasionante campo de intervención social en este campo.

En este sentido, estoy convencido de que en el origen de un gran número de procesos de exclusión, en especial en los de las PSH, están muy presentes las emociones, existe una mala gestión emocional“.

Muchos de estos procesos, están precedidos de malas decisiones tanto económicas como sociales.  Antonio Damasio, en su teoría de las decisiones nos habla del papel que desempeñan las emociones en la toma de decisiones (de forma consciente e inconsciente)

Situaciones de precariedad laboral, desempleo, ludopatía, consumo de drogas, alcohol, rechazos personales, violencia, agresiones, divorcios, muerte de familiares directos, desahucios, jóvenes que abandonan el hogar sin estudios ni cualificación suficiente, salida de prisión, y un largo etc, son factores, situaciones, que llevan a la exclusión social. En muchas ocasiones se suceden y acumulan en complejos procesos multifactoriales. 

Situaciones que dan origen a graves conflictos; en el hogar, familia, en el campo laboral, en las relaciones sociales,…conflictos y situaciones mal afrontadas, mal resueltas por un dejarse llevar hacia emociones negativas mal reguladas y gestionadas. Recordemos que las emociones son reacciones automáticas y ante muchas de las situaciones anteriores puede aparecer la incapacidad de una respuesta emocional adecuada:  “o dejas de beber o no vuelvas a esta casa”. (Marcador somático; decisiones tomadas por experiencias anteriores marcadas por las emociones)

La consecuencia de una toma de decisión en una situación de total crispación, de alta intensidad de emoción negativa, rabia, frustración, ira, miedo,…fácilmente puede acabar con una persona fuera de casa, y supone acabar en la calle,  a estar en situación de PSH (Persona sin Hogar).

¿Usted qué opina?

4 pensamientos sobre “Contra la exclusión, buena emoción.

  1. Arantza Echaniz

    Javier, me gusta mucho tu punto de vista. Ciertamente yo cada vez que veo una persona sin hogar, cada vez que veo a alguien en una plaza con unos cartones pegado a un brik de vino siempre me pregunto ¿cómo se llega ahí? Siempre pienso que esa persona habrá tenido alguien que le ha querido, a quien le ha importado y él o ella habrán querido a alguien…

  2. Edu J.

    Todavía hoy me resulta increible el enorme poder que tienen las emociones en nuestras vidas. Por esta razón tiene tanta importancia la correcta gestión de nuestras emociones para poder contrarrestar problemas como la exlusión social. ¡Gracias por el post!

  3. Fco. Javier Bárez

    Arantza.- Muchas gracias por tu comentario. En cuanto a la pregunta que te haces, sólo puedo decirte que llegar a esa situaciónes mucho más facil de lo que creemos. Y una vez que se ha roto y perdido el vínculo social, afectivo, emocional con la familia, amistades, trabajo, etc, es muy difícil recuperarlo. Y claro que existe el cariño y amor en sus vidas, y seguro que en alguna parte, alguien les quiere.A pesar de sus dificultades físicas y psíquicas mantienen su capacidad afectiva, (en algunos casos la dirigen a sus perros). Pero conforme pasan los años en la calle les es más difícl retomar los contactos. Como dijo el malogrado Niki Lauda: no podemos mirar atrás y empezar de nuevo, pero sí podemos recomenzar y hacer que el final sea distinto
    Podemos hablar del tema y si te interesa, te daré a conocer mi trabajo de investigación sobre las PSH y su relación afectiva con los perros.

  4. Fco. Javier Bárez

    Edu: Estás en lo cierto en lo del poder de las emociones. Son, en definitiva, quienes nos gobiernan. Nuestra vida, cotidiana sobre todo, está llena de decisiones de todo tipo y como somos más emoción que razón estas decisiones no siempre son las más adecuadas. El problema de la exclusión es uno de los muchos ámbitos de problemas sociales en los que el “saber”, conocimiento y buena gestión de las emociones piensoque tiene mucho que decir en la búsqueda de soluciones.

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