Inteligencia emocional

Orden del Día: “Compartir emociones”

Las personas somos animales sociales y hay quien dice haber visto algún espécimen “racional”. Como personas tenemos la necesidad vital de comunicarnos, y una de las formas más utilizadas en esta era nuestra, sobremanera en el mundo laboral, es a través de las reuniones.

En nuestras organizaciones la reunión no sólo se convierte, en muchas ocasiones en la mejor forma de atender algunas necesidades (comunicación, información, resolución de conflictos y problemas, fomentar el espíritu de equipo, presentar nuevos proyectos, definir criterios, etc..), ella misma es una necesidad profundamente sentida.

Existen diversas modalidades y muchos y variados motivos para llevarlas a cabo. Si no se celebrasen reuniones en los lugares de trabajo, el sentido de pertenencia de las personas a las organizaciones sería muy pequeño.

La reunión, no es sólo una importante herramienta de trabajo, es la forma física de representación del trabajo en equipo y cumple con unas funciones fundamentales; define al propio equipo, es el lugar de encuentro donde se revisan, actualizan y desarrollan los conocimientos del equipo. Sirve de ayuda para comprender los objetivos del equipo y de la organización, se genera compromiso con las decisiones que se toman en ellas, y también un momento de desarrollo de creatividad individual y de equipo. Son un entorno donde afloran, perciben y comparten, las emociones, individuales y de equipo.

Pero es aquí, en el transcurso de las reuniones donde se ve al líder que guía a un equipo. Donde queda al descubierto su estilo de liderazgo y su habilidad y capacitación en la dirección de reuniones. En muchas ocasiones de él depende que éstas sean estimulantes, entusiastas, participativas, creativas, dinámicas, asertivas. ¡Emocionantes!

De él y de su habilidad emocional depende que todas las personas participen, que se trabaje con respeto y en libertad, y por tanto uno de los aspectos más importantes que deben tener muy presentes los líderes en las reuniones, es el aspecto emocional.

Ya en la convocatoria de las mismas ha de generar emoción positiva, un clima emocional que atraiga al resto a sabiendas que disfrutarán de momentos creativos.

Ahora bien, la responsabilidad de la reunión no recaerá sobre una persona, sobre el líder carismático, sino más bien éste apoyándose en su Inteligencia Emocional “guiará, facilitará” reuniones más participativas y de gran comunicación que haga que las reuniones, “momentos” de trabajo colectivo, tiendan a multiplicarse y extenderse.

Esta visión da la responsabilidad compartida entre todos los miembros de la reunión favorecerá un alto grado de participación, libertad, confianza, comunicación. Será mucho más productiva con un mayor aprovechamiento del tiempo. Desde luego, conducir una reunión productiva no sólo depende de unas normas y reglas, sino de ejercitar el conocimiento tácito.

Los nuevos modelos de gestión orientados al cambio organizacional y la innovación, asumen que las competencias socio-emocionales son la piedra angular de las organizaciones futuras, ¿y de las presentes?, ¿En qué tipos de reuniones participan?

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