Inteligencia emocional

Emociones en la jornada electoral

Resaca electoral la de este primer lunes del mes de marzo. Resaca electoral en nuestra comunidad autónoma en la cual algunos ciudadanos y ciudadanas tenían el derecho a decidir el gobierno para los próximos cuatro años. Este no se trata de un blog sobre política y el que firma es menos aún el indicado para mojarse a jugar a ser analista político, pero considero inevitable abordar la emocionante jornada electoral vivida ayer.La jornada matutina como no, estuvo llena de emociones, como la tranquilidad de los ciudadanos y ciudadanas de a pie que aprovecharon el derecho de ir a votar para dar un pequeño paseo, como el hastío y la resignación de los ciudadanos y ciudadanas que tuvieron la “suerte”, y les tocó pasar el domingo en la presidencia o en los puestos de vocal e incluso de reservas de algún colegio electoral de la zona, como las emociones de los políticos candidatos a lehendakari que sufrieron la ira de seguidores de un partido político, que a su vez estaba indignado y frustrado por no tener el derecho a ser votado…En definitiva, la mañana electoral, en cuanto a emociones vividas, no defraudó.

Al mediodía fue el momento en el decidimos acudir al colegio electoral a votar. Había poca gente en la calle, mucha tranquilidad y serenidad, hasta el punto que parecía un domingo más. A partir de las ocho de la tarde, ya en casa, siento que el ambiente electoral parece que vuelve a coger calor. Empiezan los informativos televisivos especiales, y las emociones van ganando en intensidad a medida que empieza el escrutinio.

Hacia las nueve y media de la noche, la jornada electoral alcanza uno de sus auges emocionales, los primeros resultados dejan algunos triunfantes y como no a otros derrotados. Avanzan los minutos, y las cuentas de la lechera empiezan a coger protagonismo, tripartito, cuatripartito, cambio,… pero esta vez el resultado de sumas y restas no es tan sencillo, las matemáticas no son tan simples como antaño, y más de una calculadora se ha quedado anticuada.

A las diez de la noche todo el pescado está casi vendido, y es el momento en el que los partidos candidatos al gobierno empiezan a valorar los resultados y preparar su discurso ante los ciudadanos y las ciudadanas. Pero es en ese momento, donde la emoción adquiere una mayor intensidad ya que en el último instante uno de los escaños baila entre dos partidos políticos. Este iba a ser el escaño más emocionante de la noche.

A continuación llega el momento que estaba esperando, el momento de los discursos,  en el cual podríamos identificar las caras a los candidatos y así poder adivinar su estado emocional. Esta vez, fue fácil identificar las emociones de los candidatos.

Uno de los derrotados reflejaba expresiones de indignación y frustración convertida en ira ya que reclamaba que no había sido justo el desenlace electoral. Otro perdedor en cambio, se sentía triste y defraudado y supo admitir la derrota, por cierto algo que le honra por ser algo inusual en los políticos.

Los que quedaron en un lugar intermedio, sufrieron mucho al principio ya que empezaron en el grupo de los perdedores, por ello al final al recuperar su sitio, se quedaron con cara de expectación, con ganas de saber a qué fiesta van a ser invitados a partir de hoy.

Y como no, los ganadores de las elecciones, que aunque hubo varios, ninguno de ellos pudo sentirse el triunfador de la noche, la reina del carnaval. Uno de los ganadores, fue el que se llevó la sorpresa de compartir dicho protagonismo, una sorpresa que rápidamente se convirtió en alegría y orgullo por los resultados obtenidos. En su discurso levantó la voz y movió muy energéticamente sus brazos, estaba a rebosar de energía.

Otro de los ganadores ( esta vez su resultado no era tan sorprendente) se dirigió ante las camaras y los allí presentes, con alegría y con una expresión y un tono de voz que me hizo recordar al emperador Julio Cesar antes de invadir una nueva región.

Por último, salió ante las cámaras, el que tantas veces ha ganado, por lo que la alegría suele ser su emoción más frecuente. Pero esta vez, iba acompañada de preocupación por lo cual, como bien dijo el que allí hablaba, del minuto que tenían para celebrar la alegría, sólo podrían hacerlo durante quince segundos. Esta persona dijo sentirse orgullosa profesionalmente y emocionada personalmente, esto último creo que fue lo que en su discurso pude observar, más aún cuando nombró a su familia y se unió en abrazos con las personas allí presentes.

Como ven, noche de emociones la vivida ayer, noche de política, la cual no ha hecho más dar el pistoletazo de salida. Y como como me enseño mi profesor de latín, no olvidemos que llegan los idus de marzo. Los idus eran los días de buenos augurios para los romanos, en los cuales algunos de estos candidatos podrían sentirse felices, y otros en cambio no, ya que no deberíamos olvidar que también fue en los idus de marzo donde Julio Cesar fue asesinado por el Senado. ¡Así que…a trabajar!

3 pensamientos sobre “Emociones en la jornada electoral

  1. Jon

    Bravisimo, el mejor artículo que he leido desde el ultimo libro de Ana Rosa Quintana (es broma). Muy bien, oye. Sigue así llegaras lejos
    Patata Caliente

  2. Gotzon

    Y qué me decís de las emociones en el deporte? en el fútbol? en la Catedral de ayer?

    El público y los jugadores enchufados, dando la vuelta a todo pronóstico racional acerca del potencial de juego, la cotización de ambos equipos y de todos y cada uno de sus jugadores contrastados…

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