Inteligencia emocional

Innovación, Competitividad, Inteligencia Emocional, Responsabilidad Social… y Clase Política.

 

Desde hace ya algunos años los discursos más o menos oficiales de la clase política están llenos de términos como “competitividad”, “eficacia y eficiencia”, “innovación”, “gestión del conocimiento”, “diversidad”, “globalización”, “responsabilidad social”, “calidad”, “inteligencia emocional”… No hay aparición pública de nuestros representantes en la que, de una u otra forma, se hable incluso de lo que se hable, no aparezcan hilvanados con mayor o menor acierto algunos de estos vocablos. Sin embargo, es curioso comprobar cómo -y creo que es una sensación bastante generalizada entre los contribuyentes- es precisamente en este mundo de la política y del pensamiento de nuestros gobernantes en el que menos cambios e innovación se perciben. La sensación que transmiten es de un anquilosamiento total.

A las empresas y organizaciones de todo tipo se les pide desde las distintas instancias públicas que innoven, que sean creativas, que generen productos y servicios de calidad. Nuestras industrias, nuestros comercios, nuestras escuelas, nuestras universidades, están inmersas en procesos de calidad. Y bien está. Pero, ¿por qué no se les pide, les pedimos, lo mismo a nuestros propios políticos que, al fin y al cabo, están viviendo de las aportaciones de los ciudadanos?Cada vez hay más agencias para preservar la calidad. En el ámbito por ejemplo de la docencia universitaria tenemos la ANECA, UNIQUAL, etc. que están desplegando toda una serie de herramientas y procedimientos para medir, evaluar y calificar todo tipo de procesos. ¿Por qué no exigimos la aplicación de estos mismos principios y procedimientos en el ámbito político? ¡Siempre con la misma verborrea! Pero, ¿para qué sirven muchos de los sueldos que estamos pagando entre toda la ciudadanía? El absentismo de parlamentarios, la ineficacia que muestran muchos de nuestros representantes en su contribución a la resolución de problemas, su vagancia, su ineptitud (no la de todos, claro está), hacen absolutamente necesario poner en práctica, cosa que no sería nada difícil, es cuestión de voluntad, mecanismos a través de los cuales los ciudadanos podamos también medir y evaluar los comportamientos, avances y resultados de nuestros políticos concretos. Con votar cada cuatro años no se alimenta la democracia. Esto se ha quedado viejo.

¿Usted qué opina?

3 pensamientos sobre “Innovación, Competitividad, Inteligencia Emocional, Responsabilidad Social… y Clase Política.

  1. Gotzon

    El tinglado político es como una noria, gira sobre si mismo. Y tiende a perpetuarse.

    Y la mayor parte de los individuos hacemos lo propio. Estamos a otra cosa

    ¿Por miedo? ¿por comodidad? ¿por falta de confianza? Quizá porque el bienestar económico y el crédito nos ha permitido seguir tirando…A corto plazo, hasta ahora.

  2. hebert

    hola Sr Iñaki escribo porque actualmente estoy realizando un Master en RRHH y estamos tratando el tema de las empresas 2.0,quisiera pedirle el favor de si pudiesen enviarme informacion ,opinión, orientación de como emplear La Inteligencia Emocional como modelo de gestion de empresas 2.0 a las Pequeñas y Medianas Empresas.
    De antemano Gracias por su Tiempo.
    mi correo es :
    ultreia.et.suseia@gmail.com

  3. Rogelio Fernández

    No solo creo que sea un tema de políticos sino de todas las personas con poder. El cambio, la innovación se están pregonando desde espacios que no cambian… que no innovan… que no cambiamos, que no innovamos. Los tiempos están duros y no sólo en lo económico sino, lo que me parece más importante, en lo moral… Pero ya que estamos en un espacio de Inteligencia Emocional mantengamos una esperanza “activa”… muchas veces hablamos de cambio pero éste debe empezar por nosotros mismos y eso es algo que nos cuesta a todos… un saludo compañeros

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