Inteligencia emocional

Adolescencia: donde la I.E. no llega

La adolescencia as el caballo de batalla de padres y madres a lo largo y ancho del mundo occidental. Esta época parece no tener límite en cuanto a incomodidades parentales. Los chicos y chicas de esta edad hacen lo que consideran, no atienden a razones, y si atienden, lo hacen a aquellas que “les convienen” y no a las que los padres quieren que les convengan o quieren que elijan. La responsabilidad parece estar ausente y lo que dice el grupo de amigos es lo que el adolescente considera más acertado. De lejos mucho más que lo que pueda decir unos de sus progenitores, abuelos o tíos. ¡Menuda locura!

¿Y si todo esto fuera lo normal?

Son muchos los padres que tratan a diestro y siniestro influir en sus hijos como buenamente pueden para evitar lo que serían escenas temidas de futuro, como que se convierta en drogadicto, que termine tirado en la calle, o con un trabajo sin futuro, en resumen, que se convierta en un adulto sin límites. Esto trae de cabeza a muchos padres en esta etapa.Malas noticias: en algunos casos no hay nada que hacer para evitar los comportamientos irresponsables o los comportamientos desafiantes. Buenas noticias: afortunadamente no lo hay. Digo esto porque la misión evolutiva del adolescente es ser independiente, no tiene otra, e independizarse implica separación, diferenciación y por tanto oposición y contraste. Fijaos si es tan importante esta misión, que hasta desoyen consejos a sabiendas de que les benefician. Pero ¿dónde quedaría mi diferenciación de mis padres, dónde quedaría mi misión de ser alguien con criterios propios si les hago caso? La pregunta puede ser entonces del otro lado: ¿pero tienen que oponerse siempre? Hombre, sabemos que cuando las personas no tenemos certezas, nos agarramos a lo que parece mínimamente fiable para nosotros, e incluso sabemos que, para muchas personas, es mejor tener la seguridad que da optar por algo, aunque sea erróneo, que sentir el desasosiego de no tener nada fijo. Preferimos ir por la vida con un mal axioma que sin ninguno.

Y en la adolescencia si hay algo, es incertidumbre. Entonces, si quiero ser diferente a mis padres y estoy perdido, ¿cómo lo hago? Sencillo: aparentando que tengo las ideas claras y actuándolas en consecuencia. Eso hacen los adultos, ¿no?

Queda alguna pregunta más: ¿qué cosas estamos dispuestos a padecer sin poder evitar? ¿hasta qué punto construimos fantasías catastróficas cuando lo hacemos?

2 pensamientos sobre “Adolescencia: donde la I.E. no llega

  1. SUSANA SOLORZANO ARIAS

    TENGA BUEN DIA, ESTOY REALIZANDO UN TRABAJO DE INVESTIGACION SOBRE LA INTELIGENCIA EMOCIONAL EN LOS ADOLESCENTES, ME GUSTARIA MAS DETALLES DE ESTE TEMA DESDE SU PUNTO DE VISTA. GRACIAS.

  2. lara

    Esta noticia hace parecer que la conducta de los jóvenes es incontrolable y por tanto no podemos influir como padres en ella…espero que aquellos padres que ya de por si no se responsabilizan de este hecho no la enmarquen en un cuadro y la utilicen como excusa más….

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