Hoy quiero, con estas letras, mandar un gran abrazo y un mensaje de ánimo a un amigo que lo está pasando mal.
Yo hace no mucho tiempo vivà una situación parecida a la que está viviendo él. No sé si el origen, porque no creo que haya factores únicos, pero la gran fuente del problema fue el trabajo. El trabajo, para mÃ, es una gran fuente de satisfacciones que contribuye a la autorrealización, pero reconozco que es un arma de “doble filo”. AsumÃ, sin demasiado convencimiento, una tarea de gestión y responsabilidad que suponÃa un esfuerzo y dedicación desmedida. No soy persona a la que le asuste trabajar, es más, a veces asumo muchas cosas aunque no tengan recompensa alguna. Tampoco me asustan las responsabilidades. Sin embargo, aquella tarea me minó fÃsica y psicológicamente. Lo que me resultó más duro fue la soledad y la falta de apoyo (hay quien lo llama la “soledad del cargo”‘). Lo que nunca me hubiera imaginado es que la organización no iba a apoyar mis decisiones y que me iban a dejar sola. No entiendo el que se den responsabilidades pero no se den recursos, que se pidan resultados pero se pongan cortapisas. Nunca pensé que con quien más iba a tener que pelear fuera los de dentro. Además, se sumó un problema en el que se mezclaba lo personal y lo profesional. Una compañera, y amiga, no se sentÃa valorada y lanzó un “órdago” diciendo que se iba si no se le mejoraban las condiciones, que ciertamente no respondÃan a su contribución a la organización. Al final se fue y descargó en mÃ, su jefa, toda su furia, frustración o qué se yo. DecÃa que no le habÃa dado el respaldo suficiente y que no habÃa sabido distinguir lo personal y lo profesional. Para mà aquello fue el detonante. En aquel instante decidà que iba a dejar aquella responsabilidad, que no estaba dispuesta a sufrir más por el trabajo, que no iba a dejar que afectara a mi vida. Y para entonces ya afectaba, y mucho. TenÃa problemas para dormir, el carácter se me habÃa agriado, estaba irritable… Recuerdo un dÃa que mi hijo mayor me dijo: “Ama, ¿por qué siempre estás enfadada?”.
A dÃa de hoy me he recuperado, pero me ha costado. Tardé bastante más de un año en superar el insomnio. TodavÃa hoy me pasa que a la menor preocupación se me altera el patrón de sueño. Vengo a trabajar sin que me den taquicardias al acercarme a la puerta. Y lo hago con una sonrisa. He recuperado la ilusión y siento más vocación que nunca por mi trabajo. Pero ha sido un proceso. Cuando estaba en el peor momento tuve la tentación de dejarlo todo y aceptar cualquier trabajo, de lo que fuera. En todo el tiempo que llevo en la organización, más de 15 años, nunca he mirado ofertas de trabajo como entonces. Pero, por fortuna, hice mÃo el lema ignaciano de “en tiempo de desolación, no hacer mudanza”. Creo firmemente que nunca hay que tomar decisiones del tipo “quemar los barcos” cuando uno está en el fondo del hoyo. Es muy tentador, pero siempre hay alguien que te quiere bien que te lo recuerda. Mi entorno me entendió y me apoyo en la decisión, primero de dejar el puesto, y segundo de rebajar mi dedicación al trabajo pero seguir con aquello que me gusta y que me llena.
Hoy te quiero lanzar ese mensaje. Recuerda el lema ignaciano. Decidas lo que decidas estaré ahÃ, te apoyaré, pero decide con cierta paz, con serenidad. Toma la mejor decisión para ti no sólo a corto plazo. Y recibe, sobre todo, un abrazo muy fuerte. Un abrazo es algo que nos desmonta, que nos que nos une a la realidad, que nos conecta con nuestro entorno incluso en los peores momentos.
Me encanta decirles a mis hijos y mis sobrinos: “Ven aquà que yo doy los mejores abrazos del mundo“. La respuesta es siempre la misma, un niño que se abalanza y se deja “achuchar” transmitiéndote una infinita ternura. Os animo a que veáis el siguiente vÃdeo sobre la “abrazoterapia” y a que abracéis a toda aquella persona que lo necesita (aunque… ¿quién no necesita un abrazo?).
¿A quién has abrazado hoy?
Aran, tus posts son como grandes abrazos, de esos que tu sabes dar!! Yo tambien recuerdo un cafe contigo en un momento de bajón y se lo importante que es contar con alguien cerca. Espero, que el destinatario de tu mensaje se sienta reconfortado con este gran abrazo que le mandas.
Decidas los que decidas estaré siempre ahÃ, te apoyaré… esa frase me parece preciosa, llena de afecto y cariño, llena de generosidad y entrega. Estar con un estado emocional negativo marca mucho, sobre todo cuando se instala en ti y hace que tus pensamientos y comportamientos se vean distorsionados, tanto, que no permiten disfrutar y agradecer lo que la vida te da sobre todo cuando se trata de los amigos que tienes. Gracias por tu post y sobre todo por haberte sobrepuesto de esa experiencia tan desagradable en el trabajo… y mil gracias por lo que a mi me toca. Un muxu amiga mÃa
Hola Aran. desde México te mando un ABRAZO!! y estoy segura que tu amigo va a pasar este mal rato y va a seguir adelante con su vocación como tú!!!
HUGS+HUGS+HUGS
Lumi
Hola Arantxa, me siento identificada con la situación que viviste y la que está viviendo “tu amigo”, cuando se lucha tanto por hacer el trabajo que te gusta es muy decepcionante que las cosas no sean como esperabas, crees que las horas de dedicación no tienen ningún fruto. Lo más fácil y más cómodo serÃa dejarlo todo, pero es en este momento, que debes recordar a aquellas personas que necesitan tus abrazos y aquellas de las que necesitas un abrazo para mantenerte en pie y seguir luchando por lo que se quiere.
“Que no temamos solicitar un abrazo en el momento en que lo necesitamos o darlo cuando nazca del corazón”
Querida Aranchi:
Me ha conmovido la lectura de tu artÃculo. Lo he disfrutado y he sentido las ganas de enviarselo a varias personas para de esta manera decirles que las quiero.
¡Gracias por compartir con generosidad reflexiones y aprendizajes!
Recibe un cariñoso y fuerte abrazo,
Miriam
¡Es un post precioso Arantza! No tengo ninguna duda de que “tu amigo” valorará enormemente estas lÃneas que le has puesto abriendole tu corazón y brindandole todo tu apoyo. ¡Eres genial!
Gracias a todos por vuestro comentarios… Millones de abrazos
Gracias Arantza, da gusto poder leer tus lineas y recibir abrazos aunque sea a través de internet.
Si yo fuera esa amiga a quien selo dedicas estarÃa muy orgullosa de tenerte a mi lado. Sigue conmoviendonos con tus post que son muy bonitos. Besos.
Mila esker, Arantza. Los relatos de las propias experiencias son el mejor aprendizaje emocional. Un abrazo o simplemente estar al lado en el camino de una persona querida, es la mejor expresión afectiva posible. Como con cada post que te leo, se me dilatan las pupilas y el corazón cambia de ritmo. Besos
Aran,mil gracias por tu post de los abrazos.Cómo llegas al corazón de los que leemos tus dulces palabras!Lo que ,a veces somos incapaces de expresar con palabras lo dejamos bien clarito con un abrazo.Espero te llege uno bien grande desde mi corazón.Besos también
ABRAZOTES desde Pamplona.Y uno muy especial del pequeñÃn de la casa (el gran mimosete).
Querida Arantza:
Sólo puedo decir gracias por tu precioso post que contempla el fundamento de las “buenas personas”
¡Qué importante es estar ahÅ!
y ayudar desde el cariño a tomar las decisiones correctas.
Cuando estamos anclados en el enfado solemos rechazar los signos de cariño y afecto, pero ¡es que son la mejor terapia, que buen solucionador de problemas es un amoroso abrazo.
Y algo a lo que me he acostumbrado es a despedirme con “un abrazo”, ahora también para tÃ. Y con besos además.
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