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No sé si esto que voy a escribir tiene mucho que ver con la Inteligencia Emocional pero para mà está siendo una forma de regular mis emociones que en este momento se acercan a las familia de la ira y una buena forma de regularlas, según los cientos de post que se han publicado en este blog, es escribir. Y sobre lo que quiero escribir es sobre el Conocimiento sobre todo de un gran “bluf” que es la llamada Sociedad del Conocimiento.
Digo esto por dos motivos: el conocimiento no se paga y el conocimiento no se reconoce. Cada vez está aumentando más el número de personas más que suficientemente preparadas a las que las empresas están explotando con contratos basura, con contratos de becarios y que forman este colectivo llamado “mileuristas”. Además, no solo están generando conocimiento nuevo sino que están manteniendo a bajo coste la especulación que muchas empresas están creando con sus horas de trabajo. Creo que este colectivo, o gran parte de él, están generando parte del beneficio que se está generando en nuestras organizaciones. Y hablo de organizaciones de todo tipo.
Por otro lado, el conocimiento no se reconoce. Existe un gran número de personas, de docentes, catedráticos, titulares, doctores, investigadores que llevan toda su vida dedicada a generar nuevo conocimiento y a trasmitirlo a otras personas, que han perdido por completo su estatus social. Ya no es socialmente relevante ser un sabio… solo es socialmente relevante tener dinero. El tener el tÃtulo de doctor, el pertenecer a la Academia ha perdido, en cierta manera, el respeto social. Como también lo ha perdido el conocimiento generado por la experiencia y que atesoran gran número de las personas que trabajan en nuestras industrias y a los que se considera fácilmente reemplazable en aras de una jubilación anticipada. Las relaciones maestro – aprendiz o la de maestro – alumno han perdido su valor por la obcecación de un utilitarismo desmedido.
Sé que estas palabras que estoy escribiendo tienen un buen contenido populista. Y más cuando las he leÃdo después de que la ira inicial hubiera desaparecido debido al lapsus de tiempo que ha habido entre el comienzo del post y estos momentos. Sin embargo, he decidido continuar y dejar claro lo que mis sentimientos me decÃan en aquellos momentos. Cuando hablamos de inteligencia emocional, en concreto a la regulación, podrÃa parecer que siempre debemos apaciguarlas, “reprimirlas”, y lo que yo creo es que se trata de poder utilizarlas correctamente. La fuerza que me dio una ira no muy intensa para decidirme tratar el asunto de la Sociedad del Conocimiento me gusta que quede reflejada en este escrito y que sea esta la que genere el debate.
No obstante, tengo que decir que creo firmemente en los significados que creo subyacen al  concepto de Sociedad del Conocimiento y que tengo claro que sólo podrá desarrollarse cuando el valor persona prevalezca en el mismo. Creo que este concepto debe centrarse en el avance de la sociedad y no solo en el avance de la economÃa. Eso es lo que creo y también que algunos de los caminos que se están siguiendo para conseguirlo no son los más adecuados…
Como ven todo lo escrito es un cúmulo de cosas, a veces inconexas, de pensamientos y emociones que ha pretendido fundamentalmente dos cosas. La primera ha sido expresar simplemente mis pensamientos en un momento dado y sobre un asunto determinado, sin un análisis profundo, pero con un fuerte sentimiento de urgencia por decirlo.  El otro ha sido el llamar la atención sobre un tema acerca del cual me gustarÃa saber su opinión.
Como educadora que soy, creo que la relación maestro-aprendiz es una de las más ricas que existen. A mà me encantarÃa dejar una huella en este mundo como la que relata Mitch Albom en su libro “Martes con mi viejo profesor”.
De momento lo que tenemos es un empacho cosniderable de información y a menudo nos falta tiempo, mapas inteligentes para procesarla y ganas para ello
Sociedad del conocimiento y de la información… ¡Una entelequia difÃcil de entender y de digerir!
Dicen que el desarrollo de la tecnologÃa posibilita el acceso a la información y al conocimiento, y que todo ello es un factor de progreso social y democratización. La información se manipula y el conocimiento se devalúa. Nunca – dicen los expertos- ha existido un acceso más rápido y masificado a la información y al conocimiento, pero sin embargo no somos más sabios.
Alguien que conozco y que trabaja en una empresa de telefonÃa me comentó el otro dÃa que en Africa se venden diariamente varios cientos de miles de teléfonos móviles, y ahà siguen con su pobreza, su ignorancia, sus enfermedades y su explotación.
El desarrollo de la tecnologÃa está en manos de la economÃa de mercado, y esta y los que la controlan marcan el devenir de nuestra existencia. Información y conocimiento, y desigualdad, han sido a lo largo de la Historia las grandes armas de las Revoluciones…¿Qué nos espera?
Estas navidades me pidieron una frasecilla para acompañar a las tarjetas de felicitación que se envÃa a los alumnos, empresarios, instituciones… de la comarca y se me ocurrió ésta: Para pasar del conocimiento a la sabidurÃa sólo necesitas una cosa: amor. Creo que esto es una forma de responder a la pregunta
Un saludo.
PELLO