Inteligencia emocional

Sentir, pensar, actuar …

Los avances aportados por las Neurociencias fueron determinantes a la hora de establecer una nueva cartografía cerebral, confirmando una nueva estructura: la de un cerebro racional, dedicado a la ciencia, el almacenaje de contenidos que vamos adquiriendo, la lógica, el lenguaje … Y también otro, el denominado cerebro emocional, que es quien percibe los estímulos de contenido emocional y activa los mecanismos de la emoción misma; ni que decir tiene sobre la importancia de éste, siendo el primero en desarrollarse y el último en perderse –respecto al cerebro racional-.

También gracias a los avances en Neurociencias y en tecnología de reproducción visual-cerebral, se ha podido corroborar la interrelación entre ambos cerebros. Y eso, está trabajando a nuestro favor; porque no se trata de ensalzar razón o emoción, sino que muchas de nuestras decisiones requieren de la información de ambas partes; en algunos temas necesitamos más contenidos racionales, o quizá emocionales pero más que opuestos, deberían de trabajar juntos, coordinados por así decirlo.

Semanas atrás, abordando esta interacción entre razón y emoción en un grupo de formación, una participante, docente ella y también madre nos comentaba lo adecuado de una canción en euskera de unos payasos muy conocidos por nuestras tierras. Según cantan, mejor empezar por sentir –señalando el corazón-, después pensar –señalando la cabeza-, y después … ¡¡hacer!! –con ímpetu y señalando las manos-, siendo este paso equivalente a actuar.

La imagen que acompaña a este artículo puede resultar parcial en cuanto a que el cerebro o la razón parece sentirse “desarmado”. Con ella no pretendo sino ilustrar simpáticamente una actitud que, en mi opinión resulta ser paradójica en cuanto a la supremacía de la razón que aún impera. Reiterando nuevamente que tampoco se pretende priorizar ahora sobre la dominancia emoción. Un cerebro racional que domina convierte a esa persona en un ordenador; un cerebro emocional que domina y sobresale convierte a esa persona en un polvorín.

La importancia del contenido emocional es ya un tema de sobra reconocido y aceptado; es, entre otras razones, el tema y nexo que nos une aquí y ahora en cuanto a que yo escribo y alguien desde esa otra parte, lee. No obstante se percibe una tendencia, necesidad más bien a querer comprender la emoción, ha buscar una explicación de porqué ha surgido en lugar de sentir. Otra persona, también en otro grupo me comentaba hace pocos días que “la manía que tenemos en occidente de tener que explicar las cosas científicamente para tomarlas como algo serio y probado” nos lleva a perder información significativa.

Sin duda alguna, resulta tentador conocer el porqué de las cosas, pero en ese caso, la interacción del sentir-pensar nos puede llevar a perdernos en divagar, en hallar teorías que posteriormente no nos resulten efectivas para abordar la situación. Por eso, desde este pequeño espacio compartido, abogo o propongo un sentir-pensar que nos lleve a valorar el para qué  en lugar de el porqué, siento y necesito esto. Esa puede ser la llave que nos abra el camino de actuar con vistas a aprender y mejorar. Si recordamos la función adaptativa de las emociones, puede darnos pistas realmente interesantes.

Una vez valoradas diferentes situaciones donde debas regular lo que sientes, piensas, ¿te resulta válido plantearte  el para qué? Una vez preguntándote el para qué, ¿puedes encontrar otras vías para lograr el resultado que esperas?

8 pensamientos sobre “Sentir, pensar, actuar …

  1. Pingback: Maria Moreno Rivas

  2. Pingback: Ignacio Quintana Esc

  3. josetxo

    Gracias Karmele por proponer una salida aunque creo que antes deberíamos plantearnos el cómo, pero en este momento no importa tanto. El blog vive enredado en la tela de araña del por qué al punto de que practicamente la totalidad de los post qe se han escrito podian haber sido fechados allá por los inicios del 2007….

  4. Rogelio

    Josetxo… me parece muy buen comentario, de verdad y creo que debemos hacer algo. Con toda sinceridad… tienes alguna idea de qué deberíamos hacer, hacia dónde deberíamos orientarlo??? un saludo y mil gracias, incluyendo a Karmele por su post.

  5. Pingback: María Elena Costa

  6. josetxo

    Mi querido amigo. No es cuestión de vías sino de algo mucho más elemental. Es absolutamente imposible que el Blog pueda caminar a ninguna parte en tanto no nos despojemos del creacionismo que está contaminando todo el discurso.
    Por favor realizad el esfuerzo de visualizar todo esto desde el observatorio que nos procura la Evolución. Vereis que cuando nuesto antepasado homínido (el animal más versatil pero en nada el más fuerte) se hiergue y domina la distancia gana tiempo para optar y accede al arte de pensar (prever para elegir). Un arte que precisó de generaciones y generaciones hasta que comprendimos que pensabamos y con ello accedimos al conocimiento…
    Pues bien, el pensamiento nada ha cambiado. Sigue siendo prever para elegir y es por esto por lo que son incompatibles la emoción y el pensamiento unidos en las tomas de decisiónes. Las decisiones que mediante un impulso no razonado tomamos por la vía emocional no pueden ser razonadas mediante el pensamiento. El pensamiento siempre te aporta otras nuevas opciones que las destruyen llevándonos a la duda y a la indeterminación. Ahora bien pueden ser razonadas mediante la meditación que se limita a discernir exclusivamente si es correcta o nó la decisión que hemos tomado por la vía de la emoción. Nada más.
    Por lo demás, Karmele, con respecto al “para qué” que planteas sólo una cuestión: las empresas innovadoras lo son en tanto disponen de creativ@s capaces de tener ideas (vía emociónal), pero dificilmente puede sobrevivir una empresa innovadora que no es capaz de proteger sus innovaciones y esto último lo logran l@s pensador@s…Es por esto por lo que la empresa siempre precisa de creativ@s y cabrit@s…
    Rogando me perdoneis el coñazo. Con mis mejores sentimientos y en el convencimiento de que lo que he expuesto no tiene por qué ser necesariamente cierto, saludos

Responder a Ana marcela simanca cadiz Cancelar respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Confianza online