Por Arantza Echaniz Barrondo
“Tú encontrarás la solución. Lo único que puedo hacer para que la encuentres es ayudarte a verte a ti misma. Intentar hacerte un buen retrato” (cita de apertura del libro)
Recientemente he leído un libro de Ferran Ramon-Cortés que lleva por título el que encabeza este post, y que es muy sugerente como todo lo que escribe el citado autor sobre comunicación. Hace tiempo que estoy convencida que un requisito fundamental , y no siempre tenido en cuenta, para una buena comunicación es la escucha, que se debe realizar a través de todos nuestros sentidos. A lo largo del libro el autor presenta cinco claves para conocer a los demás, comprenderlos y conectar con ellos; y lo hace utilizando los pasos para realizar un buen retrato y que paso a comentar.
- “Mirar por el visor”. Es necesario cambiar la perspectiva; salir de mí para concentrarme en el otro; dejar de ser protagonista para convertirme en espectador. Para ello debo parar mi ‘runrun’ interno y escucharle con todo mi ser, también con los ojos. Ésta es la única manera de que se sienta escuchado.
- “Encuadrar la imagen”. Una vez en el papel de observador debo conseguir que el otro se abra, que comparta sus sentimientos y que yo pueda ir explorando por los caminos que me va insinuando. Para lograrlo deberé conseguir que el otro se sienta cómodo, en confianza; deberé ser empático y aceptar sin juzgar lo que el otro me dice; y deberé animarle a que concrete, a que me proporcione ejemplos y casos concretos.
- “Elegir la luz”. Hay que buscar la raíz de los problemas y conductas para poder crecer. Muchas veces enmascaramos nuestros verdaderos problemas detrás de conflictos puntuales, porque igual ni siquiera nos damos cuenta de cuáles son. Dos habilidades son fundamentales para ello: la autenticidad (para que el otro te sienta cercano, y no que le estás analizando como un profesional) y la proximidad (que ayuda a concentrarse en lo que el otro siente aquí y ahora). “En las relaciones profesionales la amistad es una elección mientras que la confianza tendría que ser una obligación, porque si no hay confianza, los errores, los malentendidos y los conflictos están asegurados” (p.57).
- “Enfocar y disparar”. Para ayudar al otro debo ser capaz de captar y comprender lo que siente, que siempre será legítimo e indiscutible. En este proceso ayudan la confrontación (en este momento puedo evidenciar las posibles contradicciones sin herir) y la autorrevelación (exponer una vivencia que se parezca en el sentimiento y que la utilice para ayudar al otro, no para descargarme).
- “Revelar”. Se trata de propiciar el autoconocimiento, acompañar al otro hasta que lo descubra y le ponga palabras. Para esto es necesario tener valor (estar dispuesto a involucrarte con el otro, no sentir que el problema es de él, atreverse a decirle lo que hay que decirle) y ser sincero pero teniendo en cuenta lo que el otro puede aguantar (no se puede herir en nombre de la sinceridad).
Os animo y me animo a escuchar con los ojos… y con todo el ser…
Bibliografía:
- Ramon-Cortés, Ferran (2011): Escuchar con los ojos. Barcelona: RBA
…no en vano se dice que el primer beso se da con los ojos. A la escucha atenta le llamo el interruptor de la empatía, un sistema espejo que nos devuelve la atención con creces. No hay como mostrar interés para interesar… y ganarse el interés de los demás.
@Gotzon
Completamente de acuerdo… Uno de los mejores ‘piropos’ que he recibido en mi vida fue: ‘qué mirada tan limpia’… Sin mirar, que no ver, es imposible ponerse en el lugar del otro…
Y al revés también. Vease si no: ojos que no ven…