Inteligencia emocional

Emociones del Emocionario: dí lo que sientes

Uno de los obstáculos que nos impide alcanzar mayores cotas de bienestar subjetivo –entre otros-  es lo que llaman “noria hedónica”. ¿En qué consiste? En cuanto conseguimos lo que deseamos en la feria de la vida, disfrutamos un instante fugaz de nuestro logro, nos alegramos, para volver inmediatamente después a niveles de felicidad/infelicidad previas. “Cuán presto se va el placer…” que decía J. Manrique.

emocionarioA su favor, diremos que nos impide quedarnos dormidos en los laureles, disfrutando el éxito; que nos anima a mejorar incluso cuando lo hecho está bien hecho. En su contra, que es germen del “consumismo compulsivo” (nada es bastante) y que nos priva de mayor bienestar. Nos hace eternamente insatisfechos. La necesidad que no cesa.

Conocer el funcionamiento de esta noria nos previene de frustraciones, de pérdidas de motivación, desilusiones… Y nos ayuda a conocernos mejor.

Viene esto a cuento de un libro “Emocionario: di lo que sientes” Cristina Nuñez y Ramón R. Valcárcel (Ed. Palabras Aladas 2013) cuya lectura me he regalado y del que te quiero hablar.

Dirigido a un público infantil, y escrito en un tono didáctico, atractivo, e ilustrado, se trata –en mi opinión- de una publicación recomendable para los adultos que queremos avanzar en nuestra alfabetización emocional.

“Emocionario …” nos propone un recorrido emocional donde lo importante es conocerse a sí mismo desde el verbo sentir. ¡Tan verbalizado como escasamente empleado!

Es un paseo por 42 emociones, desde la gratitud, amor, entusiasmo, deseo o ilusión, hasta el miedo, odio, celos o frustración. 42 emociones que nos llevan de un extremo al otro tanto en la dimensión “excitación” (+ o – activación) y “evaluación/afecto” (agradable/desagradable).

Si bien el orden de los factores no altera el producto, y la lectura puede iniciarse por la emoción que consideres oportuna, se propone un itinerario encadenado que se inicia por la ternura y el amor. No me parece una elección azarosa.

Podríamos considerarla como uno de los exponentes del cementerio de las emociones olvidadas (reprimidas, escondidas, denostadas … añade el participio que –en tu opinión- mejor corresponda). Lugar donde cohabita junto a grandes olvidadas como la gratitud, lejos de lugares más accesibles como la euforia y la tensión.

Reconozcámoslo: siempre hay tiempo para la ternura, pero no es moneda común en la actualidad. ¿Por qué corren malos tiempos para la ternura? ¿Insensibilidad? ¿Prisa? ¿Inútil? ¿Muestra de debilidad?

Comparto con quienes han escrito “emocionario” que la ternura está en nuestro interior; son los demás, “los otros” quienes la inspiran. Ensancha nuestro espíritu, y donde reina convierte el lugar en más amable, más humano. Nos anima al ganar-ganar en nuestras relaciones (base de la cooperación) y amplifica nuestro repertorio de ideas, pensamientos y acciones. Son las neuronas espejo las que, como en la empatía o la compasión, la hacen posible. No sólo no nos hace más débiles, nos fortalece!

Conocer el “código de barras” de las emociones, como la ternura, “descubrir, identificar y diferenciarlas nos ayudará a sentir sin temor. Sentir es un privilegio y aprender a expresar nuestras emociones nos ayudará a acercarnos a quienes amamos”

El emocionario es un buen comienzo en este recorrido para mejorar nuestra percepción y comprensión emocional.

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3 pensamientos sobre “Emociones del Emocionario: dí lo que sientes

  1. Rogelio

    Qué placer leer sobre emociones positivas, y más esta relacionada con fuerza con la infancia, con la niñez. Tomo nota del libro Javi porque pienso que las emocines son, curiosamente, las grandes olvidadas en el mundo de la Inteligencia Emocional, y este escrito puede hacernos más sabios en su identificación, comprensión y gestión. Graicas por ello y espero el próximo!!! (por cierto… me ha encantado en vídeo!!)

  2. Olaia Agirre

    Identificar y aprender a nombrar las emociones… primer paso para aprender a gestionarlas y que éstas se conviertan en nuestras aliadas. Para los niños, tanto o más importantes que para los adultos, para que su desarrollo sea integral, y lleguen a ser personas completas capaces de afrontar los retos de la vida ¡con una mochila de recursos mucho más completa! ¡Gracias Javier, tomo nota del título!!

  3. Maribel Navascues

    Queda anotado el título, me gusta esta idea de aprender de las emociones como niños y desde luego la frase “siempre hay tiempo para la ternura” me la llevo puesta. Sencillez y humildad, es un tándem perfecto. Gracias Javi ;-))

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