Inteligencia emocional

Protectores emocionales: la ilusión

¿Qué te ilusiona? ¿Qué te mueve? ¿Qué deseas que pase?logo_transparente_jose

Si tienes respuestas para estas preguntas estás de enhorabuena porque quiere decir que transitas por el camino que lleva a una gestión de tus emociones que te protege de los vaivenes de las marejadas emocionales.

Siempre me ha producido una honda tristeza observar cómo hay personas que viven en una especie de gris plano, privados de una paleta multicolor de diversidad emocional. No saber qué se desea, no tener sueños que perseguir, no vivir con ilusiones que te sacudan cada día y te motiven a mejorar o a alcanzar tus metas. Decía Brene Brown que la insensibilidad no solo protegía del dolor emocional, sino que también incapacitaba para disfrutar de la vida, para alcanzar el bienestar subjetivo.

Después de tiempo reflexionando y trabajando sobre la ilusión como emoción hemos llegado a algunas conclusiones:

1.- La ilusión es una emoción secundaria diferenciada de la alegría, la satisfacción, la esperanza o el deseo.

2.- Definimos ilusión como aquella emoción que nace de la combinación de una serie de factores como son:

  • La vinculación con un proyecto personal concreto que exige acción contínuada.
  • La aceptación libre de la incertidumbre de no saber si tus metas se cumplirán o no.
  • La satisfacción de disfrutar de cada una de las pequeñas acciones que te encaminan a la consecución de tus metas pese a que nada te asegura que las vayas a alcanzar.

La protección emocional que te ofrece la ilusión es activa. No se trata de la candidez del iluso, ni de la pasividad del que espera. La ilusión nos protege porque nos empuja a trabajar a diario en lo que nos satisface, lo que nos genera bienestar tanto en el presente como en un futuro deseado.

Gestionar adecuadamente las ilusiones personales supone conocerlas, saber cómo potenciarlas o dónde encontrar nuevas, saber cocinar con arte los ingredientes para vivir con ilusión. Implica la habilidad de decidir cuando ya no merece la pena seguir alimentando una y, por lo tanto, dedicarse a otra. Es todo un ejemplo de inteligencia emocional práctica puesto que, además, hemos comprobado que las ilusiones crecen cuando se comparten y que también se pueden contagiar.

¿Cuales son tus experiencias con la ilusión? ¿Crees que hay relación entre la ilusión y el entusiasmo? ¿Te apuntas al equipo de los ilusionadores del CIE?

4 pensamientos sobre “Protectores emocionales: la ilusión

  1. Maribel Navascues

    ¿Qué me ilusiona? Ver brillar los ojos de las personas que tengo delante, ver reflejada esa ilusión y entusiasmo y pensar que en parte la alimento. A lo largo de la lectura de esta entrada estoy diciendo: SI, SI, SI!.
    Estoy en el equipo de ilusionistas!! Gracias Pablo por contagiarme ;-)))

  2. Pingback: Una ficción emocional* | Rogelio Fernández Ortea

  3. Rogelio

    Me ilusiona trabajar por un mundo mejor, me ilusionan los nuevos proyectos, me ilusiona trabajar con buenas personas y me ilusiona trabajar para formar personas mejores… por eso, quizás, pertenezco a esa panda de locos maravillosos que integran el CIE!!. Gracias Pablo por tocar una emoción tan importane.

  4. Pingback: Una ficción emocional* | Rogelio Fernández Ortea

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