Inteligencia emocional

Tener suerte o crear tu suerte, he ahí la cuestión…

Por Olaia Agirre

¿Te suena este tipo de escena? Personas que su conversación son un relato de quejas e  Image courtesy of Gualberto107 at FreeDigitalPhotos.netinfortunios, que parece que “les ha mirado un tuerto”, porque parece que nada les sale bien…

Pues hace un par de días, fui testigo de uno de ellos, un cuarto de hora durante las cuales las incesantes “quejas” se sucedían una detrás de otra, con comentarios de “… y no me quejo, ¿eh?”… Sus palabras denotaban rabia y  enfado con la vida, porque parecía que “la diosa fortuna no le había agraciado con su presencia”.

Parece ser que en el trabajo siempre le tocaba atender “los marrones”; cuando surgía una oportunidad, siempre parecía que no estaba en el puesto adecuado en el momento adecuado, y la oportunidad se la daban a otro; en su familia, la relación entre la pareja era también bastante delicada,…

Además, para más inri, parece que su hermano era todo lo contrario, como el día y la noche, el ying y el yang. ¡Qué mal repartido está el mundo!! Una persona que era “la alegría de la fiesta” y “con mucha suerte en la vida”… Le acababan de promocionar en su trabajo (claro, es que esa empresa sí que hace bien las cosas… no como la nuestra), estaba a punto de ser aita y su pareja sí que sabía entenderle, no como…. “Vamos, que así yo también estaría feliz y contento…”

Escuchando este discurso, me surge… “El optimista, el que es feliz, el “suertudo” ¿lo es por azar y fortuna, porque por un golpe del destino la vida le sonríe, o porque es optimista, proactivo,… genera las condiciones necesarias para “tener suerte” en la vida?

No voy a negar que las condiciones o entornos para algunos pueden ser a priori mejores que los de otros… pero no es menos cierto que a igualdad de condiciones, los hay quienes ven oportunidades y los aprovechan, y los que no. Así, que de entrada, vamos a dejar esta variable de lado…

Por tanto, ¿cuál puede ser la diferencia entre estos dos hermanos? De entrada, la actitud con la que afrontan la vida y las circunstancias que se le presentan.

Mientras uno cree que la “vida le debe algo”, y por tanto espera a que llegue, el otro resulta que está abierto a las oportunidades que se le presentan, está “metido en mil historias”, conecta con la gente, se interesa por ellas y lo que les ocurre, propone… básicamente está abierto a lo que pueda surgir, e incluso provoca que sucedan las cosas.

Uno está esperando recoger la cosecha, mientras el otro se pre-ocupa por sembrar, porque sabe que antes o después, germinará y tendrá ocasión de cosechar.

Uno está enfocado pensando en todo lo que le falta, lo que no le gusta,… mientras que el otro, se dedica a apreciar y valorar lo que tiene (que no es lo mismo que ignorar lo que seguro también le falta, le duele,…), mimándolo y cuidándolo.

Uno está enfocado al pasado, en todo lo que ha pasado y no ha pasado… mientras que el otro está enfocado a las oportunidades que pueden llegar.

Uno invierte su tiempo en autocompadecerse (y ahuyentar de su lado a muchas personas), mientras que el otro irradia alegría y optimismo con lo que atrae a otras personas valiosas.

En definitiva, ambos gestionan sus vidas, y sus emociones, de una manera totalmente diferente. Porque seguro que ambos tienen cosas buenas y malas en su vida, pero uno se deja arrastrar por el pesar, mientras que el otro, decide darle la vuelta y ponerle buena cara a la vida.

Porque como dijo Mahatma Gandhi,

La vida me ha enseñado:
que la gente es amable, si yo soy amable;
que las personas están tristes, si estoy triste;
que todos me quieren, si yo los quiero;
que todos son malos, si yo los odio;
que hay caras sonrientes, si les sonrío;
que hay caras amargas, si estoy amargado;
que el mundo está
feliz, si yo soy feliz;
que la gente es enojona, si yo soy enojón;
que las personas son agradecidas, si yo soy agradecido.

 

Porque al final, la vida nos devuelve el reflejo de lo que nosotros generamos en respuesta a nuestros comportamientos y actitudes, como si fuera un gran espejo al que difícilmente se puede engañar.

 

¿Qué es lo que te está devolviendo la vida?¿Creeis que vuestra actitud tiene algo que ver?¿Qué es lo que podrías hacer, que no estás haciendo,y podría marcar una diferencia en tu vida?

Imagen: Image courtesy of Gualberto107 at FreeDigitalPhotos.net

6 pensamientos sobre “Tener suerte o crear tu suerte, he ahí la cuestión…

  1. Consorcio CIE

    Olaia… a pesar de estar completamente de acuerdo contigo, a veces se me encoge el corazón cuando pienso que cuando estoy desolado, cuando no veo nada positivo, además tengo que pensar que yo soy el único responsable, que es mi actitud la causante.. en fin lo dicho, que suscribo todo lo dicho pero que a veces me hace falta un poco de apoyo, comprensión y afecto que ya que yo no lo puedo generar me lo faciliten otros. Gracias Olaia!!!

  2. Olaia Agirre

    Lo cortes no quita lo valiente. Una cosa es que necesitemos momentos de apoyo y palmadita en la espalda (natural, necesario y sano!!) y otro necesitar baston para andar. Si lo necesitas, pidelo, permitete recibir ese apoyo y aprovecha para cargar pilas para seguir andando. Un abrazo!

  3. Arantza Echaniz Barrondo

    Yo no creo que “cuando estoy desolado, cuando no veo nada positivo” tú seas el único responsable… pero sí que puedes elegir quedarte ahí o mirarlo, pensarlo, decirlo de otra manera. Es fantástico tener palmaditas y apoyo… pero ¿y si no llegan?

  4. IZASKUN VALDERRAMA

    “la vida nos devuelve el reflejo de lo que nosotros generamos en respuesta a nuestros comportamientos y actitudes, como si fuera un gran espejo al que difícilmente se puede engañar.”

    Con una actitud positiva, aunque a veces cueste, al final la recompensa llegará. Sólo hay que estar atento a cuando llege y coger el tren.

  5. Pingback: Fibromialgia: ¿Dolor y sufrimiento? | Rogelio Fernández Ortea

  6. belcro

    Somos poca cosa la verdad… Cuando más interiorizado lo tengamos más grandes seremos!!! cuando vivamos el camino y no a la meta la vida nos sonreirá. Los esfuerzos que valen, los esfuerzos que sirven son los que dedicas a sentir más y mejor con las personas que rodean tu entorno. El resto tiene la importancia que tiene, o sea ninguna.

    La felicidad reside en dotarse de un mecanismo de contragolpeo. Nuestro coeficiente de optimismo es el
    que marcará nuestro destino y dirigirá nuestros sentimientos. Apuesto por un pequeño grado de pasotismo responsable en nuestra vida que nos permita relativizar todo aquello que nos bloquea en el día a día. En definitiva, qué sentido tiene la vida; pues el que queramos dar a nuestros Valores y Principios. Lo que se van a comer los gusanos que los disfruten los humanos; A vivir que son dos días ( y uno de ellos s laborable…) .

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