Inteligencia emocional

De nuevo desde las tripas

Igor FernándezHacía tiempo que no frecuentaba estas líneas… Años, y no voy a negar cierta ilusión por el reencuentro. Hoy la ocasión lo merece o mejor dicho, la invitación lo merece. Me llamo Igor y soy uno de los autores que contribuyó al inicio de este espacio allá por 2007, junto con Rogelio, Xurdana, Jon, Yovanni, y otras personas que trataban de poner un foco de atención sobre esa compleja y apasionante faceta en nosotros que son las emociones y el lugar que ocupan en nuestra vida.
Me gustaría contaros que soy psicólogo, que ejerzo como psicoterapeuta y que quiero traeros mi perspectiva particular sobre estos temas, fundamentalmente sobre las relaciones humanas per sé.
Lo que me ha movido a volver a escribir aquí, aparte de la calidez de Rogelio al proponérmelo, es contribuir a un escenario de generación creativa, que cada vez involucra a más personas en muchas partes del mundo. Es una ventana a otras subjetividades que merece la pena aprovechar. Y para empezar, ésta es una palabra que me gustaría reivindicar hoy: subjetividad.

Cuando miro, desde mi perspectiva como profesional de la salud mental, al entorno que me rodea, a los escenarios en los que se desarrolla la vida, me resulta llamativo ver cuánto esfuerzo ponemos en tratar de controlarla y predecirla. Y aún más en tratar de hacer encajar la espontaneidad en las casillas producto de esos cálculos. Ponemos muchos recursos para intentar desarrollar una tecnología aplicada a los asuntos humanos: depuramos protocolos y procedimientos, afianzamos fórmulas y proposiciones para que nos lleven a los resultados que nos hemos propuesto, independientemente de las circunstancias y las particularidades. Realmente nos esforzamos mucho en utilizar nuestra capacidad de análisis para decantar lo esencial de las cosas que nos pasan, al tiempo que, paradójicamente, relegamos nuestras impresiones, sensaciones, fantasías o asociaciones libres a la denostada categoría de “apreciaciones subjetivas”, como si fueran poco menos que conexiones marginales con el mundo, invenciones aleatorias, o ruido que entorpece la escucha nítida de “la” realidad.

Lo que me gusta de este foro es que siempre ha tenido una vocación artística, tal y como yo lo veo. Esa vocación de invitar a los lectores a pensar más allá del pensamiento, a bucear con la sensibilidad de lo intangible (aunque evidente) propia de la subjetividad. No somos seres modulares, ni siquiera físicamente. Nuestro aparato locomotor no es independiente del circulatorio ni éste a su vez tampoco del endocrino. Somos organismos, seres formados por órganos que desempeñan las funciones en que consiste la vida, y por tanto un sistema. A ningún médico (cuerdo) le oiremos decir nunca algo como “¡No, hombre! Usted olvídese de los ganglios, son bolitas que no valen para nada, usted ocúpese con dedicación a su hígado…” ¿Por qué la creencia popular ha troceado entonces nuestra mente y se ha dejado piezas en el proceso?

Creo que hoy más que nunca es una responsabilidad de los profesionales que trabajamos con personas hacerlo de forma integral, y devolver al ser humano la oportunidad de serlo plenamente en todos los lugares y momentos en los que desempeñe las funciones en que consiste la vida, y también de devolver, ahora con otro sentido, ese “vale” un tanto siniestro y claramente interesado que nos han regalado a todos en el mundo occidental y que nos invita a convertirnos en una pieza, en un rol, en un cliché de lo que significa ser una persona libre. La subjetividad es para mí como el tejido conectivo del organismo, el que mantiene los “órganos” unidos: la motivación, las emociones, las funciones ejecutivas, la memoria, etc. Nuestra identidad única, plenamente exclusiva como construcción particular, da cohesión a todo lo que hacemos, continuidad, estabilidad… y dirección.
Así que, sumo la mía a este foro, después de tanto tiempo.

Y aún así vivimos juntos…¿cómo creas tú, o cómo crea usted un espacio en el que quepan tu/su subjetividad y la del otro?

2 pensamientos sobre “De nuevo desde las tripas

  1. Armando Escalona.

    Interesante loque escribes Igor al igual que el resto, considero muy valioso el sabernos quienes trabajamos con personas que debe sembrarse la esperanza, la alegria, las ganas de vivir en quienes nos rodean contagiar el virus no patogeno de la alegria, en Venezuela mi pais vaya que se necesita ante tantas dificultades que hace que mas de uno se sienta perdido, animo y adelante la vida bien vale la pena.

  2. Pingback: Biografía | IGOR FERNÁNDEZ ROMERO

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