Inteligencia emocional

¿No es tiempo de trascender la Inteligencia Emocional?

“Ya es tiempo de trascender la Inteligencia Emocional.” Esta frase, este pensamiento se lo oí hace unos días a David Alvear, de Baraka, en una clase de meditación, me dio mucho que pensar y concluyo que estoy completamente de acuerdo con él.

Llevo años tratando el tema de la Inteligencia Emocional, que surge como tal allá por los albores de los noventa gracias a Mayer, Salovey, Goleman, Bar-On y otros muchos, destacando a Rafael Bisquerra en el Estado. Desde los noventa que se define como tal pero que no ha trascendido mucho de la identificación, del etiquetaje, lo ha hecho poco en cuanto a los avaneces en metodologías para la comprensión y considero que ha hecho menos aún en cuanto a la regulación. Muchas de las investigaciones que se han realizado seguro que han mejorado la forma de medir el constructo, sin duda, pero, y lo digo con la humildad de un ignorante, creo que no se ha avanzado demasiado, que no se ha ido más allá en su desarrollo para beneficio del bienestar humano.

Trascender, en algunas de sus acepciones significa ir más allá o comprender mejor. Imprescindibles sigue siendo la labor de sensibilización y formación en este ámbito de la IE, sobre todo la labor que se está haciendo en la educación primaria, de eso no dudo y felicito a organizaciones como el Consorcio de Inteligencia Emocional – CIE por la labor que están realizando… sin embargo hay que dar un paso más y ese paso pude ser la meditación, el mindfulness o cualquier de los nombres que se les pasen por la cabeza, desde el taichí hasta la oración en cualquier confesión. Sin embargo, es el mindfulness el que está incrementando con más fuerza las investigaciones sobre sus efectos en la salud y en la salud mental concretamente, con lo que es momento de prestarle una atención relevante.

La atención al momento presente, la presencia, el poder del ahora y tantas otras frases por el estilo se están empezando a oír y a leer en muchos espacios rigurosos y científicos. Ya Boyatzis y McKee hablaban de ello en su libro del como teoría necesaria para el desarrollo del liderazgo personal y en actualidad la Universidad de Massachusetts tiene un plan de reducción de estrés mediante la atención plena, creado por Jon Kabat-Zinn, con pleno reconocimiento internacional. Este es camino que considero que hay que recorrer en estos momentos.

Prestar especial atención a todo este tipo de técnicas, que están corroborando su pertinencia a través de los estudios que se están haciendo en el ámbito neurocientífico, es lo que debemos hacer ahora. Debemos ir avanzado en el desarrollo de su práctica personal primero, y en la sensibilización social después para poder realizar programas piloto que potencien su conocimiento y su práctica, sobre todo su práctica, el gran secreto de todas estas técnicas…

Este creo que va a ser uno de los polos de avance en el ámbito de la Inteligencia Emocional. Un tipo de inteligencia esta que necesita sus metodologías, sus didácticas para desarrollarla, y el mindfulness, la meditación o cualquier otra disciplina similar van a servir de mucho para trascender el propio concepto.

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