Inteligencia emocional

Atención y mindfulness

Solo acallando la mente es posible encontrar la salida del laberinto (Vicente Simón).

Vivimos en un tiempo, en una sociedad donde la híper-estimulación de nuestra mente, con la distracción que eso conlleva, nos hace funcionar con la atención desatendida, con el piloto automático de pensamientos y acciones encendido yendo del pasado al futuro sin detenernos en el presente, el único momento que existe y que es el regalo de la vida.

La atención es un proceso psicológico que nos proporciona la posibilidad de atender ciertos estímulos de forma selectiva que conlleva un estado concentrativo o focalizado, junto con la habilidad que esto conlleva, y una capacidad limitada de procesamiento de información. También podría entenderse como un sistema de control para orientar los procesos mentales.

En cuanto a la tipología y funciones de la atención, Constanza Calatayud y María Elvira Vague, , nos proponen tres tipos: la atención selectiva, la atención mantenida y la atención dividida. Con la primera, con la selectiva, conseguimos seleccionar la información relevante y focalizar nuestros recursos mentales en un aspecto concreto del ambiente, prescindiendo del resto de estímulos, en la realización de un quehacer determinado.

La concentración, o atención mantenida, se construye con la habilidad para tener en cuenta toda la información para acometer una actividad, gestionando las distracciones y las caídas de la atención en ese proceso. Esta atención pude verse disminuida por el paso del tiempo en estado concentrativo conllevando una disminución del rendimiento; rendimiento que depende de las características, número y ritmo de presentación de los estímulos así como el nivel de incertidumbre en contexto donde se producen.

En cuanto a la atención dividida, la podemos entender también como un estado y una habilidad en este caso orientada a atender y responder a varas fuentes de información a la vez para atender a una tarea principal o primaria junto con otras que no tengan relación con la primera o secundarias. Este tipo de atención dividida supone una disminución en la actividad de cada una de ellas. Esta división de la atención depende de factores tales como las reacciones involuntarias ante las características concretas de un estímulo, la evaluación de nuestra capacidad atencional, decesos o intenciones coyunturales o el nivel de activación (arausal) del sujeto. En este sentido, y pudiendo se casi sinónimos, la distracción sería un estado de falta de atención de la tarea primaria o un proceso de desviación de recurso de la primaria a las secundarias, entorpeciendo siempre la realización de todas las actividades en liza.

Comentar en relación al nivel de arausal de una persona en relación a su capacidad atencional es que tienen una distribución de U invertida, es decir, la atención va aumentando en relación a la activación del individuo hasta que llega un momento cambia la tendencia y comienza a disminuir con lo que se entorpece la ejecución de la tarea emprendida.

En relación a otros procesos psicológicos, la atención influye y es influida por la percepción, la memoria. La motivación y la emoción. En concreto, los estados emocionales determinarán el foco donde ponemos la atención influyendo en la selección del foco y en el cambio del mismo. La motivación influirá en la atención a través del interés del sujeto a través de la selección de los estímulos, y las expectativas que tenga sobre la información a recibir. En este sentido, las expectativas tienen la función sobre la atención de facilitar el proceso de exploración, minimizar la divergencia de interpretaciones, mantener la atención si correlaciona positivamente con las expectativas que se tenían y servir como estados de alerta. En conclusión, motivación y emoción influirán tanto en la selección como en la velocidad de cambio entre estímulos.

Mantener la atención en el momento presente, a los procesos físicos y mentales, nos ayudará a gestionar nuestros pensamientos y emociones.

 

4 pensamientos sobre “Atención y mindfulness

  1. Raul Rodriguez

    Interesante articulo!
    Quisiera recalcar como dice el Dr Vicente Simón en el vídeo es que no solo la meditación influye en nuestra forma de ver las cosas, en lo pensamientos, cambia estados de animo y provoca beneficios corporales debido a la relación de la mente y el cuerpo y sus efectos somáticos sino también la corporalidad puede cambiar el estado anímico. El “hacer como si” provoca cambios en la conducta del individuo de tal suerte que si se practica con la suficiente negligencia podría interiorizarse hasta crear un nuevo habito.
    “no se río por que estoy alegre o estoy alegre por que rió”

    Un abrazo

  2. rogelio fernández ortea

    Gracias Aran y gracias Raul. En cuanto a lo que dice Raul, estoy completamente de acuerdo con ello y con la más que probada relación cuerpo-mente (que no termino de saber por qué no hay un concepto que los una!!… o yo no lo sé) actuando en el cuerpo actuaremos en la mente… lo más importante como bien indica… la práctica, que considero que es la principal cuestión para vivir el momento presente. Lo dicho… gracias a los dos.

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