Inteligencia emocional

¡Hazlo simple!

Hannibal Lecter:         He leído los expedientes, ¿y usted? Lo que necesitan para encontrarle está ahí, en esas páginas.

Clarice Starling:          Dígame cómo.

Hannibal Lecter:         Primeros principios, Clarice. Simplicidad. Lea a Marco Aurelio, de cada cosa pregúntese qué es en sí misma, cuál es su naturaleza

(El Silencio de los Corderos)

Ahí está la clave de bóveda: SIMPLICIDAD

Salvando las distancias JUKKA me aconsejaba cumplir este axioma para conseguir resultados. “Hazlo simple, no lo compliques”, me decía desde su experiencia de años en el desarrollo de innovación abierta.

No he podido evitar la tentación de enlazar ambos consejos al leer a B.J. Fogg “A Behavior Model for Persuasive Design” ( www.BehaviorModel.org)

B.J. FOGG es director del Persuasive Technology Lab de la Universidad de Stanford y se dedica a crear sistemas que permitan cambiar el comportamiento humano. Lo que él llama “Diseño de comportamiento”.

En su opinión, cuando hablamos de cambio de conducta es necesario ser concretos. Y para que esto suceda deben darse al mismo tiempo tres elementos esenciales: un cierto nivel de motivación, habilidad para hacerlo y un desencadenante. Señal – Habilidad – Motivación.

(1) Estar suficientemente motivado. Fogg describe tres motivadores básicos:

  • Motivador 1: Placer / Dolor. Lo que diferencia a este motivador de los que siguen es que su resultado es inmediato.
  • Motivador 2: Esperanza / Miedo. Prever un resultado, bueno (esperanza) o malo (miedo).
  • Motivador 3: Aceptación social / Rechazo.

(2) Tener la capacidad de realizar el comportamiento. Fogg sugiere que quienes diseñan las experiencias de cambio debieran hacer que el comportamiento sea más fácil. En otras palabras, se basa en gran medida en el poder de la simplicidad. Seis son los eslabones que componen la cadena de la simplicidad:

  • Tiempo: si la conducta objetivo requiere tiempo y no lo tenemos, la simplicidad se ve mermada.
  • Dinero. Si tus recursos están limitados, la conducta objetivo es menos probable.
  • Esfuerzo físico: A mayor esfuerzo físico requerido, menor simplicidad.
  • “Ciclos cerebrales”: si nos saca de nuestro espacio de confort, es más difícil.
  • Desviación Social: Si me obliga a desviarme de la norma de mi grupo social, se complica.
  • No rutinario Cuando nos enfrentamos a comportamientos no rutinarios, la simplicidad se menoscaba.

Obviamente, cada persona tiene un perfil diferente de simplicidad.

(3) Señales que activan la conducta: tres son los tipos de llamadas a la acción.

  • Una “chispa” desencadenante que motiva el comportamiento. Útil cuando se carece de motivación.
  • Un facilitador hace que el comportamiento sea más fácil. Apropiado para quienes tienen una alta motivación, pero carecen de habilidad.
  • Una señal indica o recuerda. Ni motiva ni facilita, sólo sirve como recordatorio. Apropiado cuando dispone de capacidad y motivación.

Me ha resultado original su interés por simplificar y hacer el comportamiento más fácil, complementando el tradicional foco en motivar a quienes carecen de motivación. Novedosa también su crítica a la clásica forma de crear hábitos basada en forzarse a seguir hasta alcanzar la cifra mágica de 21 días.

 

¿Qué te parece el modelo de FOGG?

 

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