Con este post, breve pero intenso, quiero compartir una gratificante y potente experiencia personal reciente.
Desde el mes de septiembre estoy participando en el ULab Vitoria-Gasteiz, un encuentro de personas con la finalidad de llevar a cabo la formación y aplicación de la llamada TeorÃa U, no me detendré en explicar en qué consiste, no es el objetivo de este post, podéis consultarlo mediante el enlace, y en todo caso la siguiente imagen es bastante elocuente.
De modo muy sintético, son encuentros en los que se trata de tomar conciencia de uno mismo, cambiar la forma de escuchar y de sentir. No atender tanto a lo teórico y lo cognitivo, sino mediante la acción prototipar y dejar que lo emergente aflore.
En una de estas sesiones se trabajó mediante dinámicas y actividades como el Coaching Circle, o el Stuck (bloqueo o atasco) que forma parte del Social Presencing Theatre.
Pueden aplicarse en diferentes formatos, individual, grupal o mixto. Alguien del grupo o incluso el grupo al completo, expone una problemática, una preocupación sobre la que se quiere reflexionar, escuchar, sentir.
En esta ocasión, fui yo quien me presté a exponer una preocupación personal, para que tras la actividad, tuviéramos un feed back.
He de confesaros que fue una experiencia práctica que no conocÃa; ¡sentir e identificar emociones de manera intensa y desde ámbitos y dimensiones desconocidas!.
Se utilizan las posturas y movimientos del cuerpo para disolver conceptos limitantes, bloqueos que nos atenazan, tomando conciencia de dónde y cómo estamos y de hacia dónde queremos ir a través de movimientos creativos.
Mediante la introspección se intenta escuchar al cuerpo, en relación a ese problema o preocupación, dejando el pensamiento y lo cognitivo aparte, y según lo que va pidiendo el cuerpo, se pide a las personas que comparten este ejercicio que te empujen, que retengan tus movimientos, que tiren de ti en una u otra dirección, que te opriman, etc. y permanecer asà el tiempo que el cuerpo necesite. El cuerpo te habla de tus emociones en cada movimiento, en cada contacto de los demás.
Ellas y ellos lo vivieron, no observando tus movimientos o reacciones, sino desde su propia vivencia, desde cómo se han sentido y cuál ha sido su experiencia emocional, con apertura de mente, corazón y voluntad. Después lo combinamos con el coaching circle, desde la humildad, la confianza, la vulnerabilidad y la generosidad.
El resto del grupo sólo comenta cómo ha vivido la experiencia y hace preguntas que puedan ayudar. Son conversaciones creativas, potentes y reveladoras que aportan información relevante. En mi caso fue reparadora, agradable, acabé con sensación de serenidad, de calma. De liberación.
Un ejercicio de alto potencial de regulación emocional a la que ayuda el resto del grupo, más que eso, su implicación emocional y empatÃa es fundamental. No sólo sentà mis emociones con claridad, sino también las de los demás, sentà lo que otras personas sentÃan y ellos sintieron las emociones como si fueran las mÃas, miedo, tristeza y alegrÃa, sorpresa y soledad, pero finalmente paz y serenidad.
Cierro este post con el convencimiento de la conveniencia, la necesidad dirÃa yo, de fomentar y tomar el hábito de hablar abiertamente (en contextos de seguridad y confianza) de nuestras experiencias vitales, de nuestros estados emocionales. En definitiva es un ejercicio consciente de libertad.
Me gustarÃa repetirlo.
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