Inteligencia emocional

Superar la incertidumbre

En cualquier proyecto nuevo, en cualquier actividad nueva, en cualquier situación nueva de la vida a la que nos enfrentemos, en la construcción de un equipo de innovación,…, tanto a nivel individual como en equipo,… llega un momento en el que nos topamos con la incertidumbre: lo nuevo, lo difuso, la investigación, la exploración, la creatividad, la innovación, el emprendizaje,… implica adentrarse en terrenos no conocidos para nosotros. 

Image courtesy of Salvatore Vuono at FreeDigitalPhotos.net

Image courtesy of Salvatore Vuono at FreeDigitalPhotos.net

Podemos intuir más o menos su forma y aspecto, podemos definir más o menos algunas variables o aspectos que puede contener,… pero ineludiblemente, implica, en un momento dado, realizar una travesía a través de lo desconocido. Y eso, queramos o no, seamos más o menos racionales, más o menos emocionales,… eso sí, SIN EXCEPCIÓN, va acompañado de altibajos emocionales.

Últimamente, hay mucha literatura en la que se nos invita a dar “el salto al vacío fuera de la zona de confort” cual acto heróico, con una mayor carga de romanticismo que de realismo…, pues como describía en mi último post, cuando te inicias en ese viaje (de innovación, de exploración, de emprendizaje, de cambiar tu vida,… tantas formas como personas y situaciones puede adoptar la palabra viaje) “cual explorador intrépido, a veces únicamente ves un camino, más o menos claro, otros sólo un caminito tapado por la maleza, las ramas y piedras que cubren el ascenso a la montaña… y otros incluso eres tú el que construye el camino.”

Y claro, entre tanto romanticismo, y a pesar de que intentamos mantener a régimen a los pensamientos que nos hablan de los riesgos… ….más o menos reales…  tratando de centrar el foco en la visión, en el objetivo, y centrándonos en las posibilidades que ante nosotros puedan surgir… y tratamos de ver el lado positivo… el famoso vaso medio lleno 

… nos muestra en panavisión, nuestra vulnerabilidad.  A veces es más fácil de llevar, y se alía con la ilusión, esa fuerza que nos lleva a que, a pesar de no tener garantías, decidimos dar una oportunidad y trabajar con ahínco para hacer realidad esa posibilidad. Una fuerzacon un tinte retador que hace que nos crezcamos y saquemos fuerzas ¡donde no sabíamos ni que teníamos!

Pero en otras ocasiones, esa vulnerabilidad,  eleva sus cotas de incomodidad  a niveles en los que se alían con nuestras viejas amigas: las emociones. Emociones relacionadas con el miedo, la ansiedad, el nerviosismo, y meten la cabeza entre las costuras, recordándonos que “mejor lo malo conocido que lo nuevo por conocer”. Y es que en ese camino, estamos dejando algo… algo que quiere continuar siendo, que quiere seguir ocupando su lugar…. ese calorcito de lo conocido… aunque apretara… pero conocido al fin y al cabo… y por tanto “exento de sorpresas que nos desestabilizan”.

Y ante esa vulnerabilidad incomodidad, individual o colectiva, tratamos de buscar una justificación. Una historia, a ser posible con un culpable ajeno (aunque hay también el que es más dado a culpabilizarse) donde poder volcar nuestro malestar y nuestra frustración. Y en ese momento, el foco ya no se centra tanto en abrazar esa incertidumbre y permitir que aflore de ella su potencial, sino que trasladamos nuestros esfuerzos a crear víctimas y verdugos.

Y nos montamos nuestra historia, aquella que nos permita sobrellevar esa situación. Historia que no siempre es todo lo fiel que debería ser a la realidad… ¡con las consecuencias que eso puede tener!

Las historias más peligrosas que inventamos son las narrativas que disminuyen nuestra dignidad inherente. Debemos reclamar la verdad sobre nuestra capacidad de amar, la divinidad y la creatividad.

Brené Brown

Pero entrar en esa espiral es “un engaño, una distracción, un entretenimiento”,… que lo único que nos permite (en primera instancia) evitar ese momento incómodo, confuso, vulnerable,… pero que también, es de donde surge lo nuevo, lo emergente, la posibilidad ,… la puerta de las oportunidades.

Ser capaz de mantenerse en esa vulnerabilidad, transitarlo, aprender de la misma y de cada uno de nosotros, salir reforzados… es lo que en el fondo puede marcar esa GRAN DIFERENCIA.

¿Tú qué opinas? ¿Cómo reaccionas ante esa incomodidad?

 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Confianza online