Inteligencia emocional

Comunicación interpersonal: una masterclass

Todos los años están con nosotros, pero nunca son las mismas personas. La asignatura es la misma, Comunicación Interpersonal, los contenidos también, pero la forma de integrarlos no. El alumnado siempre es diferente, su generosidad no. Son las personas que tienen en la foto, sus emociones y sentimientos se quedan para las personas que compartimos espacio y tiempo: segundo semestre de 3º del Grado en Comunicación de la Universidad de Deusto, campus de San Sebastián.

Todo empezó hace años como un homenaje a Iñaki Beti, un profesor de la Universidad, un gran amigo, un gran tipo, que falleció hace años y que fue el profesor de dicha asignatura. Desde entonces, se publica en este blog unos posts resumen de los trabajos que se realizan en la misma.  Este año no iba a ser menos y con este escrito les presentamos los informes que vendrán en este verano cada viernes y que empezamos ya la semana pasada con el título La asertividad y la comunicación interpersonal.

La temática de la asignatura de la aplicación de la teoría de la Inteligencia Emocional aplicada al proceso de comunicación interpersonal. La función que tienen las emociones en todo proceso comunicativo, su función social, más aún, cuando esa relación se establece persona a persona, es la base de conocimiento sobre la que se sustenta la parte teórica. Teoría que se amplía a habilidades tales como la retroalimentación, la asertividad, saber dar y recibir críticas, la persuasión, la realización de un buen elevator ptich, la empatía y la escucha activa entre otras. Todo ello aplicado a procesos comunicativos interpersonales como son el trabajo en equipo, la negociación, las entrevistas de trabajo, las relaciones interpersonales, etc.

Como les decía las temáticas son siempre parecidas, el contenido teórico similar, pero la grandeza de la universidad es que las personas, los y las alumnas, son siempre diferentes y son estas personas las que hacen la clase ya que gran parte del tiempo lo utilizamos hablando, hablando y emocionando. Esto se debe a que cada persona tiene que hablar cinco minutos, con un tema libre, pero con la consigna de emocionar, de utilizar una o un conjunto de emociones de forma consciente para trasmitir un mensaje con una carga emocional gestionada. Posteriormente dicha exposición quedaba abierta a los comentario y análisis del resto de la clase para practicar las habilidades antes descritas … y es ahí donde comenzaba la magia, la magia de la comunicación.

Este año, durante las exposiciones, han llorado, han reído, se han dicho cosas únicas, se han levantado algunos para abrazar a la persona que hablaba, otros han dicho cosas increíblemente bellas a toda la clase, otras personas han confesado lo inconfesable. Ha habido historias de amor y desamor, de celos, de malas compañías, de lucha, de pasiones, de amistad, de buenas y malas vidas, de reconocimiento por lo bueno y por lo no tan bueno que tiene la vida. Todo ello ha sido posible por su generosidad, por un compromiso de respeto y de silencio sobre lo que se decía en el aula y por su convencimiento que cuando las cosas salen del corazón siempre se comunica mejor. También ha habido alguna historia de “abuelitas” y de “mascotas”, pero las menos ya que su entrega e implicación ha sido memorable en esta promoción. El resultado fue una compenetración, un conocimiento mutuo, un reconociendo de la diversidad, un espíritu de grupo que fue un placer sentir y compartir.

Como ustedes no pueden disfrutar de ello, créanme que es una pena, les dejo con el vídeo del último día de clase, cuando, por sorpresa, salió ese grupo de personas extraordinarias a cantar una canción que compusieron y ensayaron para la ocasión. Lo dicho, un grupo de personas extraordinarias. Me siento un privilegiado por haberlo vivido.

 

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