Inteligencia emocional

LA CARA DE CACHORRITO

Cuando hablamos de Inteligencia Emocional (IE) debemos aclarar dos conceptos o ideas que a veces se confunden. La diferencia entre Inteligencia Emocional y Educación Emocional (EE).

Debemos empezar por considerar que todos somos emocionalmente inteligentes, igual que lo somos en otras aéreas. El instrumento del que nos valemos para desarrollar ese potencial emocional, se llama Educación Emocional. Esta consiste en una serie de estrategias pedagógicas que facilitan el desarrollo de la IE. Es decir, todos somos, de forma objetiva inteligentes para aprender a leer, pero si nadie nos enseña, será más difícil que desarrollemos por completo esa habilidad.

Para saber que se puede enseñar, o que puede pedir a los niños y niñas en este terreno, debemos empezar por conocer cuáles son los momentos de desarrollo que se dan en este elemento. De forma muy resumida, yo nombro cinco etapas principales o intervalos de edad. A la primera la denomino la etapa del juego emocional.

A partir de los 2 años los niños y niñas empiezan a jugar con las emociones de los demás. Les gusta ver las reacciones que tenemos cuando hacen o expresan determinadas cosas, pero están muy lejos de ser conscientes de sus propios estados emocionales. Cuando por ejemplo, les decimos que no toquen algo y se acercan poco a poco para hacerlo y a la vez nos miran curiosos para observar nuestra reacción, no lo hacen para molestarnos conscientemente (aunque nos lo pueda parecer), si no para ver como cambiamos nuestro gesto, nuestra mirada, nuestra expresión, nuestras palabras… es una etapa en la que les encanta jugar a enfadarnos.

A la segunda etapa la denomino cariñosamente, la etapa de la cara de cachorrito (o la manipulativa). Hacia los 5 y hasta los 8 o 9 años, empiezan a ser más conscientes de sus propios estados de ánimo, (muy por encima de la percepción clara de las demás emociones, están básicamente la alegría, enfado, miedo y vergüenza) y es un buen momento para empezar a ayudares a percibirlas y verbalizadas. La denomino con ese nombre la cara de cachorrito o manipulativa, porque es cuando empiezan a manipularnos sobre todo poniendo esas caras dulces, de gato mimoso y utilizando esas expresiones cariñosas que lo que buscan descaradamente es cambiar nuestra emoción, generalmente enfado o negación ante algo que han hecho o nos han pedido, e intentan con esta “manipulación” conseguir su propósito. ¿Cuántas veces lo logran? Seguro que sabemos la respuesta.

La tercera etapa la denomino la de la confusión emocional. Con la pubertad (hacia los 10, 11 años) se inicia una etapa de cambios hormonales que les hacen ser un manojo deforme de estados emocionales liosos y confusos. De repente están contestos, luego enfadados, medio tristes o tristes enteros…en este momento muchas veces no pueden todavía expresar bien las emociones, sobre todo las complejas y ni si quiera les resulta fácil describir sus estados emocionales. Cuando se hace un trabajo de educación emocional adecuado en la etapa anterior y se mantiene en esta, este periodo suele ser algo más fácil de transitar.

La cuarta es la etapa del manejo inicial de la inteligencia emocional. Pasada la pubertad e iniciada la adolescencia, nos encontramos ante la etapa que podría considerarse como la antesala al manejo de la Inteligencia Emocional. A partir de los 15-16 años deberían ser capaces de reconocer y gestionar mucho mejor sus estados emocionales y discriminar bastante acertadamente el de los demás. Esto es debido a que aumentan progresivamente los procesos de reflexión y organización mentales. Aunque no debemos olvidar que todavía siguen en un etapa de desarrollo emocional y cognitivo. Es una etapa en la que se puede observar la influencia que ha tenido la puesta en marcha de una adecuada educación emocional, principalmente, en las dos etapas anteriores.

La quinta etapa, a la que denomino desarrollo de la Inteligencia Emocional, tiene que ver con  el fortalecimiento progresivo de nuestra Inteligencia Emocional. Y que se establecería dentro de nuestra vida adulta. Donde se seguiría aprendiendo y perfeccionando todas las estrategias que tienen que ver con este elemento de nuestro desarrollo personal y que desde mi punto de vista seguimos perfeccionando hasta que dejamos de andar por este mundo.

Sobre estas claves podemos establecer mejor los momentos adecuados para enseñarles a potenciar la inteligencia emocional a los menores.

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