Inteligencia emocional

100 minutos para ver pasar el tiempo, las emociones, y tal y tal (con la ayuda de Carvajal)

de fin de semana en esta primavera cálida que de pronto parece tomar calor, una pareja de amigos nos van a invitar a una barbacoa en su casa de campo, casa de sus abuelos antes que de sus padres, ahora suya,

en un pueblo en el que la mayor parte de las familias viven en casas, cosa común, que en otro día fueron cuevas, cosa no tan común, pero que también es parte de nuestra historia,

y visitamos esa cueva en casa de Amalia y de Julián, cueva encalada que utilizan como fresquera, cueva encalada que en su día tiene la utilidad de corral, sí, los animales atraviesan toda la casa para pernoctar ahí,

en un tiempo no tan lejano, en una práctica no tan anormal,

y disfrutamos esa historia en la que la casa crece, y lo que apenas era un patio y unas cuantas habitaciones, pequeñas y apiñadas, en la planta baja y en la primera, ahora acogen amplias estancias en sótano, planta baja, primera, buhardilla,

es la magia de la TRANSformación,

de la misma forma que disfrutamos del calor externo y de la sombra y fresquito del interior, de las 7 maravillas de este pueblo, que me van a hacer sonreír, 7 días de la semana, 7 colores del arco iris, 7 novias para 7 hermanos, 7 emociones,

en un paseo corto por este pueblo de menos de 2.000 habitantes que me hace pensar en las diferencias y semejanzas de los pueblos de interior y los de costa, siempre con el agua por ahí cerca, elemento tan necesario para la vida,

paseo que nos lleva a orillas del Tajo, sí, estamos en Fuentidueña, localidad en la que una extraña festividad se celebra el segundo sábado del mes de setiembre, no andará muy lejos de la fiesta del arrantzale de Bermeo, pueblo de mis padres,

extraña festividad en la que la virgen viaja sobre las aguas, rodeada de jóvenes bañándose, portadores de antorchas, en un paseo fluvial que llega hasta este pequeño desnivel que recoge la foto, en el que nos encontramos sentadas,

viendo pasar el agua, sintiendo el tiempo pasar, viendo cómo pasan los pensamientos, cómo viven las emociones, pensares y sentires que muchas veces parecen estar rayados en nuestro interior,

¿es éste un pensar nuevo o es un pensar de repetición?, ¿es esta una emoción nueva o es una emoción de repetición?, ¿es un pensar y un sentir fresco o es un mapa mental y emocional que me transita, y que me habita aquí y allá?,

no sé por qué creo que un día voy a seguir escribiendo de este 3ple mapa que nos habita, de mapas mentales seguro que has oído hablar, de mapas emocionales seguramente no, mapas que se conocen como temperamentos,

y de una tercera vía, la del hacer repetitivo, mapas inconscientes en muchos casos, conscientes y voluntarios en otras, repetitivo cuandos conseguimos la costumbre necesaria para repetir, hábitos que conforman carácter,

y viendo pasar el agua me pregunto sobre nuestra capacidad de revisar nuestros pensamientos (pienso y miento), nuestros sentimientos (siento y miento), nuestros movimientos (muevo y miento),

en un pensar – sentir – hacer involuntario, mecánico, inconsciente, muchas veces somos seres “pensados”, “sentidos”, “hechos”, quién sabe si consigamos reconectar con un pensar – sentir – hacer fresco.

   así lo vimos…

en este pequeño salto de agua, suficiente para marcar el fin de esta procesión de las antorchas, que va a tomar camino de vuelta al pueblo, de la virgen y nuestra, observo la placidez de las aguas altas, antes del salto, y la turbulencia de las aguas después,

con ese mochetón de cañas entre el arriba y el abajo, las aguas calmas y las aguas revueltas, la margen derecha y la margen derecha, en sentido de bajada o de subida, todo depende de tu dirección,

aguas arriba, a lo salmón, aguas abajo, en modo procesión,

y pienso en otro post que me gustaría escribir un día de estos, una entrada que habla de gestión emocional, y la relación que las emociones tienen con nuestra identidad, y con nuestro amor, la intención más allá de nuestras acciones,

una entrada que bien podría desarrollarse con base en esta conferencia de Jorge Carvajal, que es una de varias, tan interesante que merece la pena que evites las reducciones y las interpretaciones del intermediario.

¿qué te parece?,

¿tienes 100 minutos para ver pasar el tiempo?,

¿te animas a indagar cómo podemos auto-gestionar nuestro mundo emocional?,

y si quieres seguir viendo pasar el tiempo, siempre se puede seguir, aguas arriba, aguas abajo, a favor de la gravedad o contracorriente, en esta inagotable biblioteca de internet

mientras ese por-venir llega, puedes utilizar tus próximos 100 minutos para plantearte un ejercicio raro, de intentar no pensar nada, de intentar no sentir nada, de intentar no hacer nada, ¿te animas a probar este ejercicio de no pensar – no sentir – no hacer?

 

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