
y hoy planteamos, ironía en nuestra vida NO, ¿por qué?
Y en eso estamos , planteándonos por qué no la ironía, hasta que trazamos una conexión entre la víctima y el niño natural, porque la imaginación y la curiosidad es el camino de salvación de nuestro niño natural dañado, que deviene en víctima. Y trazamos una conexión entre el perseguidor y el ser adulto sano, porque el coraje y otra serie de características, igual de interesantes, trazan el camino de salvación hacia el ser adulto sano, que nos permite expresar nuestro buen juicio, tamizar nuestras decisiones con la experiencia de todo lo vivido, de una forma sensata, serena, ecuánime (sin exaltarnos y sin aspavientos, igual ánimo, qué capacidad más interesante), y en la medida que nos acercamos a este ser adulto sano nos alejamos de la conducta del perseguidor. Y trazamos una última conexión, para hacer el 3, entre el salvador y la madre protectora, porque cuando la ironía está presente lo que realmente ocurre es que estamos volviéndonos cínicas, y con el cinismo estamos des-conectando nuestro corazón y nuestra conexión emocional, sí, la empatía está desapareciendo, qué vamos a decir de la compasión. Es por ello que te animamos a que hagas este ejercicio de nuevo, comprometiéndote a no juzgar (no al perseguidor), a no quejarte (no a la víctima) y a no ironizar (no a la salvadora) por un periodo de 21 días, y vas a comprobar que un día sin hacer estas 3 cosas es un día largo, muy largo, no pasa nada, si fallamos nos perdonamos, no nos vamos a castigar, y volvemos a intentarlo, y volvemos a practicar, al final la práctica hace la maestría.
así lo vimos…
en nuestros talleres regalamos piedras (es el regalo más sencillo que podemos hacer, dentro del reino mineral, el primer reino, cantos rodados que nos conectan con una fábula magnífica, la sopa de piedras), semillas (siempre podemos ser ejemplo en este mundo, y una semilla simboliza precisamente eso, ya en el reino vegetal, el segundo reino), gomas (porque en las gomas existe el recuerdo de que estamos siendo muy bestias, con el alter y con nosotras mismas, y ahí hemos llegado al tercer reino, el reino animal) y cuadernos (un cuaderno de bitácora encierra el ejercicio de la conciencia, no soy yo, sino la persona observadora que es consciente de lo que está pasando, tal vez no lo pude hacer perfectamente, ya lo sé, pero ahí estoy yo, más allá de la obra y el personaje, tomando nota, desde el cuarto reino, en el que el ser humano se hace presente… otra vez).
