Inteligencia emocional

Artificiales por naturaleza.

Gracias a “Sapiens. Una historia gráfica” (Yuval Noah Harari) he descubierto algunas enseñanzas que me gustaría compartir contigo.

La primera, que hace 14.000 millones de años, materia, energía, tiempo y espacio tuvieron su origen en el Big Bang. Pero los grandes números, -como la noche- nos confunden. Según Frank Wilczek. (Nobel de Física 2004) Si condensáramos la historia del Universo en 12 meses, la “Gran Explosión” abriría el “año nuevo” mientras que los seres humanos llegaríamos -más o menos- a la altura del cotillón de Nochevieja. Ese es todo nuestro protagonismo estelar en este relato …

En estos miles de años, queda claro que el universo no fue creado pensando en nuestra comodidad. Le falta “enfoque usuario” “pensamiento de diseño”. Así que los procesos de la naturaleza ni tienen en cuenta nuestros deseos ni se ponen en nuestro lugar. Lástima …

Quizá por ese motivo y -como revancha por su déficit empático- somos artificiales por naturaleza. Y esta es la segunda enseñanza. Hace 70.000 años (siguiendo nuestra referencia anterior, más o menos el tiempo en que te tomaste las uvas) creamos el lenguaje. Y con él, hicimos nuestra primera gran revolución, la cognitiva, a la que siguieron otras y otras tantas le seguirán. Y saltamos desde África hacia uno y otro confín en el primer ejercicio globalizador.

Y -gracias al lenguaje- dimos inicio a la historia y la cultura. Con el poder de las palabras damos sentido y creamos nuestra identidad y la realidad. Ellas nos permiten describir, sí. Pero -sobre todo- inventar, imaginar. Crear y narrar historias magníficas. Incluso mitos sobre la propia creación como el Libro del Génesis. Así que, tu universo y tu imaginación son -en gran medida- tan anchos como tu palabrera.

Y, por último, que la capacidad de cooperación entre grupos, entre diferentes, tiene tanto valor para subsistir como la domesticación del fuego. Así que, cooperar, colaborar forma el núcleo duro de nuestras habilidades blandas. Capacidades sociales como verdaderas herramientas de sílex …

Con razón Tom Peters, en su reciente publicación “Excelencia ahora: humanismo extremo” habla de ellas como “lo primero antes de lo primero”

Palabras, imaginación, cooperación. Nuestra capacidad de crear una realidad imaginada desde las palabras nos permite cooperar. Así que, somos afortunadas maestras, maestros de la ficción. Artificiales por naturaleza. Y ahí esta nuestra garantía para sobrevivir.

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