Inteligencia emocional

Ni santa, ni gloriosa, ni justa,
ni preventiva, ni necesaria

Photo by Birmingham Museums Trust on Unsplash – The Phantom Horseman,1870-93 by Sir John Gilbert (d.1897)

Seguro que nadie tendrá la menor dificultad en identificar el sustantivo que falta en el listado precedente de adjetivos. El 24 de febrero las bombas y las ametralladoras volvieron a tomar la palabra. Las peores expectativas en cuanto a las tensiones entre Rusia y Ucrania se confirmaron. La guerra de Putin, que, según las estimaciones que los analistas estadounidenses hicieron en los días previos al pasado 24 de febrero, iba a durar unos pocos días y causaría en torno a 50.000 fallecimientos entre la población civil y de uno a cinco millones de desplazados internos o refugiados en países vecinos, sigue prolongándose en el tiempo —la táctica Blitzkrieg (“guerra relámpago”) hitleriana que pretendía que el conflicto iniciado con la invasión de Polonia, Noruega, Dinamarca, Países Bajos, Bélgica y Francia fuera rapidísimo y breve, duró finalmente 6 años y un día—.

Tras tres semanas y media del comienzo del conflicto bélico, la guerra continúa, y, afortunadamente, algunos vaticinios han demostrado ser erróneos. Según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos y para los Refugiados, las víctimas mortales de entre la población civil han sido 902 y los heridos 1.459. No así los relativos a la población desplazada y/o refugiada que se aproximan a lo previsto (3.489.644 personas). En cuanto a las bajas en los ejércitos, conscientes de la poca exactitud de los datos facilitados por las partes, se estima que el ejército ruso ha tenido 7.000 bajas y 14.000 heridos y el ucraniano, por su parte, 2.870 fallecidos y 3.700 heridos (datos publicados por Naciones Unidas hasta el 20 de marzo y por Newsweek e Indiatoday hasta el 17)[1].

A esto hay que añadir la destrucción de ciudades e infraestructuras civiles, industriales, militares y comerciales ucranias, así como la crisis económico-financiera y energética en la que se ha sumido el mundo entero en menos de un mes y mucho peor que la generada tras dos años de pandemia. Estos daños colaterales, como los denominan los señores de la guerra, han venido para acompañarnos un largo y doloroso trecho de nuestras vidas.

Hasta aquí los datos que nos llegan y que se asientan sobre la base de nuestra cultura de la violencia.

Desde el mismo 24 se activó en occidente una reacción solidaria sin precedentes históricos.  Como señala, entre otros muchos, Hithem Abdulhaleem, doctor en psicología, de origen palestino-jordano, musulmán y articulista de opinión de El Correo,

Toda la sociedad civil, los medios y la mayoría de los representantes políticos se han volcado en solidaridad con la población ucraniana, que está viviendo situaciones dramáticas y estremecedoras como consecuencia de la guerra. Son acciones altruistas que reflejan un sentimiento colectivo orientado a paliar el sufrimiento de este «pueblo hermano» y muestran una enérgica repulsa contra la crueldad y la injusticia. El efecto de la llamada al deber de actuar y de participar en esta avalancha solidaria ha sido inmediato, abrumador, loable y esperanzador. Todos nos congratulamos por estas desinteresadas muestras de generosidad y elogiamos la insólita adhesión a la causa de un pueblo que ha decidido luchar heroicamente por su soberanía.[2]

Llevaba yo unos días dándole vueltas a este tema. Leyendo a Hithem Abdulhaleem comprobaba que compartía íntegramente su análisis y me ilusionaba al constatar que la cultura de la paz parecía mostrarse por fin de forma rápida y contundente. Simultáneamente, me preguntaba qué sería de las distintas guerras que habían provocado los movimientos de otras personas refugiadas o desplazadas y qué sería de ellas: afganas, birmanas, congoleñas, eritreas, etíopes, haitianas, iraquíes, mozambiqueñas, pakistaníes, palestinas, rohinyás, saharauis, sirias, sudanesas, somalíes, yemeníes… Demasiadas personas y excesivos conflictos que llevan un desmesurado tiempo activos y de los que solamente se ocupan unos pocos

Hithem Abdulhaleem sigue verbalizando mis sentimientos y mis pensamientos: ¿está occidente ejerciendo una solidaridad selectiva? ¿Por qué Ucrania sí y los otros ni sí, ni no, sino todo lo contrario?

(…) debemos reconocer también que esta particular empatía no solo ha sorprendido a unos cuantos ciudadanos de Europa y de otras partes del mundo, sino que también les ha dejado boquiabiertos y estupefactos. (…)

Este no es ningún tema baladí. Es un fenómeno de fondo que nos interpela y nos exige plantearlo, debatirlo y, con un sentido crítico, reflexionar sobre ello. La finalidad es aportar respuestas congruentes y eficaces a esta crisis tan acuciante de la Humanidad (…)

Una gran parte de la sociedad europea muestra, indudablemente, un espíritu solidario y compasivo digno de ser subrayado y honrado. Solo se espera que este espíritu se amplíe y se abra a la Humanidad, contribuyendo a la eliminación de las desigualdades y reconociendo al ‘otro’ como sujeto social y cultural digno de la misma justicia y consideración.

La solidaridad o la compasión solo serán auténticas y morales cuando se universalicen, se desembaracen de todo lastre dogmático y se plasmen en hechos de forma objetiva con todos los pueblos, con independencia de su origen y su color de piel. En caso contrario, son y seguirán siendo una pura fachada basada en el egocentrismo que excluye y deshumaniza al ‘otro’ (Hithem Abdulhaleem, 2022).

¡Yo no quiero identificarme con este occidente! Porque no creo que ninguna guerra sea ni santa, ni gloriosa, ni justa, ni preventiva, ni necesaria. Y víctimas son todas las personas que las sufren.

Soy más partidario de, además de colaborar en la ayuda concreta a las víctimas, sumarme a la Oración Por La Paz Universal, pronunciada por Margaret Karram, presidenta de los Focolares en la Basílica de San Francisco de Asís el pasado 18 de marzo, ante la tumba de San Francisco, ejemplo de fraternidad de todo el género humano:

¡queremos implorar el don de la PAZ!

Estamos aquí en representación de todos los miembros del Movimiento: cristianos de distintas Iglesias, fieles de varias religiones, personas que se reconocen hermanos y hermanas en la única familia humana.

Hacemos nuestro el grito y la desesperación de los pueblos que en este momento sufren a causa de la violencia, de conflictos y de guerras y nos dirigimos a ti, Padre de todos, con esta oración:

Dios nuestro, Dios de la Paz que amas a cada uno con amor eterno e incondicional, concédenos la gracia de ver tu rostro en cada persona que encontremos y ayúdanos a derribar los muros de la enemistad, del odio y de la destrucción.

Te pedimos con fe incansable el don de la Paz.

PAZ en el corazón de cada persona,
especialmente en el corazón de los que gobiernan los pueblos;
PAZ entre los grupos, etnias y naciones;

en particular, te pedimos con la fe que mueve las montañas, que ‘cese el fuego’ de la guerra y venza el diálogo ‘en la búsqueda de vías de paz’ entre Rusia y Ucrania.
Pedimos la gracia de poner fin a todo conflicto en curso, especialmente los más olvidados.
Señor, Dios nuestro, concédenos la gracia de acogernos unos a otros,
de perdonarnos, de vivir como una única familia humana.

Abre nuestros corazones y nuestras mentes
a las necesidades de nuestros hermanos y hermanas,
a sus preocupaciones y sufrimientos.

¡Concédenos amar la patria de los demás como la nuestra!

Dios de misericordia, de concordia, haznos “instrumentos de tu paz”.
A ti, nuestra alabanza y gloria,
ahora y por siempre
Amén


[1] United Nations. Office of The High Commissioner for Human Rights (OHCHR) (2022, 20 de marzo) Ukraine: civilian casualty update 20 March 2022. Recuperado de: https://www.ohchr.org/en/press-releases/2022/03/ukraine-civilian-casualty-update-20-march-2022
United Nations High Commissioner for Refugees (UNHCR) (2022, 20 de marzo). Recuperado de: https://data2.unhcr.org/en/situations/ukraine
Carbonaro, Giulia (2022, 17 de marzo) More Russian Soldiers Killed in Ukraine Than U.S. Troops in Over 20 Years. Recuperado de: https://www.newsweek.com/more-russian-soldiers-killed-ukraine-us-troops-over-20-years-1688957
Singh, Darpan (2022, 17 de marzo). How many Ukrainians and Russians have died in Putin’s war? Recuperado de: https://www.indiatoday.in/world/russia-ukraine-war/story/how-many-ukrainians-and-russians-have-died-in-putin-s-war-1926514-2022-03-17
[2] Abdulhaleem, Hithem (2022, 15 de marzo). Ucrania: ¿una solidaridad selectiva? El Correo. Opinión, p. 26. Recuperado de: https://www.elcorreo.com/opinion/tribunas/ucrania-solidaridad-selectiva-20220315231729-nt.html


Milonga del moro judío (Jorge Drexler)
https://youtu.be/4ARfp059NTM

Por cada muro un lamento
En Jerusalén la dorada
Y mil vidas malgastadas
Por cada mandamiento
Yo soy polvo de tu viento
Y aunque sangro de tu herida
Y cada piedra querida
Guarda mi amor más profundo
No hay una piedra en el mundo
Que valga lo que una vida

Yo soy un moro judío
Que vive con los cristianos
No sé que dios es el mío
Ni cuales son mis hermanos

No hay muerto que no me duela
No hay un bando ganador
No hay nada más que dolor
Y otra vida que se vuela
La guerra es muy mala escuela
No importa el disfraz que viste
Perdonen que no me aliste
Bajo ninguna bandera
Vale más cualquier quimera
Que un trozo de tela triste

Yo soy un moro judío
Que vive con los cristianos
No sé que dios es el mío
Ni cuales son mis hermanos

Y a nadie le dí permiso
Para matar en mi nombre
Un hombre no es más que un hombre
Y si hay dios, así lo quiso
El mismo suelo que piso
Seguirá, yo me habré ido
Rumbo también del olvido
No hay doctrina que no vaya
Y no hay pueblo que no se haya
Creído el pueblo elegido

Yo soy un moro judío
Que vive con los cristianos
No sé que dios es el mío
Ni cuales son mis hermanos

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