Será que nuestra vida nos condiciona, o nosotros condicionamos a la vida? Tantas veces me lo pregunto y a hoy no tengo respuesta certera, dejando la pregunta en suspenso a ver si de no pensarla sobreviene la respuesta. Y hoy me volvio la pregunta a la cabeza cuando leía sobre Herman Melville

Nacido un primero de agosto de 1819 en Nueva York dejo al mundo de la literatura novelas ensayos y poesía. Y tuvo que esperar hasta después de su muerte en 1981 para conocer el éxito literario . Que suena raro esto de esperar pero la vida fue así con el.

Cuando tenía 19 años, al no poder ir a la universidad, decide incursionar por otra vía de aprendizaje: los viajes y se embarca rumbo a islas del Pacífico.

Mas tarde por 1841, viajó a los Mares del Sur a bordo del ballenero “Acushnet”. Y allí, mamo de la escuela de al vida. Quedándose en las Islas Marquesas y viviendo un mes entre los caníbales.
Fueron los tiempos de sus primeras experiencias como marino dejando entre sus obras “Mardi” “Tapi, un eden canibal”… pero yo quiero llagar hasta Moby Dick en 1851. Un verdadero fracaso comercial. Y aquí, la circunstancia que cambio su vida del escritor, pues se convirtió en empleado de la administración de aduanas de Nueva York.

Del exito, popularidad y dinero de sus primeras novelas, al trabajo de funcionario.
Herman Mellvil no se enteró que su novela sobre la enfermiza y autodestrictiva búsqueda de la gran ballena blanca protagonizada por el capitán Ahab, también alcanzaría el celuloide.