Lady Haberton, fundadora de la Asociación para la racionalidad en el vestir

Vestir a la moda olady haberton ir como a cada uno le guste, tal vez iría en contra de la industria de la ropa. Pero a lo largo de los años, hemos aceptado este mandato social y todos, seguimos los mismos patrones de acuerdo a las distintas épocas en que nos ha tocado vivir.

Igualmente, siempre aparecen personas que se revelan contra lo preestablecido, y ese es el caso de Florence Wallace Pomeroy: Lady Harberton.

Eran finales del siglo XIX. Y en Inglaterra a una mujer, le empezó a inquietar el condicionamiento e incomodidad que tiene para la mujer la moda. En aquel entonces, el  corsé y el miriñaque estaban a la orden del día. Y la verdad…. Muy cómodos que digamos no eran.

La vestimenta de aquel entonces, no solo era incómoda sino que además no era nada buena para la salud (a ver quien se pone hoy por hoy uno de los corsé de aquella época que apretaban hasta la médula!!!).

A finales del siglo XIX hubo en Inglaterra un movimiento para racionalizar la forma de vestir, especialmente de las mujeres. Su objetivo era romper con los condicionamientos en los vestidos tradicionales de aquel entonces. Lady Harberton, dijo: “hasta aquí!” y creo la Asociación para la Racionalidad en el Vestir (Rational Dress Society). Motivada por considerar humillantes los atuendos que se llevaban y además intentando generar una corriente de prendas que respondieran a las costumbres de los tiempos modernos, creó esta Asociación, que tenía hasta declaración de principios.

Esta era su declaración de principios:

“La Asociación para la Racionalidad en el Vestir protesta contra la introducción de cualquier moda en el vestir que deforme la figura, impida los movimientos del cuerpo o de alguna manera tienda a perjudicar la salud. Protesta contra el uso de corsés extremadamente ajustados; de zapatos de tacón alto, faldas demasiado pesadas, que hacen casi imposible la práctica de cualquier ejercicio, y de todos los mantos que sujetan las prendas de vestir u otros que obstaculicen el movimiento de los brazos. Protesta contra miriñaques y polisones de cualquier tipo, por deformantes y feos. Pide que todos se vistan de forma sana, cómoda y bella, buscar lo que permita crear la comodidad y la belleza de nuestra vestimenta como un deber para con nosotros mismos y para los demás.”

Sus principios para el diseño de la ropa eran:

1. Libertad de movimientos. 2. Ausencia de presión sobre cualquier parte del cuerpo. 3. No más peso del necesario para abrigarse. Tanto el peso como el calor uniformemente repartidos. 4. Gracia y belleza combinadas con comodidad y conveniencia. 5. No apartarse demasiado de lo común para la vestimenta de su época. (sic. http://www.futuropasado.com/?p=1038)

Lady Haberton, por sus coetaños, era considerada una excéntrica. Afuera todo aquello que le apretaba el cuerpo, y a lanzarse al uso de pantalones. ¡Pantalones en las mujeres en aquella época para el día a día! Y no solo pantalones, sino también zapatos sin tacones completaban su vestimenta, vestimenta que pretendió difundir entre las señoras de la época. Tal vez su gusto por la bicicleta le motivó para toda esta movida, ya que la moda vitoriana de aquella época no era lo más apropiado para esta actividad.

Se cuenta que en 1898, se presentó en Cyclist Touring Club (en el hotel Hautboy en Ockham (Surrey)) vestida con bombachos y chaqueta de hombre para poder andar cómodamente en bicicleta. Y se tuvo que enfrentar a la rigidez de la época: cuando pretendió entrar en el restaurante, la propia dueña, la Señora Sprague, no quiso atenderla. Impactada por esto, Lady Haberton la llevó a juicio, pero no logró nada.

Pero si bien en el hotel no le permitieron comer, si lo hicieron en una taberna que estaba reservada solo para hombres . Esto le causó indiganción, pues cuando se presentó ante el juez, el mismo juez alegó que la taberna era un lugar digno. Y a partir de entonces, las mujeres inglesas también empezaron a entrar en estos establecimientos.

No contenta con crear esta asociación, también apostó por la falda corta, creando la Liga de la Falda corta.  Eso si, no te imagines una minifalda. En aquella época, falda corta era …. Bastante más larga! Las mujeres que pertenecían a la liga, se comprometían a vestir faldas cuya largura quedase a menos de 5 cm. del suelo.

Como muchos revolucionarios, Lady Haberton no vió los resultados de su movida, pero es evidente que ha llegado a producir cambios.

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