Archivo por días: 23 octubre, 2010

Gospel: un estilo que salta las paredes de la iglesia para conquistar al publico en general

gospelHablar de lo que tantos han hablado no es sencillo. Pero por mas que muchas personas ya hayan rescatado el tema del Gospel, no puedo dejar de pasarlo por alto.

Viniendo el estilo como hijo de la necesidad de expresión espiritual de los negros allá por el siglo XVII, fue conociendo a lo largo del paso del tiempo múltiples influencias. Teniendo su época de oro por los años 30, dio sus primeros pasos pegada al cristianismo.

(siempre me pregunto porque habiendo en aquel tiempo himnos cristianos apareció esta nueva expresión musical)

Su sentido religioso es el que le dio su nombre. El  primer nombre (GodSpel) ya explica la intención  del canto. Un canto para catequizar a través de la música. (hoy por hoy dentro de la iglesia, existe un ministerio de la música que de alguna manera, hacen lo mismo que estos coros).

Cuando se escucha un coro góspel, es la armonía la protagonista. Su origen, se remonta a Estados Unidos, habiendo muchos cantantes sureños que lo protagonizaron.

Tal vez, por esa manera distinta de expresar sus sentimientos, también aquellos coros incluyeron no solo el mensaje evangélico pegado a la armonía, sino que además, comprometieron su cuerpo en la expresión, usando palmas y moviendo rítmicamente su cuerpo.

Esta forma de expresión religiosa, fue criticada ni bien empezó a utilizarse en las iglesias. El viejo spiritual, ejerce influencia en las distintas obras. Un estilo de música que se caracteriza por la espontaneidad, rompiendo con las expresiones musicales rígidas. Creo que podríamos llamar a este tipo de música, música alegre de adoración. Seguramente, antes de que surgieran los primeros coros, los negros no se sentían identificados con los himnos cristianos de aquel entonces. Sus creaciones, contrastan fuertemente derrochando alegría.

El Gospel no había nacido para quedarse circunscripto a las paredes de una iglesia. Fue Thomas Dorsey quien logró que este estilo musical comenzara a sonar con tal fuerza que hasta llegó a tener su propio sello discográfico. Música Gospel, así la llamaba. Grupos, sello discográfico, y hasta una radio góspel que solo sonaba en Estados Unidos.

Este salir afuera de las paredes de la iglesia, hizo que algunos cantantes llegaran a interpretar tanto en festivales de jazz como en cabarets. Corrían los años 50 y me pregunto ¿habrá tenido esta forma de expresión influencia en cantantes como Elvis Presley?

Les dejo dos enlaces para escuchar este estilo de música. A disfrutarlos

https://www.youtube.com/watch?v=zd6sy5DKpxk

https://www.eitb.eus/audios/radio/radio-vitoria/la-fiaca/detalle/530907/los-origenes-gospel/ (audio del programa)

https://www.youtube.com/watch?v=XW0Y4s4GScw

Cantar en un coro. Del singular al plural y del plural al singular

Recuerdo el día en que el director de un coro me invitó a participar. No para quedar como componente estable, sino para vivenciar la experiencia del coro. En aquellos tiempos de juventud, manejaba desprolijamente la voz. Simplemente cantaba porque me gustaba, y el propio canto era para mi momento de gozo. Y si bien no desafinaba, no tenía la menor idea de lo que era compartir un espacio de vibración sonora con otros.

Y ese día, lo que menos hice fue cantar. En los ensayos previos,  los componentes me animaban y decían que estaba correcta mi intervención. Hasta tuve la desfachatez de pensar que  era muy fácil! Todo estaba correcto. Cada pieza… en su lugar. Mi ánimo, tranquilo, despejado. Mi mente, totalmente conciente de las intervenciones, voces… No era tan complicada la cosa cierto?

Y llegó el momento. Ese momento que el director me había propuesto como un regalo pues bien sabía de mi amor por el canto y quiso obsequiarme la experiencia.

Todo estaba en su lugar, y cuando digo en su lugar me refiero hasta la ubicación que cada uno teníamos, agrupados por nuestras tipo de voz. Esta “clasificación sonora†quiso que quedara justo en el centro. (ajena a lo que ocurriría, ¡hasta estaba contenta por la vista que tenía de la gente!).

Y el coro… empezó a cantar. El coro empezó a respirar. Su primer nota fue como el sonido de algo nuevo que me llamó la atención. Empecé a escuchar y perdí la noción de que eran casi treinta personas cantando. Todos juntos formaron una nueva unidad que me emocionó. Estaba clarísimo que no estaba preparada para ello porque se acercaba el momento de cantar y yo estaba con los ojos cerrados disfrutando. Esta nueva unidad era como un órgano humano. Y cuando digo órgano, me estoy refiriendo al instrumento musical. Cada uno, era un tubo del órgano que respiraba, vibraba. El sonido me penetraba y la jaula de pájaros se alteraba. La partitura musical se presentaba como un ejemplo del trabajo en equipo.

Se me antojó pensar que las corcheas eran la muestra de que trabajar con otro, al unísono, podía dar nacimiento a algo nuevo… ya no canté. Solo escuché. Impactada por un sustantivo colectivo! La palabra coro tomó una nueva dimensión. No eran nombres individuales que cantaban. Eran un coro…era un “singular†en lugar de un plural.

El día que estuve en un coro, aprendí la importancia de que en algunas ocasiones, nosotros, los “singulares†nos transformamos en un grupo. Y ese grupo se transforma otra vez en singular cuando todos juntos conformamos algo nuevo. Y ese grupo no es una mera sumatoria de gente sino  una unidad nueva con posibilidades propias. Y esa nueva unidad, es un nuevo singular.

El coro me mostró la posibilidad que tenemos de pasar de ser singulares a plurales, y de plurales otra vez a singulares. El permitirnos cambiar se manifestó como un acto de elección.