Oyentes: un escrito de Daniel Oholeguy.

Y el sábado, no sabía de que hablar. Daba vueltas y vueltas sin encontrar algo que me llamara la atención. Era obvio que tenía que ir a trabajar pero…. ¿Obvio? Las obviedades empezaron a llamarte: tener un nombre…tener comida en la mesa al medio día…. Sucumbí ante las obviedades. Durante el programa, un oyente, Daniel Oholeguy me envió este escrito que compartimos durante el programa:

haitiHaiti, tierra de las primeras libertades. Haiti, tierra de colonia y tiranos… Tierra de magias blancas, rojas y negras.

¡Que pena que tanta magia no pueda terminar con la miseria!

Entrar a Port Au Prince, desde el puerto y ver los pobres, demasiado pobres, las niñas que venden su virginidad por un emparedado. Recordar cada golpe que se ha dado en Haiti, golpes de estado, golpes de la naturaleza, golpes de los que mas tienen contra la educación, gente, simplemente gente, que no tiene documentación, ni ropas, ni comida, ni techo…

¿Cómo se llama a esa gente? ¡Indigentes! ¡Pobres! ¿Cuándo llegara el día en que la tortilla se vuelva? Que ese puñado de pudientes aprenda a comer lo que intentan los miles de pobres.

¿Sabian que en Haiti se inventaron las “tortas de tierra”? Se hacen cociendo muy poco la arcilla, y los niños y los adultos la comen… A veces es lo único que tienen.

Porque para ellos la tierra siempre es ajena.

Cuando hace calor, casi todo el tiempo, es obvio que transpiran, cuando hay temporal, claro que se mojan, porque no tienen reparo.

Ni del gobierno, ni de las Naciones Unidas, ni de las desunidas… Porque… ¿A quien le importan los pobres? A usted, y a mi, es cierto, pero no a aquellos que, obviamente deberían ser sus principales colaboradores.

¿Cómo colaborar con quienes no se sabe ni cómo se llaman? No estan en los registros, no tienen documentos, nacionalidad, pertenencia… ¡No pertenecen a nada! Solo a la injusticia y la desigualdad.

Quienes fueron luego del terremoto, adoptaron a un grupo, que luego se vendio en Alemania a precio de oro. Luego había colaboradores que intentaban comprar hijos de haitianos por centavos.

¿Qué haran las Naciones Unidas con esto? Seguiran enviando cascos azules para comer aquellas raciones que salvarían a sus protegidos?

Yo no quiero estar fuera, pero no quiero uniformes que controlan a quienes debieran ayudar.

TE DEJO EL AUDIO DEL PROGRAMA

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